Un informe interno de la OMS señala sus fallos en la crisis del ébola
Los responsables regionales no vieron venir "la tormenta perfecta"
La Organización Mundial de la Salud (OMS) vuelve a estar en el ojo del huracán por su manejo de una crisis sanitaria, en este caso la del ébola que estalló en marzo en Guinea. El borrador de un informe interno al que ha tenido acceso Associated Press señala que el organismo tardó mucho en reaccionar ante la “tormenta perfecta que se avecinaba”, y culpa, sobre todo, a sus representantes regionales, que “no rinden cuentas ante la dirección”. “Prácticamente ninguno de los involucrados pudo ver la que se avecinaba”, dice el documento.
Entre los aspectos concretos que apunta el texto se indica que es “especialmente alarmante” que el representante de la OMS en Guinea no solo no se percatara de la que se le venía encima, sino que incluso no tramitó los visados para un equipo que iba a estudiar la situación sobre el terreno antes de verano y que “problemas burocráticos” impidieron en aquella época que llegara una primera ayuda de medio millón de dólares (unos 400.000 euros).
Ante la filtración de este documento, la OMS envió una nota en la que afirmaba que se trataba del “primer borrador de un pequeño equipo que estaba elaborando una cronología del ébola para una revisión futura”. Dado su carácter preliminar, la organización ha anunciado que “no dará entrevistas ni dará explicaciones sobre este documento hasta que no esté finalizado”. Una vez que se acabe el brote —el mayor ébola desde que se descubrió el virus en 1976— la OMS ha anunciado que ofrecerá “un detallado análisis de la respuesta” ante la crisis. “Nuestro objetivo ahora tiene que ser salvar vidas. No podemos dedicar nuestros recursos a hacer ahora un detallado análisis de cuál ha sido la respuesta. Esto se hará cuando el brote se haya superado”, dice la nota enviada por la OMS.
La filtración de este documento ha servido para reactivar las críticas a la organización por su manejo de la crisis. Peter Piot, codescubridor del virus y exdirector de Onusida ha sido de los más beligerantes. El científico critica, sobre todo, que la OMS tardara hasta después de verano en decretar la alerta internacional ante la enfermedad, cuando esta fue comunicada en marzo por las autoridades de Guinea (y, en verdad, cuando su expansión había comenzado en diciembre de 2013).
La OMS no es la única organización cuestionada en esta crisis. La reunión del jueves de los ministros de Sanidad con la Comisión Europea fue la primera a alto nivel para tratar la situación, y acabó sin compromisos concretos aparte de tener localizados a los viajeros que llegaran de países afectados.
Tampoco el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) ha tenido protagonismo. Ayer señaló la “posible evolución explosiva” de la situación, pero, como ejemplo de su falta de protagonismo, países como Francia y Reino Unido han desoído su advertencia sobre la inutilidad de tomar la temperatura a los pasajeros que llegan de zonas afectadas y ya han comenzado a hacerlo.
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