El ocaso de un gigante pesquero
La Guardia Civil, la Audiencia Nacional y el Ministerio de Agricultura desbaratan el entramado de pesca ilegal del grupo gallego Vidal
Cuando los agentes fueron a detener a los seis miembros de la familia de armadores Vidal en Ribeira (A Coruña) tuvieron la sensación de que allí ya se esperaba su visita. Este poderoso clan tiene una gran influencia en su tierra y los agentes del Seprona de la Guardia Civil que han participado en esta operación contra la pesca ilegal sospechan que se avisó a los Vidal desde una entidad bancaria a la que habían informado antes del caso.
A este imperio pesquero se le han acumulado los problemas en las dos últimas semanas. El Seprona, la Audiencia Nacional y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se han lanzado contra las prácticas de pesca ilegal en la Antártida que supuestamente esta familia realiza. Seis miembros del clan fueron detenidos y encarcelados de forma provisional por orden de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. Veinticuatro horas tardaron en salir, el tiempo que necesitaron para reunir la fianza de 600.000 euros que se les había impuesto.
Otras 16 personas están investigadas (antigua imputación) dentro de la Operación Yuyus. En ella, además del Seprona, han participado Interpol y otros 14 países. Se han localizado 3.500 toneladas de merluza negra, que el clan capturó en la Antártida a través de un entramado de empresas para ocultar que los buques con los que pescaban eran suyos. La Guardia Civil calcula que, con estas prácticas, podrían lograr cada temporada 10 millones de euros.
"Es un golpe importante", ha resaltado este viernes el capitán José Manuel Vivar, responsable de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente del Seprona. Es importante, ha resaltado, porque se les han intervenido varios de los buques que utilizaban para pescar ilegalmente; uno está retenido por las autoridades de Senegal y otro por las de Cabo Verde. Y es importante también porque el ministerio les ha retirado las licencias para pescar y se le han embargado 13 millones de euros.
De las subvenciones a la sanción
A la actuación por la vía penal (la Audiencia Nacional acusa al clan de delitos contra el medio ambiente, blanqueo, falsedad documental e integración en grupo criminal) se le une el expediente administrativo que cerró el jueves el Ministerio de Agricultura contra estos armadores: le han impuesto varias sanciones de más de 17,8 millones de euros también por pesca de merluza negra. "En dos días, la constelación de empresas de pesca pirata en torno a Vidal Armadores ha recibido multas récord y ha sido desarticulada", ha destacado este viernes la organización ecologista Oceana.
Pero la relación con la Administración de esta familia de armadores no ha sido siempre así de tensa. Greenpeace recordó la semana pasada que el grupo de empresas "ha recibido cerca de 16 millones de euros en subvenciones pesqueras desde 2002 a 2009 por parte de las administraciones españolas". Y todo a pesar del historial internacional de capturas ilegales que ya tenía Vidal.
El capitán José Manuel Vivar ha reconocido que existen indicios de prácticas de pesca irregular de este grupo desde principios de este siglo. En 2006, ya fue condenado por un tribunal de Estados Unidos por intentar vender también merluza negra ilegal allí. Pero en España no se han activado las investigaciones sobre él hasta hace pocos años. Vivar ha destacado este viernes el cambio que ha supuesto la nueva ley pesquera, "que permite acciones administrativas".
En marzo de 2015, el Ministerio de Agricultura lanzó una operación contra el armador. De esa Operación Sparrow ha surgido la multa de 17,8 millones. También, la investigación de la Guardia Civil que ha acabado en la Audiencia Nacional.
Barcos piratas
La pesca ilegal de la merluza negra se realizaba en aguas protegidas por la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. Esta convención, de la que forma parte España, obliga a los Estados a cumplir con las recomendaciones científicas sobre control de capturas. Para librar estas restricciones, el grupo Vidal, según la investigación policial, utilizaba buques con banderas de otros Estados.
Uno de estos barcos es el Kunlun. Primero, cuando tenía bandera de Guinea Ecuatorial, fue abordado por las patrullas australianas y neozelandesas en las aguas de la Antártida al inicio de la temporada de pesca 2014-2015. Luego, cambió su nombre a Taishan y su bandera, que pasó a ser de Indonesia. En septiembre pasado, fue localizado en el puerto de Dakar (Senegal), donde descargó su mercancía. En este momento, el buque se llamaba Asian Warrior y lucía la bandera de San Vicente y Granadinas. Pero la investigación de la Guardia Civil y la Interpol ha logrado demostrar que se trataba del Kunlun.
"Esta operación muestra claramente los logros que permite alcanzar la cooperación internacional, y es de esperar que sirva de base para otras investigaciones en el futuro", ha señalado este viernes David Higgins, jefe de la unidad de Interpol de Seguridad Medioambiental.
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