Los gestos de Mohamed VI
La sintonía del Gobierno con Rabat se revela en su gestión de los flujos migratorios
El Gobierno de Marruecos ha respondido con algunos gestos tras el compromiso de la Comisión Europea de ofrecer a Rabat medios logísticos y financieros para contener la inmigración irregular. Una de las medidas que responden al apoyo europeo es la imposición desde el 1 de noviembre de una autorización electrónica de viaje similar a la que necesitan los españoles para viajar a Estados Unidos a los viajeros procedentes de Mali, Guinea Conakri y Congo-Brazaville, que hasta entonces estaban exentos de visado para entrar en en el país.
La medida, que podría extenderse a otros países en el futuro, afecta, precisamente, a los nacionales de dos países situados entre los primeros en el ranking de llegadas a España. Guinea y Mali, son la segunda y tercera nacionalidad más numerosa, según las cifras que maneja Frontex, la agencia europea para la gestión de fronteras. Ambas nacionalidades suponen un 58% del total de subsaharianos interceptados en la frontera sur española. Los marroquíes son los primeros.
La disposición de los socios marroquíes se considera clave para contener los flujos migratorios que se dirigen hacia Europa. En julio, cuando Rabat reclamaba apoyo financiero y logístico europeo, varios informes internos de la UE alertaban de que las autoridades de Marruecos habían relajado el control de las salidas desde su territorio. Los expertos sobre el terreno detectaron cierta pasividad de las fuerzas de seguridad durante las tardes, momento que las mafias aprovechaban para organizar las salidas hacia España.
Desde el inicio del año, Marruecos ha frenado la salida hacia España de 12.054 migrantes, según Frontex, unas 1.200 personas al mes. Solo del 29 de octubre al 4 de noviembre se habían abortado 690 partidas.
Las acciones de contención de Marruecos están, sin embargo, en el punto de mira de las organizaciones humanitarias. El Grupo Antirracista de Acompañamiento y Defensa de Extranjeros y Migrantes (Gadem) denunció en octubre el traslado forzoso de casi 8.000 subsaharianos a ciudades del sur durante el verano. Las condiciones en que se están produciendo los arrestos y traslados, según Gadem, están fuera de cualquier cobertura jurídica.
La sintonía con Rabat se revela también en la recuperación de acuerdos abandonados en cajones durante décadas. La intensificación de las relaciones ha permitido desempolvar el acuerdo de 1992 que permite la rápida devolución de migrantes para los saltos masivos de la valla de Ceuta y Melilla. Marruecos también ha abierto la puerta a estudiar la repatriación de sus menores inmigrantes no acompañados y que suponen más de un 70% de los 11.000 niños que se calcula que hay actualmente en España.
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