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El viaje de un coche desde Waterloo a Suecia delató a Puigdemont

El CNI siguió al vehículo en el que el expresident se movía habitualmente en Bélgica y que el viernes se desplazó por sorpresa a Escandinavia

Una fugorneta abandona la prisión de Neumünster donde se encuentra encarcelado Puigdemont. Frank Molter APFoto: atlas | Vídeo: ATLAS
Óscar López-Fonseca

Horas antes de que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena reactivara las euroórdenes de detención contra Carles Puigdemont y cuatro de sus exconsejeros, un hecho disparó las alertas en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI): el vehículo Renault Espacecon matrícula belga 1KKN586 con el que el político se desplazaba habitualmente por el país europeo abandonaba el garaje de la casa de Waterloo donde se alojaba el expresidente de la Generalitat para poner rumbo a la frontera. Era primera hora del viernes y los agentes del servicio secreto que, desde que Puigdemont se fugó a Bruselas, controlaban sus pasos emprendieron un seguimiento de 1.600 kilómetros que les llevaría hasta Suecia y que terminaría delatando al político catalán, según detallan fuentes de la Seguridad del Estado.

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El largo viaje emprendido por el vehículo reforzó la sospecha de que Puigdemont —que no se había presentado en el aeropuerto para tomar el vuelo que desde Helsinki debía llevarle de vuelta a Bruselas supuestamente para evitar ser interceptado al embarcar— iba a utilizar la vía terrestre más corta para regresar a la casa donde reside desde hace semanas. Para entonces, el CNI había desplegado dos equipos para intentar interceptar al expresident en un país favorable jurídicamente para conseguir su entrega.

El primero controlaba la que había sido bautizada como la ruta de los países bálticos, ante la sospecha de que el político catalán intentara desplazarse a Tallin, la capital de Estonia, a bordo de uno de los transbordadores que unen esta ciudad con Helsinki en poco más de dos horas. Desde allí, el servicio secreto barajaba que el político utilizara dos periplos diferentes. Uno, a través de Estonia, Letonia, Lituania y Polonia para entrar primero en Alemania y, más tarde, en Bélgica. La otra, mucho más larga, atravesaba los países bálticos, seguía camino hasta Eslovaquia, Austria y Suiza para entrar en Bélgica a través de Francia.

La ruta más rápida

El segundo equipo se centró en la ruta más rápida, la que pasaba por Suecia y, desde allí, por carretera a través de Dinamarca, Alemania y Holanda, hasta Bruselas. El viaje sorpresa del Renault Espace fue el que despejó todas las dudas. Seguido físicamente y con sistemas electrónicos de geolocalización desde que salió desde Waterloo, el coche cruzó fronteras sin contratiempos hasta llegar a Estocolmo, donde supuestamente sus ocupantes recogieron al expresidente, recién llegado desde Finlandia en uno de los transbordadores que unen este país con Suecia.

A partir de ese momento, el CNI —en colaboración con la Comisaría General de Información de la Policía Nacional— solo tuvo que mantener el seguimiento al vehículo y esperar el momento propicio para interceptarlo. Según fuentes conocedoras del dispositivo en el que participaron 12 agentes del CNI, en un primer momento se barajó hacerlo en Dinamarca. Finalmente, optaron por esperar a que el expresidente entrara en Alemania, al considerar este país más propicio para una entrega rápida a la justicia española.

El lugar elegido fue una gasolinera próxima a la localidad de Jagel, donde Puigdemont y sus acompañantes pararon a repostar. Eran las 11.17 horas del domingo cuando los agentes de la policía alemana se acercaron a los ocupantes del vehículo para identificarlos. Según detallan las fuentes consultas, el expresidente de la Generalitat —que viajaba en el asiento del copiloto— se mostró sorprendido ante su detención. Ocho minutos después, las autoridades alemanas comunicaban al Gobierno español a través de la Oficina Sirene —el órgano de colaboración policial entre los países del espacio Schengen— la detención. Puigdemont terminaba ingresando horas después en la cárcel de Neumünster, en el Land alemán de Schleswig-Holstein, a 650 kilómetros de la casa de Waterloo de la que había partido dos días antes el vehículo que terminó delatándolo.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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