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Rajoy dirige sus dardos a Rubalcaba por criticar en 2010 la reforma constitucional

El líder popular ofrece su apoyo por "coherencia" y "porque hay que hacerlo" Reprocha las "descalificaciones" de las que fue objeto por proponer una reforma similar

Mariano Rajoy, en la tribuna de oradores durante el pleno extraordinario celebrado en el Congreso
Mariano Rajoy, en la tribuna de oradores durante el pleno extraordinario celebrado en el CongresoSERGIO PEREZ (REUTERS)

Mariano Rajoy ha esperado varios meses para criticar al candidato socialista a las elecciones generales, y más de un año para devolver lo que ha tildado de "chanzas". Hoy lo ha hecho. Ha tenido tiempo para considerar su respuesta, y desde que el presidente del Gobierno le propuso reformar la Constitución para fijar un techo de gasto ha preparado sus dardos para Alfredo Pérez Rubalcaba. En el Congreso de los Diputados y en un momento solemne, cuando todos aguardaban su contestación al ofrecimiento del presidente para consensuar la modificación, Rajoy ha criticado con acidez a Rubalcaba, denunciando veladamente su inconsistencia por burlarse de aquello que hoy propone su grupo parlamentario, fijar en la Constitución una regla de estabilidad presupuestaria. Por su parte, Rubalcaba ha asegurado a su salida del hemiciclo que Zapatero le "convenció" de su propuesta de reforma anoche, justo después de que informara a Rajoy.

Acostumbrado a recibir un “no” por respuesta cuando ha llamado a la puerta de la oposición, el presidente del Gobierno puede solventar su última reforma de calado con un apoyo inusual, el de Rajoy y su grupo parlamentario. Zapatero ha recibido el respaldo público del líder Partido Popular a su propuesta de reforma de la Constitución. “Por nosotros no va a faltar”, ha dicho Rajoy en el Congreso. Antes, Zapatero había obtenido su compromiso en privado, según ha aclarado el propio Rajoy. El líder popular, ahora necesario para completar con su grupo la mayoría de tres quintos requerida para aprobar la reforma, se ha permitido incluso recordar que él ya lo dijo, que en junio de 2010 planteó una iniciativa similar.

Rajoy sabía que el presidente se reservaba una propuesta de calado para un pleno convocado fuera del periodo ordinario de sesiones. Y aunque la ha apoyado “porque hay que hacerlo”, había preparado una retahíla de reproches al Gobierno que le ha servido para denunciar la inconsistencia del Gobierno y, particularmente, de Alfredo Pérez Rubalcaba, en su día vicepresidente y ministro del Interior, y hoy candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE. Ha sido la queja del que en su día se sintió “descalificado”. El líder popular ha recordado que él ya propuso incorporar a la Constitución una limitación del déficit público. Fue el 25 de junio de 2010 ante el Foro Nueva Economía, acompañado aquel día de 160 representantes de las principales empresas y bancos españoles. “Promoveré un consenso político en España para constitucionalizar los principios de la estabilidad presupuestaria”, dijo entonces. Aquella mañana señaló cuál debía ser ejemplo de la nueva e “imprescindible” disciplina presupuestaria, que establece techos de gasto y endeudamiento en todas las administraciones: “Alemania ya ha hecho algo parecido, con una modificación constitucional”.

Aparentemente dolido, ácido, pero también reconfortado, Rajoy ha recordado hoy las palabras por las que fue objeto, ha dicho, de “una descalificación en toda regla”. “Se me pidió que dejara las ideas geniales y se me dijo que había improvisado un cambio en la Constitución como si fuera una panacea”. Todo, según el candidato popular, “en tono despectivo y con ironía poco fina”. Sin desvelar el nombre de la persona que le dirigió tales críticas, Rajoy ha continuado lanzándole sus dardos, casi sin reparar en el presidente Zapatero: “Me gustaría saber, señor presidente del Gobierno, si quien hizo las descalificaciones, las gracias, las chanzas y demostró un alarde de conocimientos económicos sin parangón, ha cambiado de opinión y hoy dice exactamente lo contrario que dijo hace un año”. Y entonces ha desvelado el nombre de la persona a quien dirigía sus reproches: “Esa persona fue el señor Pérez Rubalcaba, hoy líder de su partido”. Rajoy se ha dirigido así por primera vez al candidato socialista, indirectamente, citándole como ejemplo de la incoherencia que a su juicio ha mostrado el Gobierno en materia económica.

Rajoy ha recordado que el día después de que él propusiera la reforma, Rubalcaba le pidió que dijera “algo útil” a la ciudadanía española, en lugar de proponer un cambio de la Constitución para acabar con la crisis en un “plis-plas”. En la I Convención Municipal de los Socialistas de Mallorca celebrada el 26 de junio de 2010, Rubalcaba se quejó de que Rajoy planteaba el cambio de la Constitución “como si fuera la panacea”, y calificó su idea de “genial”. Más adelante, con el gasto de las comunidades autónomas instalado en el debate público, el PP ha recordado que Rubalcaba se mostró abierto a introducir “pequeños cambios” en la legislación, sin imponer “por ley del Estado un techo de gasto a las comunidades autónomas (…) porque creemos que va contra la Constitución”. Rubalcaba se ha mostrado desde entonces favorable a que sean las Comunidades quienes establezcan su propio techo del gasto. “Cómo llegar a este objetivo (del límite del déficit público) es competencia de cada administración”, manifestó el candidato socialista en una conferencia en el Foro Barcelona Tribuna (13 de abril de 2011), según los populares.

Aunque Rubalcaba ha sido el objetivo central de las críticas de Rajoy, el Partido Popular también ha señalado a José Luis Rodríguez Zapatero y a la ministra de Economía, Elena Salgado. En un argumentario distribuido a la prensa, los populares recuerdan que el presidente del Gobierno aseguró que la reforma constitucional no tenía “ni fundamento, ni eficacia, ni capacidad” para combatir la crisis económica, en el debate sobre el Estado de la Nación celebrado el 14 de julio de 2010. A juicio del PP, Elena Salgado “arremetió contra Rajoy cuando le preguntó si “realmente quiere terminar con la crisis reformando la Constitución” en el debate de totalidad de los Presupuestos de 2011, y aseguró que “no tiene ningún sentido” la reforma para imponer un techo de gasto a las comunidades autónomas, pues “no cabe en la Constitución” (28 de octubre de 2010, en el Foro Cinco Días). Según el PP, tanto Salgado como Zapatero se mostraron reacios a incorporar una regla de gasto no negociada o impuesta a las comunidades autónomas.

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Pero más que Salgado o Zapatero, la diana de los dardos de Rajoy ha sido hoy Rubalcaba. El líder popular ha esperado hasta hoy para dirigirse al candidato socialista a las próximas elecciones generales. Sobre la bocina, a punto de cerrarse la legislatura, le ha reprochado las “chanzas” de las que fue objeto hace casi un año, más ácido que dolido. "Ni siquiera pido a cambio que se retiren las injustas descalificaciones que entonces se produjeron", ha concluido, antes de asegurar "por coherencia" su apoyo a la reforma.

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