Gripe española
El colapso de los centros de salud por la epidemia de virus respiratorios redobla la importancia de abordar reformas estructurales en la sanidad
La epidemia estacional de virus respiratorios, especialmente gripe A, que sufre España ha colapsado numerosos centros de salud y está comenzando a tensionar los hospitales cuando su pico todavía no ha llegado. La tasa nacional de infecciones respiratorias se sitúa en un total de 952,9 casos por 100.000 habitantes, un 78% más que hace un mes, según los datos que difundió el pasado jueves el Instituto de Salud Carlos III. Solo la incidencia de la gripe creció un 75% en la última semana del año, hasta llegar a 438,3 casos por 100.000 habitantes, una tasa alta para la mayoría de los años.
El sistema sanitario español logró responder en la pandemia a la mayor crisis de su historia en gran medida por el esfuerzo del conjunto de sus profesionales, pero padece de una serie de deficiencias estructurales, especialmente en atención primaria, que rebrotan en situaciones como la actual, pese a que, con un mayor o menor impacto, este tipo de epidemias se repite cada año. Esas causas estructurales, que subyacen en las protestas de miles de profesionales que se han sucedido a lo largo de los últimos meses en distintas autonomías, son las que resulta imperioso abordar, en particular el déficit crónico de profesionales en un país que ha perdido en un lustro un millar de médicos de familia.
También existe un componente de educación para la salud en el que resulta relevante la actuación de los propios ciudadanos. Muchos casos no precisan de la atención de un especialista, como prueba el hecho de que, pese a la avalancha de pacientes a las urgencias hospitalarias —entre un 20% y un 50% más—, un bajo porcentaje de ellos acaban ingresados. Los ingresos hospitalarios han aumentado un 60% en siete días (hasta los 9,5 casos por 100.000 habitantes). La caída en las tasas de vacunación debe llevar igualmente a la reflexión social. Del lado de los gestores públicos, no deben desoírse los llamamientos de las sociedades médicas de primaria a mejorar la gestión de las bajas laborales. Y sobre la mesa está su propuesta de recuperar, junto a otras medidas profilácticas, el uso de la mascarilla obligatoria en los centros sanitarios. Sanidad propondrá el lunes a las comunidades que las mascarillas se generalicen de nuevo en todo el país; algunas autonomías ya anunciaron este viernes esa medida.
Este escenario otorga mayor relevancia a algunas de las recomendaciones que formulan en su informe los expertos independientes que han evaluado la actuación del Sistema Nacional de Salud durante la pandemia, entre ellas reforzar los servicios de salud pública, con más profesionales y mejores medios y reorientar y fortalecer la atención primaria. Ese refuerzo y el apoyo a unos trabajadores de la salud que en muchas ocasiones han visto empeorar sus condiciones laborales y sobrecargarse de trabajo deben priorizarse para frenar el declive de uno de los pilares del Estado de bienestar.
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