Pasos atrás en Venezuela
El Gobierno de Maduro boicotea la mínima apertura que negoció con la oposición y con Estados Unidos
Una sola acción ha bastado para traicionar las esperanzas creadas hace dos semanas en Venezuela. El chavismo ha vuelto a hacer una demostración de su poder y, a través de los órganos judiciales que controla, ha emitido una orden para suspender los efectos de las elecciones primarias de la oposición. El golpe al proceso que ganó María Corina Machado por más del 90% de los votos, y que movilizó a más de dos millones de venezolanos dentro y fuera del país, deja varias lecturas. La primera, el temor del Gobierno a promover unas elecciones democráticas. La segunda, el enorme trabajo que deben hacer aún las formaciones opositoras para forzar la celebración de unas presidenciales con garantías el año que viene.
No es ningún secreto que el régimen podría haber impedido el desarrollo de las primarias del pasado 22 de octubre, pero apenas días antes se había comprometido en Barbados con la oposición a permitir su celebración sin interferencias. Tras meses de parálisis, la reanudación de las negociaciones entre las partes, auspiciada por Noruega y otros países, tomó por sorpresa a los venezolanos.
El acuerdo dejó por escrito el compromiso del chavismo de avanzar hacia unas elecciones libres y verificadas por observadores internacionales en el segundo semestre de 2024. El anuncio fue celebrado por Estados Unidos con la suspensión temporal de las sanciones al petróleo, el gas y el oro venezolanos, un balón de oxígeno para una economía ahogada. La apertura de Washington quedó supeditada a los gestos democráticos del chavismo. Respetar las primarias de la oposición era la primera de las condiciones.
El éxito de una convocatoria que por momentos parecía condenada al fracaso por estar gestionada de forma analógica impactó a todos los sectores, desde el Gobierno hasta los propios organizadores. Aunque la sociedad venezolana parecía desconectada de la política, dedicada a sobrevivir en la crisis económica y desilusionada por los vaivenes de la oposición, la alta participación fue una demostración de fuerza ciudadana que el Gobierno no había previsto cuando se comprometió a permitir su celebración. La respuesta airada del chavismo comenzó al día siguiente con la apertura de una investigación de la Fiscalía, que acusa a los organizadores de supuestos delitos como asociación para delinquir o blanqueo de capitales. Este lunes, el Tribunal Supremo, controlado por el régimen, dictó una sentencia que suspende el proceso y todos sus efectos.
El gesto podría traer consecuencias fatales para el necesario camino hacia la democracia que debe recorrer Venezuela tras dos décadas de chavismo. Nicolás Maduro tiene en su mano respetar el derecho de la oposición a escoger con libertad a sus candidatos y continuar con el proceso de negociación si quiere que el resultado de las elecciones de 2024 sea legítimo.
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