Se buscan veinte aprendices de pastor
Una profesión que está en riesgo de desaparición en la Comunidad Valenciana. Es la razón que ha llevado a la consejería de Agricultura a convocar un curso de ganadería extensiva con prácticas en “manejo y granjas”
Formar a nuevos pastores para que preserven el futuro de la ganadería extensiva y actualizar los conocimientos de los más veteranos. Durante tres meses, de septiembre a noviembre, este será el cometido de quienes se inscriban en el curso que la consejería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural. "Poner en valor" esta actividad tradicional que se encuentra “en riesgo de desaparición”. Y las cifras confirman esta tendencia a la baja. Según el último censo agrario, la Comunidad Valenciana ha perdido más de 5.200 explotaciones ganaderas (un descenso de 57% en diez años) y 257.000 cabezas de ganado (-13,29%).
Se trata de un curso de ganadería extensiva y una escuela de pastores con 20 plazas disponibles al que podrán optar quienes residan en una de las tres provincias valencianas, tengan el título de Enseñanza Secundaria Obligatoria o equivalente y dispongan de carné B1 y vehículo propio. Los candidatos se someterán a 36 horas de formación teórica en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) de Moncada y a 44 horas de prácticas en granjas de ganadería extensiva y manejo. Además, se impartirán 20 horas de conferencias a cargo de profesionales invitados a las jornadas y experiencias prácticas.
Desde La Unió de Llauradors i Ramaders su secretario general, Ramón Mampel, ha valorado positivamente la iniciativa. “Ya hace tiempo que desde el colectivo estamos intentando llevar a cabo un proyecto similar al que quiere poner en marcha ahora la consejería. De hecho, presentamos uno centrado sobre todo en las comarcas de Castellón y de Teruel para formar a pastores en el ciclo productivo completo y no fue aprobado por la Generalitat”, ha lamentado.
A juicio de Mampel, es posible vivir de la ganadería extensiva -minoritaria en la Comunidad, donde predomina la intensiva- y es el mensaje que estamos trasladando a la consejería. Señala que en el caso de la provincia de Castellón el pastoreo sigue siendo una profesión con cierta actividad gracias a su vinculación con otros sectores como el de la elaboración de quesos, una especie de “tabla de salvación” para estos profesionales en vías de extinción. Cita como ejemplos los casos de Almedíjar y Torre d’En Besora, en las comarcas castellonenses del Alto Palancia y Alt Maestrat, respectivamente.
En Almedíjar, de 280 habitantes, “hay un quesero que se coordina con varios pastores de la zona para obtener la materia prima y además da trabajo a un equipo de ocho personas. Proporcionalmente, el impacto es el mismo que tiene la Ford en Valencia”, señala. El caso de Torre d’En Besora, de poco más de 160 habitantes, es similar. “Aquí dos hermanos llevan un ganado de 1.000 ovejas y cubren todo el ciclo completo, desde el pastoreo a la elaboración de quesos y yogures. Diez familias del pueblo viven de esto. Ellos están proporcionando equilibrio dentro del mundo rural”, asegura Mampel.
Según la última Memoria del Consell Ecnonòmic i Social (CES) de la Comunidad Valenciana, en el periodo 2013-2016 la cabaña ganadera ovina ha descendido en el último año un 2,1%. El resto de cabañas ha tenido un comportamiento dispar, ya que se ha producido un incremento del número de unidades de caprino (0,9%) y un descenso de 3,1% en el porcino.
El último censo de explotaciones dedicadas a la producción ganadera cifraba en unas 4.200 las explotaciones ganaderas, un 1,7% del total nacional. En el caso de la ganadería valenciana, la productividad de sus explotaciones es más elevada que la media de España, recoge la memoria del CES.
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