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Columna
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El sucesor

Hoy bastantes queremos que Feijóo desbanque democráticamente a Sánchez, el ‘serial liar’ que se ha apoyado para conseguir el poder en la hez populista incompetente y disgregadora

Alberto Nuñez Feijoo
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, el día 9 en un acto en Madrid.Carlos Luján (Europa Press)
Fernando Savater

No sabemos si Shakespeare fue de izquierdas o derechas, categorías poco frecuentadas en su época, pero sin duda tenía una visión desprejuiciada y penetrante del poder político. Entre otros diálogos magistrales de Julio César, El rey Lear o Ricardo III, me quedo con uno menos conocido en Macbeth, la tragedia inagotable. Es hacia el final de la obra: Malcolm, heredero del asesinado rey Duncan, y el noble Macduff, cuya mujer e hijos han sido también liquidados por Macbeth, se preparan para la batalla definitiva contra el tirano, ese monstruo de atribulada ambición con quien los espectadores empatizamos más que con sus víctimas. Macduff exulta porque llega la hora del castigo, aunque incompleto (“¡él no tiene hijos!”), y alaba al príncipe que restaurará la legitimidad conculcada. Pero Malcolm le hace dudar, cuando confiesa ser tan ambicioso como Macbeth, de una avaricia que ni todo el oro del mundo basta para saciar, tan lujurioso que no habrá doncella segura en su reino, tan intemperante que no admite la mínima objeción a sus caprichos. El bueno de Macduff intenta quitar importancia a tales defectos, dice que no será para tanto, pero finalmente lamenta la triste suerte del reino aunque confirma que prefiere el tirano venidero al actual. Entonces Malcolm le descubre que acaba de inventarse sus vicios para probar su lealtad y Macduff suspira aliviado… aunque al espectador le quedan ciertas dudas.

Hoy bastantes queremos que Feijóo desbanque democráticamente a Sánchez, el serial liar que se ha apoyado para conseguir el poder en la hez populista incompetente y disgregadora. Esperamos que en las elecciones andaluzas el bosque de Birnam comience a subir a Dunsinane y se acabe el sanchismo. Pero ojalá las “virtudes” que algunos predican de Feijóo sean inventos de quienes no le quieren gobernando…

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