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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Becas Ayuso: y ahora también un Ingreso Máximo Vital

Las palabras del consejero de Educación madrileño en una entrevista donde asegura que cobrar 143.000 euros al año es ser de clase media siguen coleando en la red del pajarito

Becas Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el vicepresidente y consejero de Educación, Enrique Ossorio, a mediados de junio en la Asamblea de Madrid.Eduardo Parra (Europa Press)
Manuel Viejo

Cómo estará España si El Mundo Today ya solo cuenta verdades: “Ayuso dará becas a las familias madrileñas que no se puedan permitir comprar un segundo Luisvi”. Luisvi en la capital ―una cosa es no cruzarte con tu ex y otra no conocernos entre nosotros― es Louis Vuitton, que hay que explicarlo todo. En fin. Siempre hubo clases, pero la clase media de Madrid es otra historia. El otro día le preguntaron en El Mundo al todopoderoso vicepresidente regional, Enrique Ossorio, si una pareja capitalina que ingresa 143.652 euros al año ―12.000 euros al mes, para alquilar un bajo en Lavapiés y poco más― merecía una beca pública. Ossorio no se anduvo con rodeos: “Forman parte de una clase media que paga muchos impuestos, trabaja mucho y no recibe nada. Hemos querido ayudar a estas personas”, contestó.

Qué haremos el resto en Madrid, además de quedar a comer con el comisario Villarejo. A saber. Si en el PP son listos, comunismo o becas en libertad será el eslogan de las elecciones del año que viene. El patio tuitero, por lo que sea, ha estado muy mosqueado este fin de semana con todo este asunto. No entienden muy bien este lío de las ayudas a la clase media madrileña con lo sencillo que es. Aluvión de comentarios por doquier: “Si con 143.000 euros al año no llegan a final de mes… los que vivimos con 12.000 euros o menos no llegamos ni al final del día”. ¿Y qué quieren?, ¿vivir? “Me obligan a ser comunista”. Pero en libertad. “Me pinchas y no sangro”. A la sanidad privada. “A veces me gustaría no saber leer”. Una beca menos.

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La historia llegó a tal punto que el Telediario de Televisión Española tuvo que hacer una pieza donde razonaba por qué las becas se deben destinar a las familias con rentas bajas. “Mañana habrá que explicar por qué las muletas se dejan a la gente que se rompió una pierna”, escribió también el periodista Javier Salas. Qué querrá decir. Dicho esto: si existe un Ingreso Mínimo Vital para las familias vulnerables, pues también es hora de que esta clase media de 143.000 euros al año tenga una ayuda extra de las arcas del Estado. De sus impuestos, vamos, porque el resto estamos… a saber dónde estamos. Que no se anden con historias. Adelante con todo. Hay que crear ya y cuanto antes un Ingreso Máximo Vital madrileño.

El problema es que se quedará viejo muy rápido. Ojito a la clase alta en los próximos días. La capital ha cambiado muchísimo en cuatro meses. En marzo le preguntaron al consejero Ossorio por un informe de Cáritas. El estudio apuntaba a que más de un millón de madrileños estaban en una situación pobreza, se entiende que de clase baja. El dosier no ahondaba en qué barrios o calles, pero visto lo visto... Ossorio miró hacia el suelo antes de responder. Desde su atril, simuló una búsqueda de pobres por los rincones de la sala donde intervenía, a izquierda y a derecha. Quizá más a la izquierda, sí. “Si uno sale a la calle y le dicen que hay millones de pobres… pues, ¿por dónde estarán?”, preguntó. “Nos mean y dicen que llueve”, contestaron muchos.

¿Solución? Todos a Vigo. Abel Caballero dijo el otro día: “Si un bañista orina en el mar, será multado con 750 euros”. La noticia se ha expandido como la pólvora por The Times y Le Parisien. El problema es que el Ayuntamiento no ha aclarado cómo hará ese control y el pueblo está que trina. Dicho de otra manera: que orinan, vamos. “¿Cómo lo harán?”, se preguntan. Qué pocas luces. Que contraten a madrileños de clase media para que coloquen bombillas bajo el mar y así ganan un dinerillo extra, digo yo.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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