Israel evita hablar sobre Cataluña en víspera de una visita de Estado a España
El Gobierno israelita dice que no se pronuncia sobre "asuntos internos de otros países"
“En general Israel no reacciona ante los asuntos de otros países y Cataluña es un asunto interno español y no nos entrometemos”. El embajador de Israel en España, Daniel Kutner, fue así de sincero ayer cuando respondió a una docena de preguntas sobre por qué no se conoce un posicionamiento oficial del Gobierno israelí sobre el conflicto abierto en Cataluña, ni una declaración explícita sobre el respaldo a la unidad de España. El diplomático se mostró especialmente esquivo y hastiado de responder a las preguntas sobre la relación de Israel con Cataluña que concentraron el encuentro con los medios de comunicación para explicar los pormenores de la inminente y relevante visita de Estado del presidente israelí, Reuven Rivlin, los próximos 6 y 7 de noviembre a España.
El embajador quiso ser contundente al afirmar que pese a no conocerse ese pronunciamiento oficial del Gobierno “no hay razones para que esa visita de Estado, la primera desde hace 25 años, se vea empañada por este asunto”.
Daniel Kutner se esforzó todo lo que pudo en “separar totalmente” el acontecimiento de la visita del presidente de su país —que se lleva negociando mucho tiempo y que se aplazó en 2016 por el año en funciones vivido en la política española— de la crisis registrada en Cataluña, una región con muchos y buenos contactos y relaciones históricamente con Israel. El embajador consideró así que la importancia de la llegada a España durante dos días del presidente Rivlin y los contactos que van a desplegarse, tanto a nivel político como empresarial o cultural, “trasciende lo inmediato y va más allá de la coyuntura” de unos “momentos borrascosos” como los que reconoció se registran ahora en España y en Cataluña.
El representante israelita en Madrid admitió que en estas semanas y meses su Gobierno ha mantenido los lógicos contactos normales con el ejecutivo español pero también con los dirigentes de la Generalitat catalana, aunque se negó a precisar más al respecto.
Gesto real 25 años después y 31 desde la apertura de relaciones
En marzo de 1992, el entonces presidente israelí, Haim Herzog, realizó la primera visita de Estado a España agasajado por el rey Juan Carlos I entre tensiones con las autoridades israelíes y las comunidades judías por el 500 aniversario de la firma del decreto de expulsión de los judíos de España. El momento, 25 años después, es otro. Desembotellada la agenda política, tras el año de parón electoral, los reyes Felipe VI y Letizia han querido tener otro gesto ahora en el 31 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. La balanza comercial favorece a España, que exporta a Israel por 1.400 millones de euros e importa unos 600.
El diplomático aseguró que esa posición neutral, que Israel no mantuvo a finales de septiembre cuando se convertió en el único país de la región que respaldó el referéndum de independencia del Gobierno del Kurdistán iraquí, es comprendida y respetada por el Ejecutivo español y por la Generalitat de Cataluña.
Para apaciguar inquietudes y para evitar conflictos bilaterales en vísperas de la llegada a Madrid del presidente Rivlin, el embajador subrayó que “la amistad de Israel es con España y con todos los españoles y eso vamos a seguir teniéndolo”. Y se escudó en que tampoco otros países de Oriente Medio se han decantado en público en esta crisis política española.
La situación en Israel es incómoda en lo relacionado con Cataluña. El embajador español, Manuel Gómez-Acebo, ha demandado en los últimos días una reacción clara y contundente del Ejecutivo israelita sin éxito. Algo que han hecho otros diplomáticos destinados en países que han sido tibios ante esta crisis, como sucedió este pasado fin de semana en Grecia. La respuesta oficial que recibió fue la misma: “Cataluña es un asunto interno de España”. Oficiosamente, otras fuentes políticas y diplomáticas aprovechan para recordar que Israel ha querido así pasar factura a España por sus históricas relaciones de proximidad hacia Palestina.
Un alto cargo del Ministerio de Defensa, el diputado Eliyahu Ben-Dahan, del ala derecha del partido ultranacionalista religioso Hogar Judío, llegó a describir públicamente a España como “hipócrita” por rechazar el referéndum separatista en Cataluña y por haber demandado durante años “dar plenos derechos a los palestinos”. Una portavoz del Ministerio de Exteriores israelí ratificó ayer a EL PAÍS que, “por el momento”, no se va a producir una declaración oficial sobre Cataluña.
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