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La activista afroperuana Natalia Barrera conquista las pantallas: “Se acabó el tiempo de otras personas contando nuestras historias”

Esta creadora de contenido, referente para los jóvenes de su país, estrena la segunda temporada de ‘Descoloniza’, una serie de AJ+ Español en el que personalidades de América Latina cuestionan conceptos y formas de ver el mundo impuestos desde afuera

Natalia Barrera Francis, en el centro cultural El Plebeyo en Lima, el 6 de diciembre de 2024
Natalia Barrera Francis, en el centro cultural El Plebeyo en Lima, el 6 de diciembre de 2024Diego Battistessa

Natalia Barrera Francis, de 26 años, nacida y criada en el barrio de Breña, cerca del centro histórico de la capital del Perú, se ha convertido en un referente para una generación de jóvenes de su país que debaten y dialogan sobre la descolonización. “Soy publicista y creadora de contenido en redes sociales. He trabajado como modelo desde los 15 años y también soy gestora cultural de la organización Afrocentro Perú”, explica Barrera en un café de Lima en el que tuvo su primera “chamba” o empleo, cuando tenía 18 años. Todo su trabajo está atravesado por un activismo feminista y antirracista en un país donde un 3,6% de su población mayor de 12 años se autoidentifica como afrodescendiente. “No puedo hacer antirracismo sin promover el feminismo, y no puedo llevar adelante estas luchas sin enfocarme en donde todo se originó, en donde se creó la primera gran herida”, agrega.

La primera gran herida de la que habla la joven afrodescendiente es la colonización del Perú, que comenzó a mediados del siglo XVI. La llegada de los españoles al territorio del Imperio Inca no solo significó el sometimiento de los pueblos indígenas, sino el traslado de personas esclavizadas desde África para explotarlos como jornaleros o trabajadores domésticos. A finales del siglo XVI había cerca de 4.000 africanos, cifra que aumentó a 20.000 a mediados del siglo XVII, según recoge un documento del Ministerio de Cultura de Perú. Esa historia es fundamental para el trabajo de Barrera en redes sociales y en organizaciones locales. “No podemos seguir explicando lo que significan estas luchas, sin hablar del colonialismo, porque el pasado y el presente están estrechamente vinculados”, asegura en este café del barrio de Miraflores, añadiendo que tampoco se puede “pensar en descolonizar sin ‘despatriarcalizar’”.

En la creatividad encontramos nuevas formas de resistencia

Su talento y activismo en redes sociales, especialmente con el proyecto Una Chica Afroperuana (un medio audiovisual antirracista creado por ella en 2016), atrajo la atención de los productores de AJ+ Español, la versión digital en castellano del conglomerado de medios Al Jazeera Media Network. En 2019, la contrataron para ser la presentadora de Descoloniza, una serie documental que ha tenido impacto en la región latinoamericana. Se trata de un proyecto audiovisual de once episodios grabados en siete países de la región (Colombia, Puerto Rico, Brasil, Argentina, Chile, Perú y México) donde Natalia entrevista a personas que cuestionan conceptos, ideologías y formas de ver el mundo impuestos desde afuera. Figuras latinoamericanas como Moira Millán, líder social argentina e indígena Mapuche; Emerson Uýra, artista y científico de la Amazonía brasileña; Erica Malunguinho, la primera diputada transgénero de la Asamblea de São Paulo e iLe, cantante puertorriqueña, hablaron con la presentadora peruana sobre otros caminos posibles para el continente, construidos desde el trabajo colectivo. “En la creatividad encontramos nuevas formas de resistencia”, resalta Barrera.

Descolonizar, al final, significa cuestionar lo que se ha asumido como correcto a partir de los conocimientos y prácticas de los países colonizadores. “Por ejemplo, en la primera temporada hemos tocado el tema de la belleza y de cómo es necesario reflexionar a fondo sobre quiénes han establecido los cánones para medirla. También hemos hablado de la descolonización del feminismo para cuestionar la hegemonía blanca en el movimiento”, explica Barrera.

Rescatar la experiencia viva de todos nuestros ancestros es un ejercicio de descolonización de las mentes y de recuperación de nuestras identidades que tanto han aportado al proyecto nación de este país

La joven subraya que el lugar que ella hoy ocupa es el resultado de un esfuerzo colectivo de generaciones. Es la menor de tres hijas de una auxiliar de hospital, originaria de Breña, y de un taxista, procedente de Collique, en la periferia de Lima, que han representado para ella un ejemplo de esfuerzo y de resistencia. Le enseñaron lo que significa ser afro en Perú y sobre los “golpes” de racismo que recibiría en la vida. “Yo no llego sola, la cara que yo tengo es la cara de mis padres, el reflejo de mis hermanas, una genética y unos conocimientos que representan quiénes somos a nivel ancestral”, comenta.

Para la segunda temporada de Descoloniza, que se estrenará en marzo de 2025, la activista limeña ha tenido que ir a vivir una temporada a México. La serie explorará ahora la expoliación de los recursos naturales, las luchas de los territorios y contará con “voces e historias muy potentes y de todas las edades”, subraya Barrera, que confía que cosechará tanto éxito como en la primera temporada. “Hoy, con los formatos rápidos, queremos captar a las personas para que puedan entender las luchas sociales con reels o TikToks”, explica.Pero la apuesta de Descoloniza es diferente, más humana, más profunda, desde las identidades, los cuerpos y las experiencias propias”, describe.

Barrera no cree que el “despertar descolonizador” de algunos países latinoamericanos sea una moda entre los jóvenes, como ha escuchado decir. “Es importante que se hable de esto, que la conversación haya salido de las academias y que los movimientos, los colectivos y sobre todo los jóvenes se apropien de esta palabra y del cambio de visión que representa. Este tema ha venido para quedarse y se acabó el tiempo de otras personas contando nuestras historias”, manifiesta. En diciembre, Perú celebró el bicentenario de la independencia, que se consiguió con la batalla de Ayacucho en 1824. Pero, tuvieron que pasar 30 años para que, en 1854, finalmente se aboliera la esclavitud en la naciente república y, en pleno siglo XXI, activismos como el de Barrera prosiguen la lucha afroperuana por sus derechos. “Rescatar la experiencia viva de todos nuestros ancestros es un ejercicio de descolonización de las mentes y de recuperación de nuestras identidades que tanto han aportado al proyecto nación de este país”, concluye.

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