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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Esta mujer ha impulsado cambios en toda Latinoamérica contra la violencia sexual

Brisa De Angulo fue víctima de abusos cuando era adolescente. Tuvo que esperar 22 años para obtener justicia. Su principal objetivo era lograr cambios estructurales para prevenir que otras pasen por lo mismo. Y lo está consiguiendo

Brisa De Angulo Losada, víctima de abuso sexual en Bolivia
Brisa De Angulo fue violada y torturada repetidamente por primo en 2002 en Bolivia.Cortesía

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En América Latina, como en el resto del mundo, la violencia sexual contra niños, adolescentes y mujeres atraviesa todas las capas sociales. Muchas sentencias judiciales absuelven al agresor porque se trata de delitos casi siempre cometidos en la intimidad y, por lo tanto, difíciles de probar. Casos como el de la actriz argentina Thelma Fardin —que denunció a su compañero de reparto Juan Darthés de haberla violado cuando tenía 16 años y él 45—, muestran también que no importa lo conocida que sea la víctima para garantizar que se haga justicia. Quienes lo logran suelen tardar años, a veces décadas. Sin embargo, la irrupción de los feminismos y sentencias históricas como la de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) contra el Estado boliviano por el caso de Brisa de Angulo Losada han comenzado a impulsar cambios en la región.

Recordemos ese fallo. En enero, la Corte IDH sancionó a Bolivia por no haber investigado y castigado adecuadamente la violación de Brisa de Angulo Losada por parte de su primo cuando era adolescente. Lo acusó además de no haberla protegido y por la revictimización que le causaron los servicios policiales, de salud y judiciales que investigaron el caso.

Según la Corte IDH, el Estado boliviano incumplió su obligación de “garantizar, sin discriminación por motivos de género, así como por la condición de niña de la víctima, el derecho de acceso a la Justicia”. La denuncia fue interpuesta en los tribunales bolivianos en 2002. El fallo de la Corte IDH llegó en 2023. Pasaron 22 años.

De Angulo Losada renunció a exigir una compensación económica. Su principal objetivo, destacó, era lograr cambios estructurales para prevenir la violencia sexual contra menores de edad y acompañar a quienes la sufren.

“El Estado de Bolivia ha respondido de forma positiva”, dice por teléfono Ana Elena Obando, asesora legal de Equality Now para Latinoamérica. Según Obando, la Fiscalía ha formado una mesa técnica para avanzar en los protocolos de prevención y de acompañamiento a las víctimas que dicta la sentencia y se ha mostrado abierta a dar capacitaciones con perspectiva de género al personal. El Poder Legislativo, por su parte, ha recibido cuatro proyectos de ley con las modificaciones al Código Penal solicitadas por la Corte IDH.

El cambio legislativo es necesario no sólo en Bolivia sino en gran parte de los países latinoamericanos que aún no han adecuado su normativa a la jurisprudencia y los estándares regionales e internacionales. La definición de violación no debe basarse más en el paradigma del uso de la fuerza y la resistencia de la víctima, sino sustentarse en la ausencia de consentimiento.

“El consentimiento no puede inferirse exclusivamente del silencio o pasividad de la víctima ni de su no resistencia verbal o física”, señala Obando. La víctima “puede quedarse paralizada ante una violación. Es importante saber que detrás de todos los delitos sexuales hay una relación desigual de poderes, como en el caso de un profesor o tutor y una alumna, un médico y su paciente”, continúa.

En su fallo, la Corte IDH solicitó además a Bolivia que derogue el delito de estupro —que establece penas más bajas que las de violación para una relación supuestamente consentida entre un adulto y un menor de edad— y lo reemplace por el de violación. Otros 16 países del continente aún incluyen esta figura penal en sus códigos penales, entre ellos Chile, Paraguay, Perú, Venezuela y Ecuador.

El cambio legislativo es un primer paso, pero después debe garantizarse la implementación de esas normas, al igual que el cumplimiento de los protocolos de acompañamiento a las víctimas. Son todavía muchas las mujeres que dicen haber recibido un trato denigrante por parte de las autoridades policiales y judiciales tras presentar una denuncia. Esa actitud lleva a algunas víctimas a no hacer la denuncia o a decidir no seguir adelante con ella.

Tras conocerse la sentencia de absolución a Darthés, Thelma Fardin pidió a las víctimas de violencia sexual que no se rindan ante los obstáculos que aparezcan en el camino. “Quiero pedir a todas personas que se atrevieron a romper el silencio que no sientan que esto nos adoctrina. No me adoctrina a mí, por favor que no las adoctrinen a ustedes”, dijo en rueda de prensa junto a sus abogados y Amnistía Internacional.

La actriz argentina expresó su malestar con el fallo en primera instancia de la justicia brasileña que determinó que no había evidencia suficiente para probar que hubo violación y considerar prescritos los otros abusos. “Nos dicen que vayamos a la justicia, vamos a la justicia. El propio fallo dice que está probado gran parte del abuso sexual, que me practicó sexo oral, que hubo penetración con sus dedos, pero como ocurrió en 2009 está prescrito. Si hubiese ocurrido en 2010, no estaría prescrito. Hay que elegir en qué momento a una la abusan”, criticó. “¿Qué le está pidiendo la justicia a las infancias, que se filmen cuando son abusadas?”, cuestionó.

La denuncia pública de Fardin en 2018 hizo que muchas argentinas se atreviesen a contar por primera vez episodios de violencia sexual que habían callado durante años. Para prevenir estas agresiones, una de las medidas clave es que se dé educación sexual en las escuelas, muy resistida por sectores conservadores y religiosos.

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