El glaciar perdido

Los embalses se secan, los glaciares se caen como casas viejas, las olas son tsunamis, el calor achicharra como nunca y los paréntesis-oasis para recuperar el aliento ni se notan. La situación resulta insoportable. No sé si recuerdo un verano, climáticamente hablando, peor que este de 2022. Y lo que viene. Parece como si esta temporada fuera un punto de inflexión en la hiperrealidad del cambio climático, si tal precisión temporal cabe en una disciplina científica que suele usar los miles de años como referencia. Y todavía peor augurio, que nos encontremos en un punto sin vuelta atrás. Y tengo la sensación de que en el imaginario popular se confía en que la rectificación humana frenará en el último momento, como si de una película se tratara, el meteorito climático que nos destruirá. Ay, la rectificación humana. Mientras llega nuestro héroe salvador, el Monte Perdido, como tantas otras montañas, pierde su glaciar. No hay mejor chivato de emergencia.

Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño

El Ártico se calienta

Todos los negacionistas del calentamiento global que necesiten hechos solo deben acercarse a un estudio publicado por científicos alemanes y chinos en el que investigan lo que han llamado la “amplificación del Ártico·”, un fenómeno que supone que los 2.000 metros superiores del océano Ártico se calienten 2,3 veces más rápido que la media mundial. El mar de Barents, además, aumentará su temperatura más de cinco grados en este siglo si no se actúa. ¿Qué más necesitan?

Pepe Mateu. Stokke (Noruega)

Más bosques urbanos

Hace unos días, el Ayuntamiento de Ponferrada presentó al Instituto de Transición Ecológica una solicitud de fondos europeos para la construcción de un bosque urbano donde antiguamente había una gran montaña de carbón. Si se aprobase, sería un claro mensaje a la ciudadanía: cambiamos aquellas fuentes de energía contaminantes por las verdes. Son casi 300.000 metros cuadrados de reforestación dentro de una ciudad que en su día a día tenía los capos de los coches llenos de polvo de carbón. Y no solo eso: se cambia la tendencia de asfaltar y edificar por la de construir espacios verdes, mucho más pertinentes para estos calurosos veranos.

Rubén Rubial Villamarín. Ponferrada

Indiferencia grabada

Fue asesinado a golpes, a plena luz del día en Italia y sin que nadie interviniese. De su muerte, leí en un periódico un breve. Y si no fuera porque la inmigración siempre caldea la campaña política italiana, me pregunto si ni eso. Se llamaba Alika Ogorchukwu, era de Nigeria, tenía 39 años, mujer y un niño de ocho años. Desconozco hasta qué punto la agresión fue alimentada por un prejuicio racista o por la ira. Lo que si resulta claro es la indiferencia mostrada por el público allí presente, que no medió, aunque sí tuvo tiempo de grabarlo. ¿En qué mundo vivimos? Se avecinan, dicen, dificultades económicas, terreno fértil para atizar el discurso del odio y la discriminación hacia el diferente o más vulnerable, por lo que bien nos iría en esta Europa en proteger, más que fronteras, esa dignidad humana de la que siempre hacemos gala.

Mónica Bilbao Alustiza. Sopela (Bizkaia)