Rajoy, inflexible con el recorte autonómico, se apoya en sus barones

El presidente Mariano Rajoy no parece muy satisfecho con la interpretación que se le ha dado a su decisión de no cumplir el objetivo del 4,4%, sobre todo fuera de España. Solo así se explica que quisiera ayer hacer una extensa explicación, antes de que nadie le preguntara, de los porqués de esa decisión. Detalló que ni hay desafío, ni incumplimiento, ni siquiera ocultación a la opinión pública. Pese a que hasta hace un mes Rajoy insistía en que cumpliría el 4,4%, ayer aseguró: “El Gobierno ha actuado conforme a un plan anunciado. Estamos cumpliendo escrupulosamente nuestros compromisos”. Se le preguntó si había pactado la cifra del 5,8% con otros líderes europeos. “Yo ni pacto ni dejo de pactar [con la UE]. Hago lo que me parece sensato”, remató.

Le echó un capote Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, que comparecía con Rajoy: “España no ha renunciado al objetivo del déficit, no ha cambiado el punto de destino, que es el 3% en 2013”. Esto es, la tesis española de que lo único importante es llegar al 3% en 2013.

El presidente sigue pues con su defensa, sobre todo pensada para el exterior —algunos influyentes periódicos internacionales han sido muy críticos—. Sin embargo, en España la batalla ya va por otro lado. La cifra del 5,8% ha sido generalmente bien acogida, pero lo que ya está abriendo la brecha es el reparto. El grueso del recorte, 15.800 millones de euros, se lo llevan las autonomías. Cataluña y Andalucía, no controladas por el PP, exigen que se flexibilice ese recorte o se pondrá en riesgo el gasto social.

Rajoy se mostró ayer claramente inflexible. Explicó que ya habido una pequeña relajación —se ha pasado de un objetivo del 1,3% a otro del 1,5%— y que eso es todo lo que se va a conceder. Lo que no quiso aclarar es si, como señalan en público y sobre todo en privado la mayoría de los presidentes, ese recorte de 15.000 millones en plena recesión va a suponer una clara bajada del gasto social, que él prometió no tocar.

El argumento del presidente, presionado por Europa para que reduzca el gasto de las autonomías, algo a lo que él se ha comprometido, es que el Gobierno está ayudando a las comunidades con créditos, especialmente el de 35.000 millones de euros que les servirá para pagar a los proveedores.

El presidente dice que ya ha ayudado a las comunidades y ahora deben recortar

En la misma línea inflexible se mostró el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que hoy se reunirá con todos los responsables autonómicos de Hacienda en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Cataluña y Andalucía ya han dicho que pedirán flexibilidad. Montoro les retó: “Estoy seguro de que ninguna comunidad me pedirá formalmente esa flexibilidad con su objetivo de déficit. No les conviene para su valoración en los mercados”, dijo en un tono casi amenazante. Algunas autonomías señalan que el mismo argumento que vale para el Gobierno, esto es que un objetivo del 4,4% era inasumible e irreal, puede valer para ellos. Hay casos extremos, como Castilla-La Mancha, que tienen que bajar del 7% al 1,5% en plena recesión.

Rudi asegura que “salvo hecatombe” no se tocará el gasto social

Sin embargo, Rajoy y Montoro comprobaron ayer la utilidad de que su partido controle casi todo el poder. Ningún presidente del PP se mostró díscolo. Al contrario, todos mostraron de una u otra manera su apoyo a los objetivos marcados por el Gobierno, aunque desde Galicia, Alfonso Rueda, consejero de Presidencia, pidió algún tipo de “incentivo” para las autonomías que mejor cumplen, como la suya.

Luisa Fernanda Rudi, presidenta de Aragón, que se reunió con Rajoy, apoyó expresamente el plan y dijo que su comunidad cumplirá el 1,5% y “salvo hecatombe” de desplome de ingresos eso “no afectará al gasto social”.

Para rematar esa unidad, Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general, reunirá hoy a todos los consejeros del PP para hacer frente común en el Consejo de Política Fiscal.