España expulsa solo a una décima parte de los 11.000 marroquíes llegados este año
A pesar de los esfuerzos del Ejecutivo para reforzar la colaboración de Marruecos en materia migratoria, es la cifra más baja de los últimos cuatro años
Las autoridades españolas han expulsado este año a 1.489 marroquíes. A pesar de los esfuerzos del Ejecutivo de Pedro Sánchez para reforzar la colaboración de Marruecos en materia migratoria, la cifra de readmitidos es la más baja de los últimos cuatro años y representa apenas una décima parte de los 10.816 marroquíes llegados este año de forma irregular. Estos datos, que el Ministerio del Interiorse había resistido a revelar hasta ahora, están reflejados en una respuesta parlamentaria al senador Jon Iñarritu (EH-Bildu).
La marroquí es la nacionalidad más numerosa y representa un 21,4% de los 53.382 migrantes llegados a España en patera o a través de las fronteras terrestres, según datos de Acnur a 31 de octubre. Entre ellos hay un alto número de menores de edad. Los marroquíes suponen cerca del 70% de los más de 11.000 niños extranjeros no acompañados que se calcula que hay en España y que son inexpulsables.
Los datos, procedentes de la Dirección General de la Policía Nacional, revelan que en los diez primeros meses del año han llegado más del doble de marroquíes que en 2017 y cerca de diez veces más que en 2016, 2015 y 2014. En esos años, sin embargo, el número de expulsiones fue incluso mayor que el de las llegadas.
La repatriación forzosa de ciudadanos marroquíes depende de los cupos que sus autoridades están dispuestas a aceptar en las fronteras de Ceuta y Melilla y estos varían o dejan de cumplirse sin mayores explicaciones. Hace cerca de un mes, Marruecos redujo el cupo de 25 a 10 devoluciones por frontera y día laborable, sin que las autoridades policiales españolas supieran explicar el motivo. Recientemente, Marruecos volvió a aumentar el cupo a 20 devoluciones diarias por frontera o 200 semanales, según fuentes conocedoras de esta dinámica de expulsiones. El Gobierno pretende aumentar estos cupos y hace algunas semanas, la Policía Nacional, encargada del transporte de los expulsados, adquirió un autobús con una capacidad de 46 plazas para reforzar su flota de furgonetas de apenas 12 asientos.
Para las autoridades españolas marroquíes y argelinos son los ciudadanos más fáciles de expulsar gracias a los acuerdos bilaterales en materia migratoria con ambos países. Son ellos además las principales nacionalidades presentes en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) donde, después de un máximo de 60 días, se ejecuta su devolución o se les deja en libertad.
La mitad de las expulsiones están motivadas por estancia irregular. En menor número (347) hay expulsiones justificadas por condenas, dentro o fuera de España, y casos (275) en los que la expulsión sustituye una pena de prisión superior a un año. Las cifras presentadas no contemplan, sin embargo, las devoluciones, otra figura administrativa, diferente de la expulsión, usada para repatriar extranjeros en los casos en los que se les intercepta intentando entrar ilegalmente en el país. Este mecanismo casi nunca se ejecuta con los subsaharianos pero sí con los marroquíes y argelinos.
Los números ahora divulgados distan de los ofrecidos por el director de Migraciones y Vigilancia Fronteriza, con rango de gobernador en el Ministerio del Interior de Marruecos. Jalid Zeruali informó a este periódico el pasado mes de noviembre que en los diez primeros meses del año España había devuelto a Marruecos 3.400 marroquíes que llegaron a la península de forma clandestina. Cuando le preguntaron el 28 de octubre en Rabat al Ministro de Exteriores, Josep Borrell, señaló que las devoluciones de marroquíes se desarrollan “satisfactoriamente”, que son “un ejemplo para Europa”, pero no aportó cifras.
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