Golpe en A Coruña a una red de venta clandestina de cigala del Cantábrico

Fuera de las salas de subasta, en rincones discretos de almacenes y pasillos a los que tenía acceso un grupo escogido y cerrado de compradores. Así se comercializaban de forma fraudulenta, según la Guardia Civil, las más de 45 toneladas de cigalas aprehendidas en la lonja de A Coruña por carecer de la documentación obligada que garantice su origen. El instituto armado sostiene que este marisco ilegal proviene de la costa norte de Galicia, una zona afectada por la prohibición de captura de cigala decretada por la Comisión Europea en todo el Cantábrico desde 2017 y que el sector pesquero considera “errónea”.

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La cantidad de marisco incautada equivale a toda la cigala que se permitía capturar en el Cantábrico en 2016, antes de la prohibición. "Son muchas toneladas y es mucha gente pescando", afirman fuentes de la Guardia Civil sobre una operación que sigue abierta y en la que, por el momento, se investiga a dos empresas y se han formalizado denuncias por infracciones a Ley de Pesca de Galicia contra cuatro personas. Los agentes están analizando todavía la ingente documentación requisada y no descartan ampliar el foco de las pesquisas a más implicados.

La operación, que ha sido bautizada como Pinza Roja y en la que ha participado el Servicio de Inspección Veterinaria de Guardacostas de la Xunta de Galicia, arrancó el pasado mes de febrero en el puerto de A Coruña, el principal punto de venta de cigala del Cantábrico y en el que descargan este producto una decena de barcos arrastreros. Durante un control de documentación, los agentes detectaron una partida de cigala fresca “sin ningún tipo de trazabilidad” en un vehículo de minoristas que salía del Puerto de A Coruña, el principal punto de venta de este marisco en todo el Cantábrico. Las pesquisas apuntaron a que estas capturas procedían de barcos de arrastre del litoral norte de las provincias de A Coruña y Lugo (zona FAO 27-VIIIC), unas sospechas que fueron confirmadas por los veterinarios de la Xunta.

Los agentes accedieron a la lonja coruñesa este miércoles y en los muelles de carga y en el interior de los almacenes aprehendieron 333 kilos de cigala que fueron entregados al banco de alimentos de la ciudad. Allí los agentes se incautaron de otros 227 kilos de especies variadas de pescado y marisco que han sido destruidas “por carecer de garantías sanitarias”. En instalaciones congeladoras se inmovilizaron finalmente 44,8 toneladas de cigala por “irregularidades de la documentación” ya que, según la Guardia Civil, las empresas inspeccionadas carecen del permiso sanitario para conservar así el producto.

Los investigadores están convencidos que la cigala incautada proviene del Cantábrico, un litoral en el que la Comisión de Pesca de la UE decretó la prohibición de capturar este marisco hasta 2020 por escasez de recurso en estas aguas. Según explican fuentes del sector pesquero coruñés, la medida ha sido cuestionada por los científicos desplazados a la zona, que detectaron "errores" en los cálculos efectuados por las autoridades comunitarias. "En la campaña científica del año pasado el rendimiento que decía la Comisión Europea que había en un día les salía por hora", afirma Torcutato Teixeira, de la Asociación de Armadores Coruñeses de Arrastre Pescagalicia-Arpega-O Barco. Este verano se realizarán más prospecciones para intentar confirmar estos resultados.