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Columna
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Ilegalizar

Hay cosas con las que no se juega y la primera es la ley

El compromiso de Puigdemont con Sánchez y la incógnita sobre la consulta a las bases
Puigdemont interviene por videoconferencia en el acto celebrado el pasado 1 de octubre en la plaza de Cataluña de Barcelona en el sexto aniversario del 1-O.MASSIMILIANO MINOCRI
Fernando Savater

La ignorancia no es recomendable, desde luego, y no me oirán decir otra cosa. Pero tiene algunas ventajas. A veces, conocer muy detalladamente los procedimientos favorece el olvido de lo que se buscaba con ellos. Por ejemplo, en los laberintos legales. El PP propone ilegalizar los partidos separatistas que promueven consultas anticonstitucionales y provoca un notable debate: unos lo ven como una medida totalitaria que trata de prohibir ideas, expertos imparciales encuentran dificultades técnicas en la propuesta. Aportaré la indocumentada opinión del lego que ignora el mecanismo jurídico, pero cree recordar para qué se inventó.

Usted puede pensar que la propiedad es un robo, como enseñó Proudhon. Le comprendo; cuando me da por envidiar pienso lo mismo. Y es legal que funde un partido para vocear por todos los medios esa idea sublime y subversiva. ¿Ve? Nada que objetar, viva la libertad. Pero si usted incluye en el manifiesto de su grupo la recomendación de asaltar bancos y desvalijar joyerías para poner en práctica su ideal, su partido será prohibido y usted puede acabar en la cárcel. Con toda razón, porque no es lo mismo predicar ideas que violar leyes. Hace años, el TGUE, a instancias del Gobierno italiano, anuló La Mafia se Sienta a la Mesa, nombre de una cadena de restaurantes. Justificó así su dictamen: “La marca remite a una organización criminal, da una impresión globalmente positiva de ella y banaliza los graves ataques que dicha organización perpetra contra los valores fundamentales de la Unión. La citada marca puede ofender no solo a las víctimas de dicha organización criminal, sino también a cualquier persona que tenga umbrales medios de sensibilidad y tolerancia”. Hay cosas con las que no se juega y la primera es la ley. Por cierto, la marca en cuestión sería un buen título para la mesa de diálogo…

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