Eliminar la violencia de género

Aunque en esta época muchos celebran el cierre de un ciclo, con esperanza y alegría por lo que está por venir, hay muchas mujeres que no pueden disfrutar de esa paz y alegría. La violencia de género sigue siendo una tragedia que no entiende de fechas ni de celebraciones. Es un recordatorio doloroso de que, en pleno siglo XXI, aún vivimos en un mundo donde la desigualdad, y la agresión contra las mujeres persisten de manera alarmante. Este 2024 ha sido un año de números devastadores: 47 mujeres y nueve menores asesinados debido a la violencia vicaria. Aunque se han logrado avances, la lucha está lejos de haber acabado. Necesitamos actuar con urgencia, con medidas eficaces que protejan a las víctimas y eduquen a las nuevas generaciones en igualdad y respeto. El cambio real sólo llegará cuando como sociedad nos comprometamos a erradicar esta lacra. Que el cierre de este año sea también el inicio de una renovación en nuestra forma de abordar la violencia de género. La lucha no puede esperar.

Emma, Madrazo Pereira. Santander

Un mundo en blanco y negro

El mundo está llegando a cuotas altas de polarización y la elección de dónde ver las campanadas es un claro ejemplo de ello. Dime en qué canal las ves y te diré quién eres. Este año en más de un hogar ha habido alguna que otra discusión por el mando a distancia en la cuenta atrás de 2024. Porque en Navidad, si quieres tener una velada tranquila en familia, mejor no saques temas políticos. Aunque esta vez la política se ha colado de lleno en nuestras casas a golpe de campanadas. Si ves RTVE eres un progre, si ves Antena 3 un sensacionalista, si ves Telecinco un conservador... Lo peor de este debate es que nos han vuelto a colar la rivalidad entre mujeres: o eres defensora a ultranza de Lalachus o de Cristina Pedroche. Ojalá este año nada sea blanco o negro, y nos movamos más en tonalidades de grises.

Rosana Giménez. Madrid

Crear nuevos recuerdos

Estas navidades fueron las primeras sin mi abuela. Fueron también las primeras que celebramos mi pareja y yo en nuestro piso. Para hacer honor a la ocasión, él decidió poner la vajilla de su abuela, y yo, el mantel de Navidad de la mía. Mi hermano pequeño me recordó durante la comida que el mantel aún olía a casa de mi abuela, y la sentí un poco más cerca. He lavado el mantel, y el olor ya no está. Me puse triste; hay cosas que nunca volverán a ser igual. Pero luego recordé el mantel, la vajilla, nuestro piso, mi familia, los nuevos recuerdos. Aunque el olor ya no esté, la alegría sigue ahí. Gracias 2024, y bienvenido 2025.

Gabriela López Pérez. Valladolid

Cuando el dolor lo inunda todo

Este 2024 no he tenido mucha salud: mi año ha sido marcado por una lesión enorme y el descubrimiento de una enfermedad que marcará el devenir de mi vida… Pero algo que he sí he tenido es mucho amor, de mis amigas y amigos acompañándome, el de mi familia y pareja que han estado a pie de cañón de hospital en hospital. Y es que cuando el dolor lo inunda todo, es muy difícil disfrutar de cualquier otra cosa, pero, si tenemos amor, todo se ve de otra forma.

Maryi Malca. Ferrol