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Columna
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Koldo y La Chalana: daños colaterales

El dueño del restaurante que aparece en la trama de corrupción dice que todo esto le está perjudicando. “Lo nuestro es dar de comer. Somos unos hosteleros, simplemente”. En la cuenta de Instagram del local, sin embargo, presumen de ello

José Luis Ábalos con Koldo García, durante un encuentro en la marisquería La Chalana, en enero.
José Luis Ábalos con Koldo García, durante un encuentro en la marisquería La Chalana, en enero.
Manuel Viejo

Ya falta menos para otro caso de corrupción. El último, eso sí, tiene su intríngulis. La Nueva España puso la primera pesquisa el pasado 19 de enero: “Desata tu lado más salvaje con La Chalana”. El reportaje anunciaba que la marisquería más famosa de Avilés celebraba unas jornadas gastronómicas hasta el 1 de febrero. “Disfruta como nunca”, decían. Ocho días antes de la publicación, Koldo García, el principal asesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos, e investigado en una presunta trama corrupta que lleva su nombre, se sentó a disfrutar —como de costumbre— en un reservado que La Chalana tiene en Madrid, muy cerca del Santiago Bernabéu. Y un mes después, La Chalana ha llegado a un punto tan salvaje en nuestra querida España —esa España nuestra—, que incluso ha superado en búsquedas de Google al todopoderoso McDonald’s. Una cosa es buscar un centollo y otra, muy distinta, pagarlo.

Entre el 29 de febrero y el 2 de marzo, miles de españoles teclearon en el buscador más famoso del mundo —se puede comprobar a través de la aplicación Google Trends— cómo era este sitio donde Koldo y su cuadrilla quedaban cada dos por tres para zamparse unos bogavantes y hablar de sus negocios. Y subió la marea. Y vinieron las noticias. Y los reportajes. Revista Tapas: “Así es La Chalana, la marisquería famosa por el caso Koldo”. Metrópoli: “Así es La Chalana, el restaurante del que todo el mundo habla estos días por el caso Koldo y no por su marisco”. ¡Hola!: “La Chalana, la marisquería de la que todo el mundo habla por el caso Koldo”. 1.420 noticias sobre La Chalana en los últimos días, según Google. Publicidad gratuita, dirán algunos. Ningún trabajador de La Chalana está salpicado, dirán otros. El caso —otro más de la trama— es que el restaurante no para de salir en los titulares. Nadie avisa de los daños colaterales.

Numerosos usuarios han salido en tromba estos días a comentar las reseñas del negocio en Google. El buscador permite a cualquiera que tenga una cuenta de correo de Gmail dar hasta cinco estrellas por un servicio en un restaurante, sin comprobarlo. La Chalana cuenta con más de 6.000 puntuaciones con una media de 4,3. Pero —siempre hay peros y más en una trama— los puntos negativos han venido de repente. “La especialidad de la casa deben ser los chorizos”, escribió un tal Sergio. “Se puede fumar, tiene reservado y puedes hacer negocios para estafar a millones de españoles”, anotó con una estrella José Pablo Serantes. “Buen lugar para tener reuniones de todo tipo, incluso de mascarillas. Volveré seguro”, dijo Tinspare. “Refugio de delincuentes. Centro de reunión de impresentables del Gobierno y de ministros corruptos. Jamás iría a un sitio así”, publicó Fernando Alonso. No, ese no.

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Google ha borrado ya muchas de estas críticas. Aunque no las verifica, comprueba si hay contenido falso y las retira. Si un usuario dice que no iría nunca a comer ahí, tampoco hace falta ser del CNI para saber que, efectivamente, no ha ido. El dueño de La Chalana es el asturiano Carlos Suárez. Suárez cuenta por teléfono que no para de recibir llamadas de medios, que no quiere hablar con ninguno y que, pese a lo que pueda pensar la gente, no están siendo unos días fáciles para el negocio. “Nos está perjudicando mucho este tema”, dice. “Lo nuestro es dar de comer. Somos unos hosteleros, simplemente”.

La agencia de comunicación que lleva las redes sociales del restaurante, sin embargo, ha elaborado un vídeo de 90 segundos aprovechando el tirón junto a un eslogan: “¡Si no vas a La Chalana, no estás!”. Peor sería llamarse Pescados y Mariscos Koldo, desde luego. Bueno, pues también existe y está en Bilbao. Y tiene 4,8 estrellas en Google.


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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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