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Los doctores egipcios hacen las maletas: “El sueldo de un mes en Europa es superior a nuestro salario anual”

Más de 21.000 médicos egipcios han abandonado el país en los últimos siete años, debido a la desprotección legal, los bajos salarios y la saturación del sistema público. Si la fuga de doctores continúa, los pacientes no encontrarán un doctor que les atienda, avisan los expertos

Doctores Egipto
Un radiólogo con traje de protección trabaja en el hospital Sheikh Zayed de El Cairo en 2020YAHYA DIWER
Marc Español

En la consulta de Mohamed, un urólogo egipcio que trabaja en un modesto hospital público del barrio de Imbaba, en El Cairo, ni siquiera se cierra la puerta cuando entra un paciente. Todo ello con el fin de no perder tiempo. Los enfermos no llegan a sentarse, son recibidos de pie y tumbarse en la camilla para ser examinados con detalle es un verdadero lujo. En algún momento incluso hay varias personas al mismo tiempo en la habitación y otras asomándose por la puerta. Resulta difícil mantener la cuenta de cuántos pacientes pasan por su consulta cada hora. Mohamed, que prefiere que no se publique su apellido, los despacha uno tras otro con celeridad, recetando medicamentos y dando instrucciones a toda prisa. La tregua llega cuando termina su turno, bien entrada la tarde. Y así, a diario.

La lista de problemas con los que debe lidiar en su carrera profesional y en su día a día laboral es larga como el prospecto de un fármaco y deja entrever un sistema de salud público totalmente sobrepasado. La carga de trabajo es muy elevada, explica Mohamed, los hospitales no están preparados y “el problema número uno es el salario, que es muy bajo”. “La nueva generación, los recién graduados, todos quieren irse. Nadie piensa en quedarse [a trabajar en Egipto], salvo que sea por cuestiones familiares”, lamenta el doctor.

Las cifras lo confirman: Solo en 2022, el número de médicos egipcios que realizaron el procedimiento para dejar de trabajar en el sistema de salud público y poder ir a trabajar al extranjero fue de al menos 4.261, según datos del sindicato de doctores del país. Se trató de una hemorragia diaria de 11,5 médicos, la cifra más alta de los últimos siete años. En 2021, la cifra ya superó los 4.000, pero en 2016, el número de doctores que realizó este proceso fue de 1.044. En total, en los últimos siete años han emigrado más de 21.000 médicos, según los datos oficiales, pero desde el sindicato indican que estas cifras no reflejan la magnitud real de la fuga, porque no todos los que se van del país realizan el trámite a través de este organismo.

Êgipcios esperan para recibir una dosis de vacuna contra el coronavirus, en noviembre de 2021, en un centro de vacunación en una estación de metro en El Cairo.
Êgipcios esperan para recibir una dosis de vacuna contra el coronavirus, en noviembre de 2021, en un centro de vacunación en una estación de metro en El Cairo.MOHAMED ABD EL GHANY (Reuters)

“Hay muchas razones detrás de esta emigración de médicos”, constata Ahmed Hussein, que hasta hace pocas semanas era miembro del consejo del sindicato de doctores del país. “Tanto es así que la pregunta no es por qué se van, sino lamentablemente la contraria: ¿cuál es la razón por la que los médicos siguen esperanzados en Egipto?”, desliza.

Uno de los principales motivos detrás de esta dramática fuga de doctores, apunta Hussein, es la desprotección generalizada a la que se enfrentan en el ámbito laboral, empezando por la ausencia de una ley justa de responsabilidad legal por errores médicos, que les expone a denuncias frecuentes por negligencia que pueden terminar en penas de cárcel.

La pregunta no es por qué se van, sino lamentablemente la contraria: ¿cuál es la razón por la que los médicos siguen esperanzados en Egipto?
Ahmed Hussein, sindicato de médicos de Egipto

Un caso reciente que ha generado especial revuelo es el de un psiquiatra de 40 años, Rajai Wafai, arrestado a principios de marzo y retenido en régimen de detención preventiva a la espera de que se investigara el fallecimiento de un paciente suyo que estaba recibiendo tratamiento por una adicción. Wafai murió bajo custodia a los pocos días y, aunque no se ha determinado la causa, desde el sindicato de doctores se señaló que había sido torturado y que se había producido una negligencia médica, algo que el ministerio del Interior niega.

“Esta es la primera y más importante razón de la migración de médicos en Egipto”, afirma Hussein. “Hablamos de médicos cualificados y con licencia que cometen un error, no de personas que no tienen licencia o no están cualificadas para ejercer”, matiza.

Unos 88 euros al mes

A este clima de desprotección legal se suma también un problema persistente de seguridad en los puestos de trabajo, donde el personal médico se expone a elevados niveles de violencia verbal y física de los pacientes y sus entornos, según denuncian desde el sector. Los doctores tienen además que hacer frente a todo ello con un sueldo que consideran muy bajo. En el caso de los recién graduados, estos pueden rondar las 3.000 libras egipcias al mes, equivalentes a unos 88 euros. Hussein asegura que el salario medio de los médicos se sitúa sobre los 150 euros, que coincide con el salario mínimo en el sector público del país.

Esta baja remuneración provoca que muchos médicos tengan que compaginar un trabajo en un hospital público con otros en clínicas privadas, lo que se traduce en una carga muy elevada, poca atención a cada paciente y muy poco tiempo para seguir formándose y para su vida personal. “Al final, [esta tendencia] provocará un desastre en la oferta del servicio a los ciudadanos egipcios”, alerta Hussein desde una sala en la sede del sindicato de doctores en El Cairo.

Entre los principales destinos de los médicos egipcios que deciden emigrar se encuentran los países del Golfo Pérsico. Uno de los miles que han dado este paso, y que habló con El País en condición de anonimato porque además de por motivos laborales salió de Egipto por miedo a ser arrestado por su activismo político y sindical, explica que entre 2009 y 2015 tuvo que combinar su trabajo en un hospital público con dos en clínicas privadas.

En Egipto realmente no tienes una ley que te proteja (...)Estás expuesto todo el tiempo
Médico egipcio que emigró a un país del Golfo Pérsico

Durante el período que trabajó en Egipto, se lamenta, su salario mensual rondaba el equivalente de 200 euros y podía llegar a tardar entre cuatro y seis meses en recibir algunos ingresos. Además, cuenta que siempre trabajó preocupado por la poca seguridad legal, física e incluso administrativa que rodeaba su empleo. “Cuando viajé [al Golfo] me di cuenta de por qué tenía miedo cuando trabajaba [en Egipto]”, agrega. “En Egipto realmente no tienes una ley que te proteja, una ley que regule la práctica médica y una ley de responsabilidad [legal]. No tienes un seguro médico que te proteja. Estás expuesto todo el tiempo”, explica.


Desde Noruega, Amr Elshora, un doctor egipcio de 39 años que trabajó en el país durante nueve antes de emigrar en 2015, también destaca que hay problemas importantes de corrupción y nepotismo y señala que la formación médica en Egipto no está unificada a nivel nacional y va muchos años por detrás de lugares como Europa. “Cuando comencé [a trabajar] en Noruega fue como si acabara de licenciarme, empecé la especialidad desde el principio, ya que no reconocían el certificado de la universidad egipcia”, explica, en una conversación telefónica. Elshora coincide con sus colegas en la falta de seguridad laboral y el problema de los salarios bajos. “El sueldo de un mes en Europa es superior a nuestro salario anual” en Egipto, afirma.

Menos de 10 médicos por cada 10.000 habitantes

La dramática fuga de médicos de Egipto se enmarca en un fenómeno más amplio de migración de personal sanitario cualificado de países del sur global hacia países ricos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para 2030 la escasez mundial de profesionales en el sector alcanzará los 10 millones y alerta de que la brecha será especialmente pronunciada en países de renta baja y media-baja. En Egipto, esta escasez ya es particularmente dolorosa ahora.

Una doctora trabaja en el laboratorio Ibn Sina en El Cairo, en junio de 2020
Una doctora trabaja en el laboratorio Ibn Sina en El Cairo, en junio de 2020AMR ABDALLAH DALSH (Reuters)

En 2019, un estudio del Gobierno calculó que había registrados en el país 212.000 médicos, de los cuales solo un 38% trabajaba en hospitales, públicos o privados, la gran mayoría de ellos en El Cairo. Esto implica que en aquel momento solo había en Egipto siete médicos por cada 10.000 habitantes, según los últimos datos de la OMS. La media mundial, en cambio, se sitúa en 23, y la mayoría de países vecinos se encuentran en una situación mucho mejor: en Argelia eran 17,3 en 2018, en Jordania 25,1 en 2019, en Turquía 20,3 en 2020 y en Arabia Saudí 27,8 en 2021. En España, que también sufre una fuga importante, la relación es de 45,7. En 2022, el sindicato de médicos egipcio estimó que la proporción había remontado, pero solo a 9,2.

El desastre hacia el que vamos, y que espero que no ocurra, es que los pacientes egipcios no [encuentren] un médico que les pueda atender
Ahmed Hussein, del sindicato de médicos

Esta brecha quedó particularmente de manifiesto durante la pandemia de la Covid-19, que sobrepasó al sistema público de salud egipcio pese a los intentos de las autoridades de camuflar la tragedia. Desde marzo del 2020 hasta junio del 2021, el exceso de muertes en Egipto en relación con 2019, sin pandemia, alcanzó los 191.093, según datos de la agencia estatal de estadísticas, CAPMAS. Oficialmente, solo un 8,5% se atribuyó al SARS-CoV2. El trasfondo de la fuga de médicos de Egipto está marcado en parte por el incumplimiento sistemático del Gobierno del requerimiento constitucional que le manda destinar no menos del 3% del PIB al sistema sanitario, según han documentado medios locales.

Además, una de las principales medidas del Gobierno para abordar la crisis se ha basado en aumentar el número de facultades de Medicina y la cantidad de admisiones, aunque en el sector insisten en que esto no aborda el problema de raíz. “No es ninguna solución, porque los nuevos graduados se van”, subraya Mohammed, el urólogo de Imbaba. “Y si se gradúan 10.000 o 30.000, se irán del país porque las circunstancias aquí son las mismas”, augura.

Otra consecuencia de esta fuga de médicos del sistema de salud público, señalada por el sindicato de doctores, es que está provocando una progresiva privatización de la sanidad, ya que el sector público está cada vez menos dotado para prestar estos servicios. “Si seguimos así, el índice [de médicos por ciudadano] será aún más bajo”, alerta Hussein. “El desastre hacia el que vamos, y que espero que no ocurra, es que los pacientes egipcios no [encuentren] un médico que les pueda atender”.

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