Remendar una Colombia rota a puntadas
La afrocolombiana Virgelina Chará lidera un proyecto para la sanación, reconciliación y memoria de las víctimas del conflicto armado a través de la costura
Virgelina Chará es originaria del Municipio de Suárez (1953), en del departamento del Cauca, desplazada y víctima del conflicto armado colombiano, defensora de los derechos humanos y candidata en 2005 al premio Nobel de la Paz. Es una mujer insurgente, afrocolombiana, madre de siete hijos y luchadora. Hoy lidera un proyecto de sanación, reconciliación y memoria a través de la costura. Trabaja en el espacio de la Unión de Costureros, en el segundo piso de la Casa de la Paz, un centro de reconciliación para víctimas del conflicto y excombatientes, ubicado en el corazón de la capital colombiana. “La Unión de Costureros nace dentro del marco de la pedagogía de la memoria en el año 2014, y brinda herramientas de información y formación. Aquí, la ciudadanía, en su plena autonomía, relata sus historias”.
Mientras explica todo lo que la Unión de Costureros ya ha logrado, como el Arropamiento del Memorial en el Centro Memoria, Paz y Reconciliación (en septiembre 2018) y el Arropamiento del Castillo de las Artes en 2021 (el primer centro de arte, cultura y memoria de Bogotá), revela su nuevo y ambicioso proyecto para 2022: hacer lo mismo en septiembre el Palacio de Justicia de Bogotá. Un acto comunitario y simbólico que será celebrado justo 37 años después que la guerrilla del M-19 tomara con la fuerza el edificio, causando un conflicto que llevó a la quema del edificio y la muerte de más de 100 personas. Serán 166.000 metros cuadrados de telas bordadas por los llamados “costureros itinerantes” de todo el mundo para cubrir el Palacio de Justicia, dando vida a una instalación artística de fuerte impacto visual y emotivo.
Chará detalla que el proceso se sustenta con la venta de productos: prendas de ropa, muñecas y accesorios que son fabricados artesanalmente por los miembros de la Unión. Mujer de palabra firme y risa contagiosa, no se ha dejado doblegar ni siquiera por las consecuencias psicológicas del encierro decretado durante la pandemia de covid-19 y ha decidido superar este trauma cosiendo un libro. “Un texto sin palabras donde la tela es testimonio de todo lo que hemos vivido en nuestro barrio en los meses más duros del confinamiento”, cuenta mientras muestra esta obra de arte.
En un video grabado en el marco de la semana rural en 2021, Chará precisaba el simbolismo y el significado del ejercicio de coser: “Cuando me preguntan por qué coser, respondo que estamos remendando este país que tenemos roto por el conflicto, generando conciencia y conocimiento al mismo tiempo, y diciéndole a Colombia que queremos la verdad”.
Ella habla con la fuerza de quienes han experimentado en carne propia la violencia, que no ha cesado en los últimos 60 años, ni siquiera después de la firma de los acuerdos de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y Las FARC. Recuerda que la primera vez que tuvo que desplazarse fue en 1985, cuando fue obligada por las amenazas de hombres armados a dejar su pueblo para dirigirse a la capital del departamento, Santiago de Cali. Llegada a Cali fue a vivir en la parte oriental de la ciudad, en el distrito de Aguablanca, que acogía a la mayoría de las personas desplazadas por la violencia que buscaban rehacer sus vidas en esta gran ciudad. Aquella fue solo la primera migración de muchas.
El trabajo de Chará es integral, multifacético y horizontal: ella es también artista, escribe poesías y canciones, que ella misma luego canta o recita
En el 2000 se vio forzada a cambiar de residencia otra vez. Según su relato, denunció a grupos violentos que, apoyados por algunos militares, se dedicaban a reclutar jóvenes en el barrio. Temiendo por su vida y considerando las graves amenazas contra su persona, Chará tuvo que marcharse con todos sus hijos, dejando Cali en dirección de Bogotá. En la capital, las amenazas contra su vida no han terminado, pero todo esto no la ha detenido, y su carisma y determinación la han llevado a convertirse en una lideresa reconocida en toda Colombia. Una mujer creadora de espacios de memoria, de trabajo comunitario y de acciones para enfrentarse a las violencias contra las mujeres a todos niveles: especialmente aquellas generadas por el desplazamiento y la guerra.
Chará es actualmente la coordinadora ejecutiva y representante legal de Asomujer y Trabajo, organización que trabaja con mujeres víctimas del desplazamiento, especialmente, las que se ven abocadas a ejercer la prostitución, y familiares de desaparecidos. En el sitio web de la organización se puede leer: “La iniciativa nuestra consiste en todo el tema de la recuperación del legado ancestral de las comunidades negras. En todo el tema de levantar la autoestima de las mujeres que han estado en una crisis emocional por la ruptura del tejido social, familiar y político que han tenido por el impacto que les dejó el desplazamiento, el abuso sexual, la prostitución, las desapariciones o el reclutamiento. Es una apuesta política puesta en marcha, una iniciativa desde las víctimas, desde nuestra organización y desde los conocimientos de las víctimas...”
El trabajo de Chará es integral, multifacético y horizontal: ella es también artista, escribe poesías y canciones, que ella misma luego canta o recita. Con letras que llaman al respeto de la vida, de la diversidad y al fin del conflicto en el país sudamericano. Trabajemos por la Paz, Colombia la logrará / Tratémonos como hermanos, extranjeros y colombianos / No generen más la guerra, porque a todos nos afecta / Nos induce a la pobreza, acepta la realidad, respeta la diversidad, étnica y cultural / Trabajemos por la Paz, Colombia la logrará.
Reconciliación, verdad, paz y trasformación social. Todo esto representa Virgelina Chará, una mujer que trabaja incansablemente para coser un país que está roto y que ahora busca su recomposición. Ella lucha y canta por la verdad: Trabajemos por la Paz, Derechos y la verdad / Secretos que hay escondidos, cuando los revelarán / Nos dicen que nos sanemos y también que nos perdonemos / Como voy a perdonar, si no sé la verdad / la verdad la necesito y así me puedo sanar…
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