Aznar a Chávez: “Mira, Hugo, si hubiera querido dar el golpe, no estarías aquí”
El expresidente negó personalmente al mandatario venezolano su participación en el intento golpista
“Mira, Hugo, si yo hubiera querido dar el golpe y lo hubiera organizado, te aseguro que tú ahora no estabas aquí”. Con estas palabras José María Aznar rechazó personalmente ante Hugo Chávez las acusaciones que le vinculaban al intento de golpe de Estado de abril de 2002 en Venezuela. Así lo relata el expresidente del Gobierno en la segunda entrega de sus memorias (El compromiso del poder, Planeta).
"Por supuesto, es rotunda y absolutamente falso que España tuviera algo que ver en el intento de golpe de Estado en Venezuela", mantiene el actual presidente de la fundación FAES. "Yo mismo me encargué de decírselo personalmente a Chávez, cenando una noche en el restaurante La Rosa Náutica, de Lima, con motivo de la cumbre iberoamericana de la que el presidente peruano Alejandro Toledo era anfitrión. Hablamos claro. Muy claro", prosigue. "Le dije que estaba harto de sus acusaciones, e incluso fui un poco más lejos: 'Mira, Hugo, si yo hubiera querido dar el golpe y lo hubiera organizado, te aseguro que tú ahora no estabas aquí".
Aznar, que vincula el intento de derrocar al exmandatario venezolano, fallecido el pasado marzo a "un punto de inflexión en la vida de Chávez y su relación con España", asegura además que, cuando se produjo el golpe, el Gobierno de Fidel Castro le pidió "que organizara un convoy para sacar a Chávez de Caracas y que lo trajera a España". "Los amigos castristas de Chávez también querían que interviniésemos para garantizar la seguridad de la Embajada de Cuba en Caracas y que la Embajada de España asumiera sus funciones de protección de los cubanos en el país. Daban por supuesto que el golpe iba a triunfar y que las relaciones con La Habana se iban a romper", narra el exjefe del Ejecutivo.
Lo que hizo Aznar fue pedir al presidente de la llamada Junta Cívico-Militar del golpe, Pedro Carmona, “garantías para Chávez y respeto a la legalidad”. “No pensaba que el presidente, entonces depuesto, fuera a ser objeto de violencia o maltrato, pero creí que mi obligación era decirlo”, señala el expresidente antes de hacer una reflexión. Finalmente, razona, “las personas que se habían hecho cargo del poder no supieron manejar la situación y el golpe fracasó”. “Lo cual”, añade, “me ha llevado muchas veces a la siguiente reflexión: si desde España hubiéramos accedido a la petición cubana, es mucho más probable que el golpe hubiera triunfado y que Chávez hubiera muerto en el exilio. De ahí que siempre me resultara paradójica y absurda la acusación de haber intentado derrocarle. No solo no lo hice, sino que involuntariamente contribuí a mantenerle en el poder”.
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