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El PP sigue líder pero le penaliza su gestión de la corrupción

Los votantes de Rajoy desaprueban también su política con Cataluña o los inmigrantes

Rafa de Miguel

Mariano Rajoy tiene dos anclas electorales sólidas y un rival histórico, el PSOE, en proceso de reconstrucción. La fidelidad del electorado del PP, y la alta valoración por parte de sus votantes al modo en que ha gestionado la economía, le permiten mantener la primera posición, con un respaldo del 31,2%, según la encuesta de Metroscopia elaborada para EL PAÍS. Esos mismos votantes, sin embargo, suspenden al Gobierno por el modo en que ha afrontado los tres grandes temas políticos del momento: la corrupción, la inmigración y el desafío catalán.

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En teoría, Mariano Rajoy podría convocar legalmente elecciones a partir del 3 de mayo. Y la incertidumbre en torno a la aprobación de nuevos Presupuestos o a la disponibilidad negociadora de un futuro PSOE —que dependerá mucho de quién se haga finalmente con el liderazgo del partido— invitan a especular con un adelanto electoral. Lo cierto es que esa posibilidad no está ni siquiera remotamente en la mente de los ciudadanos, por lo que el valor de la encuesta de Metroscopia reside únicamente en lo que tiene de reflejo del estado de ánimo actual. Hoy ese estado de ánimo es una foto fija que apenas castiga al PP y le mantiene en primera posición; consolida como segunda fuerza a Podemos sin pasarle apenas factura por su enfrentamiento fratricida en el congreso de Vistalegre 2; retiene en un dudoso limbo al PSOE a la espera de que resuelva su crisis; y sostiene, e incluso premia ligeramente el apoyo a Ciudadanos.

 Si se celebraran hoy elecciones generales, el Partido Popular obtendría un respaldo del 31,2%, muy por delante de su más directo rival pero dos puntos menos que los que obtuvo en la encuesta realizada el 12 de enero, y 1,8 puntos por debajo de sus resultados del 26 de junio de 2016.

Se posicionaría en segundo lugar Podemos, con un 21,5%. La formación de Pablo Iglesias pierde apenas dos décimas respecto al sondeo de enero. Sus votantes se mantienen fieles (el porcentaje de fidelidad es del 71%), a pesar de todo lo que llovió en Vistalegre a mediados de febrero, cuando el enfrentamiento entre Iglesias e Íñigo Errejón, aireado en medios y redes sociales hasta el extremo, llegó a su culminación en el congreso del partido, que supuso la laminación de las huestes del segundo.

El PSOE resiste en tercera posición, en un estado hibernado. Con un 19% de respaldo, apenas una décima menos que en enero aunque casi cuatro puntos por debajo de sus resultados del 26-J, da la impresión de que los socialistas han tocado suelo. Junto a los votantes que, pese a todo, les guardan fidelidad (un 54%, la menor fidelidad declarada de voto), existe una bolsa de seguidores muy amplia —hasta un 25%— que se ha concedido a sí misma un tiempo de espera antes de decidir si sigue respaldando al PSOE cuando se clarifique su dirección y su proyecto político.

Solo Ciudadanos sostiene, según Metroscopia, una lenta pero ascendente línea desde las elecciones de junio. Recibiría un apoyo del 16,5%, un punto más que en el sondeo de enero y 3,4 puntos más que el 26-J.

Economía, la baza del PP

El sondeo de Metroscopia sigue reflejando cómo se suaviza de un modo gradual la percepción negativa que los ciudadanos tienen de la situación económica (un 75% sigue mostrándose pesimista) frente a la dureza con que desaprueban la situación económica (negativa, para un 96%). Y de esa dicotomía no se escapa nadie, pero es particularmente llamativa en el caso del PP. Si los votantes de Rajoy valoran especialmente el modo en que ha sido capaz de gestionar la salida de la crisis (un 63%) o el modo en que hace frente a la delicada situación laboral del país (un 56%), le suspenden claramente por el modo en que está abordando los tres grandes desafíos políticos de la actualidad. Un 49% (frente a un 45%) de los que le apoyan se muestra descontento con su respuesta ante el reto independentista de Cataluña; un 77% desaprueba su respuesta ante la crisis de los refugiados. Y un 89%, la cifra negativa más alta, muestra su desagrado por el modo en que ha reaccionado frente a la corrupción.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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