El vicecanciller alemán visita Moncloa en plena preparación para el rescate

La presión política crece y hasta el presidente catalán, Artur Mas, se atreve en público y no solo en privado a animar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a que pida el rescate. Y el ministro de Economía, Luis de Guindos, vio ayer cómo varios portavoces de la oposición le exigían en el Congreso de los Diputados que aclare ya qué quiere hacer. Sin embargo, Mariano Rajoy sigue manteniendo el suspense y el Ejecutivo insiste en que tomará con calma la decisión.

Distintas fuentes gubernamentales aseguran que la petición no es inminente, tal y como dijo Rajoy el pasado martes. No parece, señalan dichas fuentes, que la demanda pueda plantearse en la reunión del Eurogrupo del próximo lunes. De hecho, Guindos tiene previsto viajar al día siguiente a Tokio (Japón) para participar en la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI). Aunque nadie se atreve a descartarlo del todo.

En cualquier caso, todas las fuentes consultadas insisten en que la petición está prácticamente preparada a falta del sí definitivo de Alemania. En ese contexto, ayer se produjo la segunda visita relevante de la semana. Después de Olli Rehn, el comisario encargado de coordinar el apoyo de la Unión Europea a un posible rescate español —y que dijo el pasado lunes que está “listo para actuar” cuando España lo decida—, ayer acudió a La Moncloa Philip Rösler, el vicecanciller y ministro de Economía alemán. Se reunió con Guindos, con el ministro de Industria, José Manuel Soria, y con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Fuentes del Ejecutivo insisten en que estas visitas son normales y que la de ayer se programó a finales de agosto, por lo que la desvinculan de cualquier petición de rescate. Los contactos de alto nivel con el Gabinete alemán se producen casi cada semana, insisten.

No es tan poderoso, influyente y conocido como el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, el hombre con el que Guindos tiene que negociar el rescate. Pero Rösler, de origen vietnamita, representa una clave política importante para los intereses españoles: es el presidente del FDP, el partido de los liberales alemanes.

Angela Merkel gobierna en coalición con ellos, y uno de los motivos por los que esta retrasa el rescate es, precisamente, para evitar tensiones entre los dos socios de Gobierno, aseguran fuentes del Ejecutivo español. La canciller es remisa a llevar al Parlamento un segundo rescate para España, después del financiero, y quiere estar segura de que tanto los liberales como su propio partido lo asumen. Así que la impresión que Rösler se llevó ayer es importante.

En público, el ministro alemán mostró su entusiasmo con la política de recortes de Rajoy: “Es un increíble logro poder combinar la consolidación fiscal con una serie de reformas muy difíciles, como la del mercado laboral, la de la Seguridad Social o las privatizaciones. España va por el buen camino”, aseguró. Es un mensaje similar al que ofreció la propia Merkel cuando a principios del pasado septiembre acudió a Madrid.

Rösler, como ella, también lanzó un mensaje a los españoles: “Alemania y el Gobierno alemán sienten gran respeto por las reformas que se están haciendo en España, pero también sienten gran respeto por las personas que tienen que sufrir y padecer las reformas”. E insistió en que los alemanes también tuvieron que asumir “bastantes sacrificios” hace 20 años y también se llevaron a cabo manifestaciones de protesta.

En medio de los rumores sobre una petición de rescate inminente, Rajoy se reunirá mañana por la tarde en Malta con el presidente francés, François Hollande, y con el primer ministro italiano, Mario Monti, según confirmaron ayer fuentes de El Elíseo y del Palazzo Chigi. El encuentro trilateral tendrá lugar al margen de la cumbre que los cinco países del suroeste de Europa (Portugal, España, Francia, Italia y Malta) y los cinco del Magreb (Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia) mantienen la isla mediterránea.