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Así suena en las radios de Chad el fin de la violencia contra las niñas

En Chad, un 67% de niñas han sido obligadas a casarse siendo menores, un 34% han sido víctimas de mutilación genital femenina y solo el 19% llega al primer ciclo de secundaria. ¿Puede una radio contribuir a que las niñas dejen de sufrir solo por serlo?

violencia niñas Chad
Una de las integrantes del proyecto “Club de niñas”, promovido por la campaña La LUZ de las NIÑAS de Fundación Entreculturas, durante un programa de radio.Irene Galera

A través de las ondas radiofónicas, la voz de Elbeka, Mariam y Awa viaja desde un pequeño estudio de grabación en Baga Sola, en la provincia del Lago Chad, para colarse en las casas de toda la región. Con tono seguro y decidido, denuncian la violencia que las niñas como ellas sufren simplemente por ser niñas.

“Al principio me intimidaba hablar por la radio, pero después de transmitir me sentí feliz de poder expresarme. Si las niñas empezamos a hablar en la radio desde pequeñas, podremos decir de todo y en todas partes. Además, es una muy buena manera de crear conciencia para que la sociedad abandone las prácticas como el matrimonio infantil. Todos en la comunidad tenemos acceso a la radio”, explica Elbeka, de 14 años.

Solo el 31% de los hombres saben leer y escribir y en el caso de las mujeres, solo un 14%
Organización de Naciones Unidas

La crisis en la provincia del Lago, ubicada en el oeste de Chad, se intensificó en el año 2014 con la escalada de los ataques de varios grupos armados en Nigeria y el norte de Camerún, provocando el desplazamiento de grupos de población cada vez mayores. Actualmente, la situación se ha deteriorado y las necesidades de asistencia han aumentado. Se estima que el número de personas refugiadas en Chad es de 1,1 millones y cerca del 54% son niñas y mujeres.

En contextos de crisis humanitaria, la radio juega un papel muy importante. Facilita la educación a distancia en zonas en las que su acceso ya es de por sí un desafío para muchos niños y niñas afectados por el conflicto. Además, sirve para transmitir a la población información relevante sobre seguridad, prevención de enfermedades e, incluso, promover los derechos de las niñas y protegerlas de prácticas dañinas.

Elbeka, Mariam y Awa, integrantes del proyecto El club de las niñas, en el set de grabación de Radio Ningui, en Baga Sola, Chad.
Elbeka, Mariam y Awa, integrantes del proyecto El club de las niñas, en el set de grabación de Radio Ningui, en Baga Sola, Chad.Irene Galera

De ahí la importancia de las radios comunitarias, emisoras democráticas accesibles a todo el mundo y que no entienden de nivel económico ni educativo, algo especialmente relevante en Chad, ya que es uno de los países con la tasa de alfabetización más baja del mundo. Según la UNESCO, solo el 31% de los hombres saben leer y escribir y en el caso de las mujeres, solo un 14%. En cuanto a la libertad de prensa, el país ocupa el puesto 104 de 180 en el ranking de Reporteros Sin Fronteras.

La radio como reflejo de la tradición oral

No es raro encontrarse en Chad con un grupo de 15 o 20 personas reunidas alrededor de una radio bajo la sombra de un árbol. En numerosos contextos en África, la radio es mucho más que un medio de comunicación, es un símbolo social, reflejo de la larga tradición oral del continente. Además, su éxito se debe, entre otras razones, a su capacidad de adaptarse a las particularidades del continente, ya que permite llegar a zonas de difícil acceso y hacer frente a la complejidad geográfica y la falta de infraestructura. Las niñas han percibido su potencial y se han dicho “¿por qué no usarla para denunciar la desigualdad y la violencia que sufrimos en nuestro día a día?”.

Junto a Elbeka, Mariam y Awa, otras 21 niñas, en su mayoría refugiadas o desplazadas internas, se reúnen varias veces al mes en el estudio de Radio Ningui. Todas ellas conforman el llamado “Club de niñas”, promovido por la campaña La LUZ de las NIÑAS de Fundación Entreculturas. En este espacio, las niñas se encuentran para debatir sobre temas como la menstruación, la mutilación genital femenina o el matrimonio infantil precoz y forzado y preparan los guiones de sus programas, emitidos en esta radio comunitaria a través del 97.2. Y es que la infancia en Chad atraviesa muchas dificultades, pero la situación de las niñas es particularmente grave. Un 67% han sido obligadas a casarse siendo menores, un 34% han sido víctimas de mutilación genital femenina y solo el 19% de las niñas llegan al primer ciclo de secundaria, frente a más del 40% de los niños, según Naciones Unidas.

El éxito de la radio se debe, entre otras razones, a su capacidad de adaptarse a las particularidades del continente, ya que permite llegar a zonas de difícil acceso y hacer frente a la complejidad geográfica y la falta de infraestructura

Volvamos por un momento al grupo de personas que escuchaba la radio a la sombra de un árbol. Haciendo un cálculo simple, si tenemos en cuenta las cifras de violencia hacia las niñas, llegaremos a la siguiente conclusión: 13 de esas 20 personas que oyen la radio, quizás, estén pensando en obligar a sus hijas menores a casarse, siete de ellas, en practicarles una mutilación genital, y 16, en sacarlas de la escuela para que sus hermanos varones puedan continuar estudiando. Por eso es tan importante que la voz de las niñas y adolescentes esté presente en las radios comunitarias.

Koubra frente al estudio de Radio Ningui, en Baga Sola, Lago Chad.
Koubra frente al estudio de Radio Ningui, en Baga Sola, Lago Chad.Irene Galera

“Somos valientes. Cuando regresamos a casa ―después de transmitir el programa— nuestros padres y la gente del vecindario nos felicitaron, nos dijeron que la información que habíamos dado era muy interesante”, afirma Elbeka.

Como explica Elbeka, la valentía de las niñas a través de la radio está teniendo un impacto en las comunidades. Sin embargo, para que estas iniciativas multipliquen su alcance, sigue siendo necesaria una mayor implicación de los gobiernos e instituciones para garantizar una protección efectiva de los derechos de las niñas. Esto es fundamental si queremos conseguir lo fijado en la meta 5.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que contempla la eliminación de toda práctica nociva para la mujer en el año 2030. Mientras tanto, las niñas del Lago Chad continuarán alzando sus voces para protegerse de la violencia.

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