Borrell lamenta la escasa presión internacional sobre la “dictadura” nicaragüense
El presidente del Gobierno tiene previsto reunirse con Daniel Ortega en la Cumbre Iberoamericana
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha lamentado este viernes la falta de presión internacional sobre el régimen nicaragüense, al que ha calificado de “dictadura”, tras criticar la “sanguinaria represión” de las protestas entre abril y julio pasado, que dejaron cientos de muertos.
Tras reconocer que la situación de Nicaragua “nos preocupa y nos ocupa”, Borrell ha recordado que el Gobierno español, como la Unión Europea, expresó su “absoluto rechazo” a la actuación del Gobierno de Daniel Ortega y así se lo trasladó a su homólogo nicaragüense, Denis Moncada.
El jefe de la diplomacia española ha descartado una acción de fuerza “desde fuera o desde dentro”; ha reconocido el fracaso de los intentos de mediación; ha descartado que el régimen nicaragüense vaya a evolucionar “por sí mismo” y ha lamentado que "la dictadura que hay en Nicaragüa" no haya sido obligada a rendir cuentas. “La única solución sería que la comunidad internacional impusiera una presión, unas sanciones, en el límite, pero eso tampoco voy a decirle que esté en el futuro inmediato en la pantalla del radar, desgraciadamente”, ha añadido.
Borrell ha hecho estas declaraciones en el Foro Iberoamérica que se celebra en Madrid, en respuesta al exvicepresidente nicaragüense y premio Cervantes Sergio Ramírez, quien ha señalado que la presión internacional es la única vía para forzar un proceso democrático en su país.
Las críticas del jefe de la diplomacia española al régimen nicaragüense se producen a cuatro días de la Cumbre Iberoamericana de Antigua (Guatemala), donde el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reunirá por vez primera con Ortega. Está previsto que el presidente nicaragüense mantenga una entrevista bilateral con Sánchez o que, al menos, participe en el tradicional desayuno que Felipe VI ofrece a los mandatarios centroamericanos.
Ortega ha faltado a las últimas cumbres iberoamericanas, pero en esta ocasión ha anunciado su presencia en Guatemala, probablemente para dar imagen de normalidad en su país y romper el aislamiento internacional en el que se encuentra, según fuentes diplomáticas.
Sánchez, por su parte, quiere aprovechar la cumbre de Antigua, a la que han confirmado su asistencia 15 mandatarios, para reunirse con algunos presidentes iberoamericanos con los que no lo ha hecho desde que llegó a La Moncloa, como el paraguayo Mario Abdo o el peruano Martín Vizcarra, además del propio Ortega.
La cumbre iberoamericana de Antigua será la tercera en la que participa el rey Felipe VI, aunque siendo príncipe de Asturias ya estuvo invitado en las de Salamanca (2005) y Cádiz (2012) y sustituyó a su padre el rey Juan Carlos por motivos de salud en Panamá en 2013. Antes de llegar a Guatemala, los Reyes visitarán Perú el 12 y 13 de noviembre. En marzo del año próximo volverán a Iberoamérica con motivo del congreso internacional de la lengua española, que se celebra en Córdoba (Argentina).
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