No se ve bien
No se ve bien que los recursos de los colombianos terminen entregados a dedo. Nunca se verá bien
Para el director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos, Didier Tavera, no se ve mal convertir esa entidad que se sostiene con recursos públicos en una especie de bolsa de empleo para amigos y conocidos.
Hace pocos días se conoció en el programa Sigue La W que tanto el exministro del interior del Gobierno Duque, Daniel Palacios, así como el exministro de agricultura, Rodolfo Zea, y el excontralor general Felipe Córdoba recibieron sendos contratos de la Federación de Departamentos una vez terminaron su trabajo en el Estado. En pocas palabras, los tres exfuncionarios siguieron viviendo a costas de los colombianos a pesar de que su periodo ya había terminado, cada uno con un contrato de casi sesenta millones de pesos por los tres últimos meses del año que terminó.
Tavera, quien fue gobernador de Santander entre 2016 y 2019, defiende esos contratos resaltando las calidades y cualidades de cada uno de los beneficiarios. Argumenta que las hojas de vida de los mentados exfuncionarios son excepcionales y por ende ellos, sin proceso de selección, ni convocatoria alguna, son los únicos que pueden llevar a buen término el objeto contratado. El exgobernador y director de la Federación insiste en que eso no se ve mal.
¿Pero tendrá la misma opinión sobre los dos contratos de 130 millones de pesos cada uno que firmó la Federación con la Fundación Ríos Sostenibles en la misma fecha: 22 de julio de 2022?
El asunto no es una bagatela, pues indirectamente con este contrato se beneficia a Walfa Téllez, directora ejecutiva de la Fundación y esposa del Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, quien es responsable desde la Fiscalía de sacar adelante el juicio que avanza contra Tavera a paso de tortuga en la Corte Suprema de Justicia.
El caso contra el exgobernador es conocido por todo el país. La Fiscalía lo señala de desviar recursos del programa de alimentación escolar de Santander para comprar apartamentos, pagar con sobrecosto miles de tamales para los niños (30 mil pesos cada uno) y comprar alimentos a empresas dedicadas al transporte. Fue en 2017 cuando la Fiscalía inició las actuaciones penales y hoy, más de cinco años después, Tavera está en libertad y dichoso de la vida desempeñándose como director de la Federación que reúne a los gobernantes locales de los 32 departamentos del país.
¿No se dará cuenta Tavera que, estando él inmerso en un proceso penal como acusado, hacer contratos por 260 millones de pesos con la Fundación de la esposa del Fiscal se ve mal? ¿O hará esto parte de algún cálculo político y judicial bien hecho?
Es importante señalar que los contratos con la Fundación Ríos Sostenibles, al igual que pasó con los contratos a los exfuncionarios, no son resultado de un proceso de selección o alguna convocatoria pública para adelantar la misión que en ellos se encomienda. El mismo Didier Tavera reconoce que se entregaron a dedo.
No se ve bien que los recursos de los colombianos terminen entregados a dedo. Nunca se verá bien. Y menos cuando suspicacias como la anterior hacen parte del menú.
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