Margallo, el Rey y Rajoy buscarán el apoyo de Brasil

Brasil es la potencia emergida de América Latina y su apoyo resulta fundamental para España en un momento en que las expropiaciones de YPF o Red Eléctrica provocan roces con Argentina o Bolivia. Por eso, el Gobierno español ha diseñado una ofensiva diplomática que incluye sucesivos viajes a Brasil del ministro de Exteriores, el Rey y el presidente del Gobierno en poco más de un mes.

El primero que desembarcará en la excolonia portuguesa será el jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, quien a partir del miércoles y durante tres días visitará Brasilia, São Paulo y Río de Janeiro, donde se reunirá con su homólogo brasileño, Antonio Aguilar Patriota. También mantendrá contactos con empresarios españoles y con representantes del sector de la energía, en el que destaca la petrolera española Repsol, en asociación con la china Sinopec.

El 3 de junio, tras presidir en Valladolid los actos conmemorativos del Día de las Fuerzas Armadas, en la que constituirá su primera aparición pública tras la reciente intervención de cadera, don Juan Carlos tiene previsto emprender viaje rumbo a Brasil (donde se reunirá con la presidenta, Dilma Rousseff) y Chile (donde asistirá a una cumbre de los países iberoamericanos ribereños del Pacífico en Antofagasta).

Finalmente, Rajoy acudirá el 20 de junio en Río de Janeiro a la cumbre Río+20, de desarrollo sostenible organizada por la ONU, y visitará también São Paulo, la gran megalópolis de Sudamérica.

Cumbre de Cádiz

Entre otros objetivos, la diplomacia española quiere asegurarse la presencia de Dilma Rousseff en la Cumbre Iberoamericana de Cádiz de noviembre próximo. Ante un posible boicoteo argentino, la siempre imprevisible actitud de los países del eje bolivariano y la situación de transición de México, q ue estará con un presidente en funciones, la presencia de la mandataria brasileña será esencial para evitar que se repita el fiasco de la última cumbre de Asunción (Paraguay).

Además, Margallo sondeará a Brasil sobre la posibilidad de que la UE llegue a un acuerdo de asociación por separado con los países de Mercosur, dejando a un lado a Argentina, como represalia por la expropiación de YPF y por su política proteccionista, a lo que se opone Uruguay.