Sánchez reivindica el “sentido común” del Gobierno frente a la “política pendenciera” del PP y Ciudadanos

El Gobierno se ha volcado este sábado en el acto de proclamación de los candidatos autonómicos del PSOE, una demostración de fuerza que ha quedado algo deslucida por la ausencia de los presidentes de Andalucía, Aragón, Asturias y Extremadura. Susana Díaz ha preferido no modificar su recorrido por varias provincias a menos de una semana del inicio de la campaña de las elecciones andaluzas; el extremeño Guillermo Fernández Vara, el único de los presidentes autonómicos en la ejecutiva federal, no ha acudido por motivos familiares; el aragonés Javier Lambán se ha excusado por su reciente viaje a China; y el asturiano Javier Fernández, alejado de Sánchez desde que presidió la última gestora en Ferraz, es el único de los presidentes que no repetirá como candidato.

La presencia de la práctica totalidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez, con el presidente a la cabeza, la vicepresidenta Carmen Calvo y diez ministros, además de la mayoría de los líderes territoriales del partido, ha trasladado, no obstante, una imagen de unidad que los socialistas no acostumbraban en tiempos recientes. "Somos el único partido que ha elegido de manera democrática ya a todas las candidaturas [autonómicas]", ha destacado el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE ante más de un millar de fieles en Fuenlabrada (Madrid). A falta de seis meses y medio para las elecciones del 26 de mayo, el PP, Podemos y Ciudadanos todavía no han decidido quiénes serán sus cabezas de lista. Ferraz lo ha hecho en un tiempo récord. "Estamos preparados", ha sido el lema elegido en el mayor acto de partido de Sánchez desde que es presidente.

Pedro Sánchez ha aprovechado el acto en la semana en la que los socialistas están celebrando los primeros 150 días del Ejecutivo para reivindicar el "sentido común" que dijo aplicar "antes que la ideología" frente a la "política pendenciera" que achaca al PP y Ciudadanos y "socava los pilares de la convivencia". "Han confundido la discrepancia con la crispación", ha criticado mientras anteponía como contraste el "inmenso apoyo social" a las decisiones del Gobierno. "Es nuestra principal fortaleza", ha aseverado Sánchez, que ha puesto como ejemplo de sus últimas medidas la aplicación del impuesto de actos jurídicos documentados a las entidades financieras en vez de a los clientes de las hipotecas. "La sociedad española fue solidaria con la banca y la solidaridad es recíproca", ha observado el presidente. Sánchez también se ha comprometido a llevar la propuesta de supresión de los aforamientos antes de que termine noviembre al Consejo de Ministros y ha insistido, sin entrar en más detalles, en que en 2019 "no habrá un mausoleo de homenaje a Franco". Otra cuestión es donde serán enterrados los restos del dictador.

El PSOE ha trasladado un mensaje de reconciliación y de cierre de filas en el que, al menos en apariencia, las diferencias del pasado que llevaron hace dos años a los socialistas a una crisis sin precedentes que estuvo a punto de fracturarles han quedado olvidadas o cuando menos aparcadas. "Me produce un enorme orgullo poderte llamar presidente del Gobierno", le ha dicho Emiliano García-Page a Sánchez. El presidente de Castilla-La Mancha fue uno de los puntales de Susana Díaz en las primarias en las que Sánchez fue reelegido con más de la mitad de los votos. 

Las intervenciones de los candidatos presentes —todos son secretarios generales en sus autonomías salvo Ángel Gabilondo (Madrid) y Concha Andreu (La Rioja)— han ido en la línea de un proyecto común frente a la derecha, a la que el secretario general de Madrid y anfitrión del acto, José Manuel Franco, ha catalogado como "la derecha de siempre" en alusión al PP, "la derecha extrema que está en el Parlamento" en referencia a Ciudadanos "y la derecha extrema" que representaría Vox. Cada uno de los cabezas de cartel ha tenido la palabra para poner en valor su gestión, en el caso de las autonomías donde los socialistas gobiernan, o explicar los principales problemas donde son oposición. "Hemos conseguido que en la Comunidad Valenciana tengamos un Gobierno honrado y con estabilidad política", ha apuntado Ximo Puig. "Tenemos un Gobierno socialista en Madrid que nos acompaña con sus políticas", ha celebrado la presidenta de Baleares, Francina Armengol. "A mí la gente me encargó con claridad que hiciera exactamente lo contrario que Cospedal", ha dicho entre aplausos García-Page.

Antes del acto se ha resuelto en apenas 40 minutos el comité federal. El máximo órgano de decisión del partido ha sido de trámite y no ha tenido nada que ver con los convulsos debates que le caracterizaron en 2015 y 2016. Los estatutos del PSOE obligan a celebrar dos reuniones anuales del comité federal -el anterior, el pasado 28 de mayo, dio su respaldo por unanimidad a presentar la moción de censura contra Mariano Rajoy- y con esa excusa Ferraz ha organizado después el acto de las candidaturas. Puig y Armengol son los únicos presidentes que han asistido al comité, en el que lo más destacado han sido las ocho abstenciones de los 12 miembros presentes de la federación andaluza en la ratificación de la candidatura de Díaz. Los cuatro turnos de palabra en el órgano han sido de cuadros andaluces, incluido el secretario de Organización de la federación, Juan Cornejo. Los otros tres han expresado el malestar del sanchismo en la región por su presencia anecdótica en las listas para las elecciones del 2 de diciembre.