Empatía, colaboración y paz

La actual retórica belicista que acompaña la reciente invasión de Ucrania, nos advierte, una vez más, de la relevancia educativa de ese irrenunciable empeño por construir la paz, cada día, todos los días. A los líderes políticos, a los responsables, asesores y técnicos del aparato de poder desencadenante de este conflicto bélico... no les falta preparación académica en conocimientos matemáticos, lingüísticos o científicos. De lo que sí están carentes es de empatía, piedad, principios éticos y actitudes democráticas. “La violencia es el miedo a los ideales de los demás”, afirmaba Mahatma Gandhi.

En lo que compete a la responsabilidad de las instituciones educativas estas carencias no se solventan con celebrar, cada 30 de enero, el Día Escolar de la No Violencia y la Paz. La Cultura de la Paz, no es flor de un día, resulta de escenarios de aprendizaje en los que el cuidado, la compresión del otro, la ayuda y la colaboración son una constante. Justo es reconocer, en este contexto, la labor de muchos docentes organizando el currículo y las relaciones escolares en torno a lo que observan en el entorno, las personas, sus valores y comportamientos democráticos, virtudes cívicas y actuaciones de cuidado y ayuda mutua.

En el curso 2020-21 estudiantes de tres clases de primero de Primaria, junto a sus maestras Miriam Martín, Pilar Monreal y Elena Insa deseaban fortalecer los lazos de relación con su comunidad, conocer y reconocerse en su barrio, familiarizarse con el modo de funcionar, horarios de apertura y cierre y quehaceres habituales de comercios y servicios del barrio, oficios y profesiones de sus vecinos...

Deciden confeccionar encuestas y gráficas, guionizar y realizar entrevistas, redactar noticias, escenificar historias reales y fantásticas, rescatar recetas de cocina familiares, idear concursos de cifras y letras, utilizar refranes y retahílas populares, poner a prueba su rapidez de cálculo matemático... en un ambiente de colaboración, sintiéndose parte de una comunidad educativa, de su vecindario e instituciones y servicios del barrio.

No utilizan el libro de texto como recurso habitual. Sustentan sus aprendizajes en el diseño, planificación y grabación de una serie de clips de vídeo para un canal propio de Televisión, denominado Valdespartera TV. Aparecen producciones del tipo... Tengo una pregunta para usted, Valdespartera en abierto...

La estructura, secuencia y plan general de esta iniciativa se relató en la entrada anterior, a cuya lectura remitimos. En esta ocasión, profundizamos sobre el sentido educativo del proyecto, algunas singularidades de su desarrollo y el potencial de este modo de aprender.

En el Colegio Valdespartera

El alumnado de primer curso del Colegio Público Valdespartera de Zaragoza, durante un trimestre, acometió el estudio de las áreas curriculares mediante la planificación y ejecución de una serie de grabaciones para Valdespartera TV.

Los aprendizajes habituales del área de Lengua Castellana y Literatura se abordan con la preparación de Tengo una pregunta para usted, Valdespartera en abierto... Realizan entrevistas con preguntas preparadas por el alumnado y escritas con los correspondientes signos de puntuación, dirigidas a personas de su comunidad relevantes para ellos. Entrevistaron a la directora, a la profesora del aula Luna, a la monitora del comedor y a profesionales del barrio: la bibliotecaria, los bomberos, un documentalista de Zaragoza especializado en animales en peligro de extinción...

Trabajan una noticia sobre el barrio, asumiendo el rol de redactores. La elaboración de textos, también, se aborda, escribiendo recetas de cocina que, en colaboración con las familias, recrean en casa y graban en vídeo. “Las familias han colaborado también en el programa Oficios por el mundo presentando en qué consisten sus trabajos y respondiendo a las preguntas de los alumnos”, comenta Miriam Martín.

Aprendizajes asociados al área de Matemáticas se acometen con Equipo de investigación, indagando los itinerarios del transporte público, lugares de juego, horarios de los comercios del barrio... La numeración y operaciones con Cazanúmeros... En el área de Science (es un colegio bilingüe) se responsabilizan del canal del tiempo. En Educación Física escenifican y graban una versión de Mira quién baila, con coreografías, malabares, expresión corporal y coordinación motriz.

El psicólogo del aprendizaje Guy Claxton afirma y prueba que, además de Science, Matemáticas o Educación Física, a los estudiantes se les enseña siempre y necesariamente, una forma de relacionarse con los saberes, cómo cuestionarlos y cuestionarse, y cuál es su legítimo papel como aprendices.

En el IES Valdespartera

Los estudiantes de cuarto de Secundaria Obligatoria del Instituto Público Valdespartera junto a Ángel de Miguel, su profesor de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), se encontraban inmersos en la quinta edición de un proyecto pedagógico denominado Línea 54. La utilizaron de referencia para su proyecto de aprendizaje-servicio en conexión y colaboración con instituciones de su zona, emulando el vínculo establecido entre barrios próximos por esta línea del autobús.

¿Cuál es el entono que interesa? ¿El que naturaliza un consumismo egoísta y nada empático o ese otro solidario, de prestación de servicio, cuidado, apoyo y mejora de las condiciones de vida? Evidentemente su interés se centró el intercambio solidario, el sentimiento de pertenencia y la creación de comunidad. Dentro de esta lógica se entiende la colaboración de los estudiantes de secundaria con los alumnos del Colegio Valdespartera.

A partir del guion y de los más de 100 clips de grabaciones de sus compañeros de primaria, los estudiantes de ESO se responsabilizaron del montaje de una parrilla de programas para el canal Valdespartera TV. Cada programa editado con títulos o cortinillas de entrada, música e imágenes de fondo...

La tarea era exigente y planteaba problemas imprevistos, que debían enfrentar como verdaderos profesionales. Se trataba de un compromiso real, no era un supuesto. Tenían que transformar los formatos de vídeo, haciéndolos compatibles con los programas de edición, asumir una sistemática búsqueda de imágenes y música, editar, elaborar cortinillas...

La motivación no les iba a faltar. Trabajaban con los alumnos del colegio en el que algunos habían estudiado. (“¡Mira, ese es mi cole!”; “¿Os acordáis cuando jugábamos en ese patio?”; “¡Anda, ése es mi primo!”). Encontraban sentido al esfuerzo de aprender y realizar el mejor trabajo posible. Les convencía el servicio que prestaban y las expectativas despertadas entre los pequeños (conectaron con ellos, en dos ocasiones, por videoconferencia, dando cuenta y explicando el progreso de la edición). Se sintieron parte de un proyecto común, que deseaban compartir y difundir como modo deseable de relación, de colaboración y actitud de servicio.