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España presionará en la UE para reducir fondos a países que no acojan migrantes

El Gobierno pugna también por convertir en estructural la ayuda europea a Marruecos

Lucía Abellán
Llegada de 82 migrantes el pasado sábado al puerto de Motril (Granada) tras ser rescatados en la zona de Alborán.
Llegada de 82 migrantes el pasado sábado al puerto de Motril (Granada) tras ser rescatados en la zona de Alborán.Miguel Paquet (EFE)

España tiene pocas esperanzas de lograr a corto plazo una solución europea al desafío migratorio. El bloqueo que experimenta este dosier desde hace meses lleva al Gobierno a situarse ya en el próximo campo de batalla: el reparto del presupuesto comunitario. Pedro Sánchez busca aliarse con Alemania y Francia para promover una idea controvertida que ya deslizó la Comisión Europea el pasado mayo. Se trata de negar fondos europeos a los países que rechacen acoger migrantes, una actitud que sostienen hoy los principales socios del Este.

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La estrategia inmediata para frenar la migración irregular que llega a España consiste en estrechar la cooperación con Marruecos. Al mismo tiempo, el Ejecutivo rehúsa participar en esquemas de reparto de náufragos rescatados en el Mediterráneo central cuyos desembarcos corresponderían a Italia. Más allá de esas dos líneas, España no renuncia a que la actitud poco comprometida de algunos miembros de la UE quede impune y por eso pugnará para que esos comportamientos tengan consecuencias financieras, según explican fuentes gubernamentales. El Ejecutivo italiano incumple las reglas al negar el desembarco a los buques con migrantes. Y los de Polonia, Hungría y Eslovaquia, por citar los más evidentes, desatienden los acuerdos europeos de acoger a un cupo de demandantes de asilo.

Los siete socios de la UE que comparten la vecindad del Mediterráneo se reúnen este martes en Chipre para abordar cuestiones de interés común. La migración figura entre ellas. El Mediterráneo constituye una importante puerta de entrada a la migración irregular, especialmente en España, adonde arribaron el año pasado más de 64.000 personas, según datos oficiales. “Es cierto que la UE tiene dificultades para decidir una política migratoria conjunta”, admitió este lunes el ministro de Exteriores, Josep Borrell, en una comparecencia celebrada en Madrid con su homólogo de Georgia, David Zalkaliani. El ministro reemplazará a Pedro Sánchez, de visita oficial en México y República Dominicana, en ese encuentro de gobernantes europeos. Resulta poco probable que logren articular una respuesta común, máxime cuando Italia figura entre los participantes.

Presupuesto europeo

Habilitar un marco presupuestario para el periodo 2021-2027 que condicione determinadas partidas al nivel de implicación que muestren los Estados en materia migratoria no resulta sencillo. La iniciativa se topa con una dificultad que entorpece otras muchas decisiones comunitarias: el requisito de unanimidad. Sin el visto bueno de Hungría o Polonia será imposible dar el visto bueno a esas cuentas. Las fuentes gubernamentales consultadas confían, no obstante, en que la presión de Alemania y Francia, entre otros socios, module esa oposición inicial. Como fórmula, sugieren ligar algunas de las partidas de cohesión al desempeño migratorio que muestren los países receptores de dinero europeo. Polonia figura a la cabeza.

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Más a corto plazo, España lo fía casi todo a la colaboración de las autoridades marroquíes. Para ganarse su favor, el Ejecutivo trata de convencer a Bruselas de que la ayuda financiera sea constante. Los 140 millones acordados hace unos meses —y solo parcialmente desembolsados a las autoridades marroquíes— constituyen un primer paso. No obstante, Rabat exige contar cada año con una cantidad que no dependa de la negociación política coyuntural, sino que se consolide en el presupuesto europeo. La partida no tiene por qué ser muy voluminosa, precisan esas fuentes. Más bien se trata de que Europa reconozca con recursos la afirmación que sostiene que Marruecos es el principal socio de la región en distintas materias, entre ellas el control migratorio.

Rabat limita la exposición de sus quejas a las autoridades españolas. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, visitó la capital marroquí a mediados de este mes, en pleno pico de llegadas de migrantes a España, procedentes en buena medida de las costas marroquíes. En los encuentros que la alta representante mantuvo con la cúpula del país —con el rey Mohamed VI entre ellos— no se mencionó directamente la reclamación marroquí de recibir más fondos europeos, según relatan fuentes del entorno de Mogherini. El asunto, en cambio, sí está presente en las negociaciones bilaterales que mantiene España con Marruecos.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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