Bauzá minimiza el impacto de los nuevos impuestos ‘verdes’ en los ciudadanos

“Un impacto muy pequeño” sobre 1,1 millón de ciudadanos, que “prácticamente no se verán afectados”. Así ha minimizado este miércoles el presidente del Gobierno de Baleares, José Ramón Bauzá, del PP, la carga sobre los consumidores de los tres nuevos impuestos autonómicos que ha creado su Gobierno: en la compra de envases no retornables, para coches de alquiler y sobre las empresas de grandes superficies. Es la llamada “reforma fiscal verde”, con tasas que tendrán carácter “temporal”, según el poder regional.

Bauzá piensa recaudar 35 millones gravando hasta un 22% cada botella de agua de un litro y medio y un 9% las latas de cerveza. Los empresarios calculan que alguna familia pagará un sobre coste de 400 euros al año. Con el impuesto de grandes comercios, el Gobierno balear ha calculado que ingresará ocho millones, y, otros 15, por el impuesto sobre los automóviles de alquiler. Además el incremento del canon de agua –horizontal para todos los consumidores- supondrá una recaudación de 12 millones más.

"Los impuestos están bien diseñados y previstos y afectan muy minoritariamente a los ciudadanos”, ha detallado Bauzá, que ha salido así al paso de la lluvia de quejas y advertencias de denuncias lanzadas desde las patronales y gremios empresariales afectados. "A nadie le gusta que le suban los impuestos". Y ha asumido que la implantación de nuevas cargas fiscales "va contra el ideario y los compromisos" del PP.

El presidente balear ha subrayado la recuperación del impuesto de patrimonio -para más de un millón de euros en propiedades-, para cimentar su tesis sobre la no incidencia de las tasas sobre el común de los ciudadanos. "La realidad es la que es", ha observado. "No subiríamos impuestos si no tuviéramos una deuda tan elevada".

Bauzá ha celebrado que la suya sea la segunda comunidad que ha registrado menor déficit hasta septiembre, con un 0,33% del PIB. "Estamos haciendo el trabajo adecuado, estamos reestructurando la administración de la manera adecuada y nos queda mucho trabajo por hacer". No obstante, ha reconocido la intervención técnica del Gobierno central cuando ha afirmado que el Ejecutivo de Rajoy “nos dice que vamos por el bueno camino” y ha definido su estrategia como “una nueva forma de vivir la política”.