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Mas solicita ayuda al Gobierno para aliviar su falta de liquidez

La Generalitat exige a Rajoy que escuche a Cataluña

Artur Mas.
Artur Mas.MARCEL·LÍ SÀENZ

El plantón de Cataluña en el Consejo de Política Fiscal y Financiera no debe interpretarse como un portazo definitivo sino como una advertencia de lo que puede venir en el futuro si el Gobierno no escucha las demandas de la Generalitat, que en el corto plazo pasan por relajar el límite de déficit y en el medio por la negociación del pacto fiscal. Así lo dejó claro ayer el presidente catalán, Artur Mas, a Mariano Rajoy. “España no saldrá de esta complicada situación a base de ahogar a la Generalitat y a Cataluña”, enfatizó.

Mas defendió que “Cataluña es demasiado importante en el conjunto de España y en sus exportaciones como para que España salga sola de esta situación”. “A base de menosprecio y falta de respeto no resolverán nada”, dijo en referencia a la actitud del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a quien la Generalitat considera como una suerte de pirómano que no colabora a crear un buen ambiente de trabajo entre el Estado y las autonomías.

Ahogado por la crisis de liquidez, Mas pidió al Gobierno una “suma de esfuerzos” mientras el Gobierno catalán busca cómo hacer frente a pagos por valor de 430 millones a hospitales, escuelas y entidades sociales concertadas. En la gestión de esta crisis hay ausencias sonoras. Es el caso de los consejeros de Bienestar y Familia y el de Economía, desaparecidos estos días del primer plano y que no darán explicaciones hasta el viernes en el Parlamento.

Mientras llegan los argumentos y los fondos, las entidades y centros buscan fórmulas para poder hacer frente a pagos esenciales (nóminas y algún proveedor). “Hemos hecho un curso de imaginación para buscar la forma de capear el bache”, admite Andrés Rueda, presidente de la asociación de directores de residencias (Ascad).

Desde la confirmación del impago el pasado lunes, los responsables de centros y entidades han comunicado a sus trabajadores y proveedores que no cobrarán con normalidad. Algunas patronales del sector social calculan que un 50% ha podido pagar las nóminas, mientras que en el resto de casos se ha abonado solo una parte. Las entidades también han pedido aplazar el pago del IRPF o del IVA, así como facturas no prioritarias. Eso sí, la alimentación de abuelos, discapacitados o niños tutelados es de las primeras en la lista a pagar.

El sector también ha buscado el amparo de los bancos, pero sin mucho éxito. Se quejan de que varias entidades bancarias han rechazado su petición de crear una línea de crédito válida todo el sector para salvar esta situación. Las entidades han conseguido el favor de los bancos solo en casos puntuales y a título individual, y ello a pesar de contar con un certificado de reconocimiento de la deuda de la Generalitat. “Vas al banco con el papel y te hacen un avión con él”, bromea el presidente de una entidad. Otros están encontrando mejor recepción en la banca ética.

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