Canal público y cristiano

Hace menos de un mes llegó a su oficina de gerente del Canal Trece el excongresista John Alejandro Linares, miembro del Partido de La U y cercano amigo del actual gobernador del departamento de Cundinamarca, Nicolás García. En paralelo, a menos de un mes de terminar el año, el cuarto piso del canal se llenó de caras desconocidas, todas con una hoja de vida debajo del brazo y con contrato garantizado por los últimos veinte o quince días del año, gracias a la recomendación hecha por el nuevo gerente. Todos volverán a ser contratados el año que viene, pero para quienes llevan años en el canal, lo llamativo es el afán de contratar, contratar y contratar antes de que termine el 2022 a personas que no tendrán nada que hacer en estos últimos días del año. Es como si el novísimo gerente quisiera garantizar la navidad a algunos amigos.

El excongresista Linares, quien se presenta a sí mismo como ambientalista, es en realidad un abogado experto en contratación estatal y gestión pública. Nunca ha tenido experiencia en medios de comunicación y su paso por el sector público se ha concentrado en la gestión comunitaria ya sea para el pueblo donde nació, Topaipí, o para el departamento de Cundinamarca.

Para el nuevo director lo urgente son los contratos, no el Canal Trece, que es el canal público de mayor cobertura en el país. En los comités que ha liderado poco se ha hablado de la programación para el año que viene y de los contratos que el canal desarrolla como productora. En cambio, él o los asesores que llegaron de su mano piden lista de todos los ingenieros de televisión que allí trabajan, con salarios y perfiles, para buscarles reemplazo. Pasa igual con productores y otros profesionales de ese medio. Entre tanto, la ministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), también del Partido de La U, mira para otro lado mientras su designado literalmente desmantela un canal de televisión.

Seguro dirán que hay muchos profesionales allá afuera esperando una oportunidad y que por eso es sano hacer los cambios. Sin embargo, ese discurso se viene abajo cuando uno de los asesores del gerente Linares reconoce en reuniones que no sabe nada de televisión, que únicamente ha hecho radio y que llegó al Canal Trece a aprender. Se pregunta uno cómo puede asesorar alguien que no sabe de lo que está asesorando. Cosas del sector público me imagino.

Y ya que estamos hablando de lo público, en dos ocasiones al gerente Linares se le ha salido en reuniones su fe cristiana. Esto no debería ser grave siempre y cuando lo mantuviese como algo personal, pero si sus creencias se traducen en nuevos contenidos para el canal, el asunto puede convertirse en un debate necesario. ¿Deben los canales públicos de televisión ser una tribuna para promover artistas y temas cristianos o evangélicos? ¿Un canal que se ha caracterizado por promover nuevos artistas nacionales debe tener franjas para promover música góspel o cristiana?

Linares ya ha hablado del tema y aunque esto aún no se concreta, si ha dejado en claro que un canal de música sin góspel no tiene sentido. ¿Será que esto tampoco lo sabe la ministra de las TIC, Sandra Urrutia?

Así vamos: un político en el Canal Trece y una vacante en la gerencia de la casa de la radio y la TV públicos de Colombia, RTVC, dicen mucho del gobierno Petro y su visión sobre los medios. Un termómetro inquietante.

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