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Rajoy le envía a Rivera información económica para negociar los presupuestos si logra la investidura

El presidente encarga a Montoro que perfile los números de la senda de crecimiento y el techo de gasto

Rajoy y Rivera, durante su reunión de la pasada semana.
Rajoy y Rivera, durante su reunión de la pasada semana.Jaime Villanueva

Mariano Rajoy ya le ha enviado a Albert Rivera algunos de los datos económicos necesarios para negociar en el futuro el techo de gasto de las administraciones y los presupuestos de 2017. Aunque Ciudadanos condiciona la apertura de negociaciones a que el candidato supere la investidura, coincide con el PP en la urgencia de tramitar las cuentas públicas y de cumplir con los compromisos de déficit adquiridos con Bruselas. Entre los datos enviados se encuentran las previsiones de ingresos y gastos más actuales del Gobierno, y los objetivos que el Ejecutivo espera alcanzar en 2016 y 2017, según explicaron a EL PAÍS fuentes conocedoras de la información transmitida.

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El calendario actúa de espuela para el ritmo negociador de los partidos. Rajoy estudia presentarse a la investidura en la primera semana de agosto. El Congreso debe aprobar el techo de gasto en la penúltima semana de ese mes, y el Senado en la última. Eso permitiría que el Consejo de Ministros tramite el proyecto de las cuentas públicas el 23 de septiembre y que la Cámara baja lo ratifique antes del 1 de octubre. Para cumplir con esos plazos, Rajoy encargó este martes a Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda en funciones, que empiece los trabajos para diseñar el techo de gasto y los presupuestos del próximo año. Varios de los dirigentes presentes y el propio Montoro entendieron de ese encargo que Rajoy intuye que puede haber Gobierno en breve y que su primera labor será cuadrar las cuentas.

Fuentes de los dos partidos subrayan que no ha habido aún ningún tipo de reunión o contacto preliminar entre los equipos económicos, y que la situación no variará hasta que Rajoy supere la investidura. Al tiempo, recuerdan que no tiene sentido iniciar ahora esas conversaciones, porque un gobierno en funciones tiene prohibido presentar un proyecto de presupuestos. Sin embargo, los dos líderes coinciden en priorizar los compromisos financieros de España, como adelantó EL PAÍS, e intentan agilizar hipotéticas negociaciones futuras iniciando ahora este intercambio de datos. La decisión permite que el equipo económico de Ciudadanos ya esté analizando las cifras macroeconómicas que maneja el Gobierno y que llegue con trabajo hecho a la mesa de negociaciones si Rajoy es elegido presidente. Como fruto de ese estudio, fuentes de la formación se muestran "cautamente optimistas" sobre la posibilidad de consensuar los presupuestos, aunque insisten en que lo primero es que haya Gobierno.

"El Gobierno está aún negociando con Bruselas y no hemos comenzado la negociación propiamente dicha, a falta de los números concretos del objetivo de déficit acordado por Bruselas", resumió un dirigente implicado en esta cuestión, que subrayó que este movimiento no está conectado con los intentos del PP por recabar el voto afirmativo de Ciudadanos para la sesión de investidura de Rajoy como presidente del Gobierno.

"No ha habido ninguna reunión para hablar de presupuestos, ni de nada que no sea la Mesa", advirtió José Manuel Villegas, vicesecretario general de Ciudadanos. "De hecho, no nos han convocado ni propuesto ninguna reunión de ese tipo".

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La relación entre el PP y Ciudadanos va fortaleciéndose según pasan los días de negociaciones. El partido de Rivera decidió la semana pasada que concedería al presidente en funciones su abstención, pese a que se había comprometido a no hacerlo durante la campaña electoral. Al tiempo, las dos fuerzas alcanzaron el lunes un acuerdo con beneficios mutuos: el PP se aseguró la presidencia del Congreso a cambio de ceder dos puestos a Ciudadanos en la Mesa que controla este organismo. La negociación de los presupuestos permitiría a Ciudadanos dejar su sello en las cuentas públicas y avanzar por la senda de la reducción de duplicidades administrativas, los cambios estructurales y el pinchazo de la burbuja política que propone en su programa.

Pese a esos avances, el partido de Rivera insiste en que no votará a favor de Rajoy y en que no pide contrapartidas por su abstención, que califica de técnica y explica como una cesión para favorecer el inicio de la legislatura y evitar una segunda repetición electoral. Este miércoles ha unido a ese posicionamiento estratégico una advertencia: si el PP pacta con los nacionalistas, Ciudadanos votará en contra de su candidato.

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