El Papa y la mamá de la democracia
Francisco, al permitir que mujeres y laicos voten por primera vez en el sínodo de los obispos, no moderniza la Iglesia, sino que la devuelve a sus raíces auténticas
¿Qué institución actual nos parece la menos democrática? La Iglesia. Y ¿qué institución histórica ha sido la más importante para nuestra democracia? La Iglesia también, pues de sus monasterios surgió la teoría y la práctica de la política representativa, y sus juristas y teólogos inventaron las cancillerías, los impuestos, los tribunales y los embriones de los parlamentos actuales.
Con lo que el papa Francisco, al permitir que mujeres y laicos voten por primera vez en el sínodo de los obispos, no moderniza la Iglesia, sino que la devuelve a sus raíces auténticas: la emancipación individual frente a la tiranía terrenal. Que la gente participara en las decisiones que le afectaban (como en la democracia ateniense), pero respetando los derechos de los demás (tanto los derechos civiles como, posteriormente, los derechos humanos, son herencia del pensamiento jurídico cristiano). Intelectualmente, la Iglesia es la madre de nuestras democracias.
Se acumulan las pruebas empíricas. Jorgen Møller y Jonathan Doucette, de la Universidad de Aarhus, han elaborado un mapa de todo tipo de instituciones medievales y han encontrado que la creación de un monasterio benedictino del movimiento cluniacense, que tenían un funcionamiento autónomo y elegían libremente a sus abades, tenía un efecto democratizador en su entorno, aumentando la probabilidad de que las ciudades próximas desarrollaran sistemas de autogobierno. De forma parecida, las urbes medievales con mayor presencia de dominicos son las primeras que adoptaron el principio de representatividad, característico de la orden religiosa y base de la democracia moderna.
Y si quieres saber en qué zonas de Europa predominan más los valores asociados con una sociedad democrática (independencia de criterio, individualismo, inconformismo, confianza y cooperación con los extraños y no solo con tus parientes), mira cuán expuestos históricamente estuvieron esos lugares a la Iglesia. Ahí donde había un obispado activo en la Edad Media, hoy sus poblaciones puntúan más alto en esos valores, controlando por todo tipo de factores. Pero la Iglesia no se ha aplicado su propia receta y la reforma de Francisco es un paso muy tímido. El 75% de los participantes en el sínodo seguirán siendo obispos. Amén de que la mujer ni tan siquiera puede acceder al sacerdocio. El Vaticano necesita una lección de historia.
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