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Tribuna
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Lo que Latinoamérica puede enseñar al resto del mundo sobre la despenalización del aborto

Desde que se legalizó la interrupción voluntaria del embarazo en Ciudad de México en 2007, se ha registrado una reducción del 80% en los casos de urgencias y no ha habido ninguna muerte relacionada

Latinoamerica aborto
Celebración de la decisión de la Suprema Corte de Justicia de México, que declaró inconstitucional la penalización del aborto, en Saltillo, en septiembre de 2021.DANIEL BECERRIL (Reuters)

Este mes se cumple el primer aniversario de dos momentos importantes en los derechos reproductivos: la decisión histórica en México de despenalizar el aborto y la prohibición casi total del aborto en Texas. Con los derechos reproductivos avanzando en direcciones tan diferentes, ¿qué puede aprender Estados Unidos de los avances que estamos viendo en Latinoamérica?

Lo que ocurrió el año pasado en México no es un hecho aislado. La Marea verde está barriendo todo el continente, desafiando las prohibiciones restrictivas del aborto y ampliando los derechos de las mujeres, desde Uruguay hasta México, pasando por Chile, Argentina y Colombia.

Este cambio habría sido inconcebible incluso hace 10 años, y es mucho lo que podemos aprender de quienes allanaron el camino e inspiraron el movimiento a favor de la libertad de elección en todo el mundo.

La importancia de las redes populares

Como mexicanas y como defensoras de los derechos reproductivos, avanzamos a hombros de quienes nos precedieron. A finales de este mes, celebraremos el Día Internacional del Aborto Seguro, un día iniciado por mujeres latinoamericanas en la década de 1980 en respuesta a las leyes restrictivas del aborto. En aquel entonces, mujeres de toda la región se reunieron en Argentina, y el evento pasó a convertirse en una celebración anual y en un llamamiento a favor de los derechos reproductivos en todo el mundo.

Lo que ocurrió en esa reunión supuso un cambio de rumbo para las mujeres. Las brasileñas que asistieron al acontecimiento empezaron a correr la voz sobre una píldora inventada para tratar las úlceras gástricas, el misoprostol. Este fármaco, poco conocido fuera de Brasil en aquella época, podía utilizarse para interrumpir de forma segura un embarazo prematuro.

El pasado debe recordarnos los peligros de restringir el aborto, mientras que nuestro presente nos puede dar esperanza y motivación para seguir luchando por el progreso

Tras el evento, el conocimiento del aborto médico seguro se extendió gracias al boca a boca, y el fármaco se convirtió en un elemento esencial para la atención del aborto. Hoy este medicamento es un salvavidas vital para las mujeres y se emplea, junto con la mifepristona, como parte de un método de dos pasos para interrumpir de forma segura un embarazo prematuro. Actualmente, en Estados Unidos, estos medicamentos se anuncian como una forma de garantizar el acceso, con grupos como Plan C y Women on Webworking, en todo el país tras la sentencia del Tribunal Supremo que revocó el caso Roe contra Wade.

Desde que se legalizó el aborto en Ciudad de México en 2007, se ha registrado una reducción del 80% en los casos de urgencias y no ha habido ninguna muerte relacionada con el aborto. En otros países donde trabaja MSI Reproductive Choices en los que se ha legalizado el aborto, como en Etiopía, Camboya y Nepal, el cambio progresivo ha salvado la vida de innumerables mujeres. Por el contrario, las investigaciones indican que la prohibición del aborto en Estados Unidos podría aumentar las muertes relacionadas con el embarazo en un 21% en general y en un 33% entre las mujeres negras. Resulta chocante ver que tantos Estados del país norteamericano adoptan leyes contra la interrupción voluntaria del embarazo y que las que quieran acceder a él, se vean obligadas a cruzar la frontera con México.

La situación en Estados Unidos nos recuerda lo lejos que hemos llegado y por qué debemos mirar más allá de nuestras fronteras y ofrecer solidaridad y apoyo a las mujeres a las que se les han arrebatado sus derechos reproductivos. El pasado debe recordarnos los peligros de restringir el aborto, mientras que nuestro presente nos puede dar esperanza y motivación para seguir luchando por el progreso.

Los avances en México no vinieron caídos del cielo, ni estos derechos nos fueron concedidos solo por iniciativa de los legisladores. La Marea verde de Latinoamérica, que ha logrado avances pioneros en materia de salud y derechos reproductivos, se construyó gracias a que la gente salió a la calle, y ya estamos viendo a más personas dispuestas a hablar de la importancia de la atención al aborto. Hoy, los mismos pañuelos verdes que llevan los defensores del derecho a la interrupción voluntaria, segura y gratuita del embarazo en toda Latinoamérica aparecen en los movimientos de protesta de todo el mundo como un poderoso símbolo de unidad.

El aborto ha recorrido un largo camino desde que las activistas por los derechos reproductivos se reunieron en Argentina hace 30 años, y su determinación y voluntad siguen sirviendo de inspiración a las mujeres que luchan por un aborto seguro en cualquier lugar en que se encuentren hoy.

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