Secretos de Estado
Los lectores opinan sobre el aplazamiento de la reforma de la ley de secretos oficiales, la construcción de una telecabina entre las estaciones de esquí de Astún y Formigal, la precariedad laboral en el industria del cine y sobre la guerra de Ucrania
Estos días se ha anunciado en la prensa que el séptimo intento de una nueva ley de secretos oficiales será fallido. Es increíble que en esta cuestión se siga con la normativa franquista de hace 55 años. Parece que desvelar secretos de Estado es muy incómodo para el Gobierno de turno, sea del color ideológico que sea. En resumen, que es más complicada una ley de secretos oficiales que la ley del solo sí es sí y que la ley trans. ¿Qué peligro existe en que se desclasifiquen documentos secretos? Remover el pasado es como remover la mierda, huele que apesta, y no hay vuelta atrás. Muchos delitos, por añadidura, prescriben antes de que se levanten los secretos de Estado. La dificultad para una nueva ley de secretos oficiales está en el número de años en que conviene mantener los secretos y en la gravedad del daño que se puede ocasionar a los intereses del país. El Gobierno debería tener en cuenta que a la mayoría de los ciudadanos le trae sin cuidado los secretos de Estado, lo que le importa es su economía.
Antonio Nadal Pería. Zaragoza
Todo por el progreso
Se ha aprobado un proyecto de 34 millones que construirá un telecabina para unir las estaciones de esquí de Astún y Formigal. La telecabina atravesará la Canal Roya, un enclave totalmente virgen del Pirineo Aragonés que tiene un grandísimo valor ecológico. Todo por el progreso. El progreso de unos pocos hacia ninguna parte. ¿Qué sentido tiene invertir millones y generar tal impacto ecológico cuando el esquí en España es un negocio caduco?
Aida Marín Pérez. Olot (Gerona)
Precariedad
Recientemente hemos asistido a la gala de los Goya. Todo muy glamuroso, equipos saboreando el premio al trabajo bien hecho que los espectadores disfrutaremos en las plataformas y en las salas de cine. Sin embargo, nadie habla de la precariedad en la que se trabaja en esta industria cuando se trata de pequeños audiovisuales, cortos, videoclips, anuncios publicitarios, etcétera. Un gran número de jóvenes que se quieren abrir paso en este mundo, y a los que las productoras contratan con salarios que no llegan a los 300 euros al mes —o trabajan sin contrato directamente—, no puede negarse a estas condiciones porque, si lo hacen, saben que no despegarán en él ya que se basa en los contactos y en el boca a boca. El nuevo esclavismo ha llegado también al cine.
Maria Esther Rebollo las Heras. Rivas Vaciamadrid (Madrid)
La huella de Verdún
La madre de todos los conflictos bélicos modernos fue la Gran Guerra. En el bosque de Verdún cayeron 20 millones de bombas. Una de cada cuatro no explotó. Y por lo tanto, siguen en el bosque. Francia quemó contenedores de armas químicas en una cámara durante años. Hoy en día, ese terreno tiene 35.000 veces más arsénico que lo normal. La huella de Verdún siempre estará ahí. No hay guerra que no deje una marca en nosotros. La huella se queda en la tierra y en la memoria de todos nosotros. También lo hará en Ucrania.
Emmanuel Rueda Girondo. Vigo
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