¡Ojo!
En las pelis de Hollywood hay pobres y ricos y trabajos precarios y gente sin hogar y tráfico de personas y corrupción política y brutalidad policial… Todos esos asuntos forman parte de un paisaje que por lo general no se pone en cuestión
Si la huelga de guionistas de Hollywood se prolongara demasiado, la realidad se paralizaría también en la medida en la que los argumentos y diálogos de la existencia son ya los de las series y películas que vemos en la tele. Para que el mundo siga siendo como es, los magnates del cine americano deberían prestar más atención a las demandas de quienes a través de sus historias ratifican las relaciones económicas y sociales establecidas y que benefician a las clases poderosas.
En las pelis de Hollywood hay pobres y ricos y trabajos precarios y gente sin hogar y tráfico de personas y corrupción política y brutalidad policial… Todos esos asuntos forman parte de un paisaje que por lo general no se pone en cuestión. Las cosas son como son, nos vienen a decir. Del mismo modo que en el campo hay chopos y álamos y pinos y alcornoques, en la realidad hay cárceles, hay prostitución, hay escasez de vivienda, hay explotadores y explotados, hay indigencia, hay hambre, no por maldad, sino por la dinámica natural de los mercados. Entiéndanme, no se coloca la lupa sobre esas cuestiones porque nos asustarían como nos asusta, y mucho, la cabeza de un ácaro bajo el microscopio. Es todo más sutil. Se trata de convertir lo patológico en la salsa en la que se cuece la realidad. Los guiones, a la vez de reflejarnos, nos ofrecen modelos de comportamiento catalizadores de las dinámicas que convierten a las víctimas en promotoras del sistema que las oprime.
Si los guionistas de Hollywood dejaran de escribir nuestros diálogos amorosos, ¿cómo nos relacionaríamos con nuestras parejas? Si dejaran de explicarnos cómo se fuma el crack, cómo se distribuye, dónde y a qué precio, ¿cómo haríamos para formar parte del negocio, bien como usuarios, bien como emprendedores? ¡Ojo, en fin, a ese paro que podría gripar los engranajes del régimen!
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