_
_
_
_

El 2024 puso a prueba la protección de los derechos humanos en las urnas y en las protestas en las calles: el balance de Human Rights Watch

La ONG analiza, en su reporte anual, los posibles efectos de las elecciones clave del año pasado, el recrudecimiento de los conflictos y el papel de los movimientos sociales

Venezuela
Simpatizantes de la líder opositora venezolana María Corina Machado, durante una protesta en Caracas el pasado 3 de agosto.Gaby Oraa (Bloomberg)
Ana Puentes

El año 2024 fue una vertiginosa temporada de elecciones y de recrudecimientos de conflictos en territorios como Sudán y Gaza, pero también de resistencias civiles frente a los populismos que amenazan los derechos humanos. Así es como Human Rights Watch (HRW) ha resumido los últimos 366 días en el mundo, en su reporte anual hecho público este jueves, en el que analiza el estado de las libertades individuales y colectivas en un centenar de países. Tirana Hassan, directora de la ONG, en su introducción al informe, destaca que cerca de 70 elecciones estaban programadas el año pasado. Más allá de que algunas estuvieron marcadas por el populismo y los discursos de odio, Hassan advierte de que las consecuencias comenzarán a verse en 2025. “Cuando los derechos se protegen, la humanidad florece. Cuando se niegan, el costo no se mide en principios abstractos, sino en vidas. Ese es el desafío —y oportunidad— de nuestro tiempo”, escribe Hassan en el informe de la ONG.

En algunos casos, los resultados electorales no solo tendrán efectos en el interior de los países, sino también en el exterior, como en el Sur Global. Federico Borello, director ejecutivo adjunto y director de programas de HRW, asegura que la principal preocupación de la ONG fue la retórica antiderechos humanos en algunos procesos electorales. “Está el ejemplo de Donald Trump. Es muy probable que haya un esfuerzo coordinado y masivo de deportación de migrantes irregulares desde Estados Unidos hacia América Latina”, cita Borello en una entrevista telefónica. El informe de HRW también alerta de que, en la campaña para el Parlamento Europeo, los partidos de extrema derecha lograron “avances significativos” en su cruzada por posicionar un sentimiento antiinmigrante que “amenaza a comunidades minoritarias”.

“Pero también hemos visto”, rescata Borello, “que ese vacío dejado por Estados Unidos y otros países en temas clave [de derechos humanos] está siendo llenado por países del Sur Global cuya voz no se había escuchado”. El director adjunto ha destacado el caso de Sudáfrica, que demandó a Israel ante la Corte Internacional de Justicia por cometer “actos genocidas” en Gaza.

Por otra parte, aunque la atención mediática estuvo concentrada en las elecciones en Estados Unidos y Europa, en las urnas de otros países también hubo mucho en juego. En Venezuela, Nicolás Maduro se perpetuó en el poder y el pasado 10 de enero tomo posesión del cargo para su tercer período sin mostrar las actas de las votaciones del 28 de julio. En el entretiempo, la represión repuntó. “HRW recibió reportes creíbles de 23 asesinatos de manifestantes y transeúntes y evidencias que vinculaban a las fuerzas de seguridad y a los grupos armados progubernamentales conocidos como ‘colectivos”, detalla. HRW también alude a informes que hablan de 1.900 prisioneros políticosentre los que hubo menores de edad— y limitaciones a la libertad de expresión y la libertad de prensa.

El director adjunto de HRW también menciona el caso de India, en el que Narendra Modi perdió la mayoría absoluta y se vio obligado a pactar un gobierno de coalición por primera vez desde que llegó al poder en 2014. “Es una señal de la fuerza de la democracia en India. En los últimos años, hemos documentado un declive de la democracia, de la independencia de las instituciones, de la libertad de prensa y de ataques a la sociedad civil [en este país]. Eso ha sido la raíz de la disminución del apoyo al gobierno”, comenta Borello.

En otras latitudes, aunque estaban programadas las elecciones, ni siquiera se convocaron, como ocurrió en Burkina Faso y en Mali, luego de que las juntas militares se mantuvieran en el poder. HRW reprocha en el informe que ni la Unión Africana ni la Comisión Africana de Derechos Humanos han abordado lo suficiente las violaciones de derechos en esa región.

Guerras que se recrudecen

El 2024 empezó y terminó con el recrudecimiento de los conflictos de Sudán y Gaza. “El de Sudán es el conflicto humanitario más grave en curso”, sostiene el director adjunto de HRW. La ONG se refiere a cifras alarmantes como los 10,8 millones de desplazados que ha generado allí la guerra —incluidos los 8,1 millones de desplazados desde 2023— y los 25 millones de personas que enfrentan inseguridad alimentaria aguda. También apunta al ejército sudanés como responsable de bombardear áreas pobladas y ejecutar violencia sexual y tortura; a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, les atribuye crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad “como parte de una campaña de limpieza étnica en Darfur”. “Pero la principal preocupación es la falta de atención a lo que está sucediendo”, resalta Borello. HRW no solo cuestiona que no llegue suficiente ayuda humanitaria sino que organismos internacionales como la ONU no hayan activado una misión de protección a civiles.

Soldados del ejército regular de Sudán celebran su entrada en Wad Madani, al este del país, el pasado 12 de enero.
Soldados del ejército regular de Sudán celebran su entrada en Wad Madani, al este del país, el pasado 12 de enero.El Tayeb Siddig (REUTERS)

Con respecto a Gaza, el director adjunto afirma que este año han documentado “los más serios crímenes a la luz del derecho internacional” por parte de Israel y se refiere al desplazamiento forzado, la exterminación y actos de genocidio, como la privación del acceso al agua. Ante la muerte de más de 46.700 personas, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, HRW llama a detener la asistencia militar a todas las partes, a apoyar a la Corte Penal Internacional y a reforzar la atención humanitaria

HRW tampoco quita la mirada de Afganistán donde, como dice el director adjunto, la situación de las mujeres y las niñas “es una pesadilla” luego de que los talibanes impusieran lo que la ONU llama un apartheid de género. “Los edictos talibanes violaron los derechos de las mujeres y las niñas a la educación, el empleo y la libertad de movimiento y expresión”, advierte el informe.

Pese al desolador panorama, la ONG resalta una esperanza. “Somos firmes creyentes de que los cambios en derechos humanos vendrán de la sociedad civil y de los movimientos sociales locales”, sostiene Borello. En Venezuela, miles de personas se lanzaron a las calles para exigir un conteo transparente en las elecciones de julio, pese a la represión de Maduro. En Kenia, exalta el informe, miles de personas protestaron por un proyecto de reforma tributaria y, luego, para denunciar los casos de violencia policial que dejaron cerca de 50 fallecidos.

Uno de los hitos de 2024, afirma Borello, fueron las protestas en Bangladés que precipitaron la caída de la primera ministra Sheikh Hasina, que había sido reelecta en enero para seguir en un cargo que ostentó durante 20 años. “Fueron los movimientos civiles los que resistieron y documentaron los graves abusos que cometía ese gobierno, incluyendo detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas”, describe Borello. Aunque reconoce que los levantamientos civiles vienen seguidos de represión y, en ocasiones, de más violaciones a los derechos humanos, llama a que sean protegidos por la comunidad internacional. “Cuando las personas se levantan para exigir sus derechos, merecen el mayor apoyo posible”, concluye.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_