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Una flota de motocarros-ambulancia para salvar la vida de las embarazadas en Nigeria

En zonas rurales del centro-norte del país es difícil llegar a tiempo al centro de salud para dar a luz. El Estado africano acumula el 12% de las muertes materno infantiles y de mortinatos del mundo

Algunos de los motocarros ambulancia de Raise Foundation, en el Estado nigeriano de Níger.
Algunos de los motocarros ambulancia de Raise Foundation, en el Estado nigeriano de Níger.RAISE FOUNDATION

Despuntaba el día en Penbe, una lejana comunidad situada en Minna, en el Estado de Níger, en el centro-norte de Nigeria. Fatimah Katargo (no es su nombre real), una mujer indígena de 22 años, empezó a gritar mientras se retorcía de dolor en su pequeña choza. Era el comienzo de su trabajo de parto. En las zonas rurales de Ndeepigeria, es habitual acudir a parteras no cualificadas para dar a luz, ya que este país, la democracia más poblada de África, padece una gran escasez de instalaciones sanitarias adecuadas, especialmente en zonas a las que resulta difícil acceder a causa en parte de la creciente inseguridad.

Los partos en casa siguen siendo una práctica habitual en la mayoría de las comunidades de renta baja de Nigeria, donde las parteras no cualificadas cobran menos que los centros de salud acreditados. Las tasas de mortalidad materna e infantil del país se encuentran entre las más altas del mundo. En 2020, Nigeria representaba el 12% de los 4,5 millones de muertes maternas, infantiles y de fetos alumbrados sin vida (mortinatos) que se producían a nivel global, es decir, un total de 540.000 fallecimientos, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año pasado.

El marido de Katargo insistió en que, en su cuarto embarazo, diera a luz en un centro sanitario. “Como en nuestro pueblo no hay ninguna clínica, di a luz a mis tres hijos en el pueblo de mi madre, en otra parte del Estado”, explica Katargo. “Allí tienen una enfermera tradicional que ayuda a las mujeres en los partos, pero mi esposo no quiso que acudiera a ella para dar a luz a nuestro cuarto hijo para evitar posibles complicaciones”.

La distancia entre la choza familiar y el centro sanitario más cercano es de unos 30 minutos. A principios de febrero de 2023, el marido de Katargo fue de puerta en puerta para tratar de encontrar un vehículo en el que poder llevar a su mujer al centro de salud, pero sin éxito. “Finalmente, mi marido consiguió el contacto de un centro de salud cercano y les llamó. En un abrir y cerrar de ojos, una ambulancia de tres ruedas me recogió para que tuviera un parto seguro y también me llevó a casa cuando me dieron el alta”, cuenta Katargo, en referencia a uno de los motocarros que la organización sin ánimo de lucro nigeriana Raise Foundation ha desplazado a distintos centros sanitarios del Estado.

Debilidad de la atención primaria

Con 82.000 mujeres muertas por problemas relacionados con el embarazo y el parto en 2020, es decir, casi un tercio (el 28,5%) de estos fallecimientos en todo el mundo, Nigeria es el tercer país con la tasa de mortalidad materna (1.047 por cada 100.000 nacidos vivos) más alta, por detrás de Sudán del Sur y Chad, según el informe Tendencias en mortalidad materna 2000-2020, publicado en 2023 por la OMS.

El jefe de Salud de Unicef en este país africano, Eduardo Celades Blanco, explica por correo electrónico las causas de la alta mortalidad materna: “En nuestra opinión, esto se debe a la debilidad de la atención primaria de salud y los sistemas de referencia, los problemas con la desigualdad y el acceso a los servicios de salud (...). Solo el 70% de las embarazadas se somete al menos a un control prenatal, el 60% al menos a cuatro y el 50% da a luz en centros sanitarios. La mayoría de los partos en casa se producen sin parteras cualificadas, sobre todo por los retrasos del transporte y la asistencia”.

Raise Foundation se propuso frenar estas trágicas cifras y garantizar un parto seguro para las futuras madres, transportándolas a los centros sanitarios para que reciban atención médica en todo el Estado. La organización, que ha recibido financiación de otras instituciones de desarrollo de todo el país, fue fundada en 2016 por Amina Abubakar Bello, una reputada ginecóloga, esposa del exgobernador del Estado de Níger, Abubakar Sani Bello.

Once motocarros ambulancia responden rápidamente a las solicitudes de traslado para cuestiones relacionadas con la maternidad en zonas de difícil acceso, y de esta manera ayudan a reducir los problemas de transporte y las posibles muertes.

“Hasta la fecha [desde 2017, cuando se puso en marcha la iniciativa], hemos trasladado con éxito a 3.470 mujeres desde sus comunidades hasta los centros de salud respectivos y, a veces, siguiendo indicaciones, a hospitales secundarios”, asegura Ruth Jiya, responsable de comunicación de la fundación. “Cuando una mujer está a punto de dar a luz, su familia se pone en contacto con cualquiera de los 15 centros de salud de diferentes localidades cercanas y el conductor del servicio de ambulancias acude rápidamente a su residencia para recoger a la mujer y llevarla al centro. Introdujimos este servicio en 2017, porque hay zonas de difícil acceso donde las pequeñas comunidades no tienen carreteras transitables o accesibles”.

La portavoz de la ONG continúa: “Según nuestro estudio anterior, algunos centros de salud registraban una baja afluencia, pero ahora acogen hasta 100 partos en un mes. El servicio de traslado ha cambiado realmente la situación que conocíamos antes”, explica.

Cursos a las parteras

Para evitar que las mujeres acudan a parteras no cualificadas, la organización decidió impartir a estas últimas cursos de formación para que animaran a las futuras madres a acudir a los centros acreditados y allí recibir atención médica. “Cuando acuden a las comadronas para dar a luz, ellas las derivan a los centros. Actualmente, les pagamos un estipendio mensual. Si nos limitáramos a decirles que deben dejar de atender a las mujeres, sería como acabar con su sustento, así que les proporcionamos una alternativa”, explica Jiya, y remacha: “Esto también les salva a ellas, porque se sienten impotentes cuando el bebé muere o desarrolla infecciones u otras secuelas como consecuencia del uso de equipos no esterilizados”.

El problema de la violencia y los secuestros en Nigeria, especialmente en el norte del país, supone sin embargo, una grave amenaza que limita las operaciones de esta organización. “Una de nuestras ambulancias fue destrozada y tiroteada. Durante un tiempo, el centro de salud donde tuvo lugar el ataque tuvo que cerrar por temor a nuevos incidentes, así que imagínense la angustia de las madres embarazadas de la zona”, se lamenta.

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