Pegasus contra todos
El espionaje a Pedro Sánchez y a Margarita Robles demuestra o el rastreo inoperante del CNI o la infalibilidad del programa


Desde el lunes se sabe que los teléfonos institucionales del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron atacados con el programa Pegasus, que infecta el móvil para sustraer información de cualquier tipo contenida en él, además de escuchar conversaciones o activar la cámara del aparato. En el caso del presidente se sabe, porque lo ha contado el Gobierno, que se sustrajeron 2,7 gigas de información. Los ataques se produjeron en mayo y junio de 2021, cuando España sufría el acoso de Marruecos en la frontera de Ceuta tras filtrarse la acogida al líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Gali, aquejado de covid. También por entonces, Pere Aragonès acababa de convertirse en el primer president de ERC desde Tarradellas, y La Moncloa empezaba a estudiar los indultos a los presos del procés. Ese era el contexto español, aunque ello nada presuponga, sin saber las intenciones últimas de quienes se infiltran en el teléfono del presidente del Gobierno de un país miembro de la UE y de la OTAN. La confirmación del espionaje que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, consideró absolutamente segura, pone en guardia a todas las entidades supranacionales a las que España pertenece porque no deja de ser un acto de agresión a la seguridad nacional, venga de donde venga el ataque y buscara lo que buscara. Como otros líderes europeos han podido comprobar, Pegasus escapa a las reglas y controles del derecho internacional y los esquiva en la misma medida en que lo hacen los paraísos fiscales o los gigantes tecnológicos. Este es el debate de fondo que urge abrir para tomar medidas ante la repetición de estas injerencias que socavan los pilares de la democracia.
En España, el Gobierno ha ido variando en dos semanas su respuesta al escándalo del espionaje con Pegasus a los líderes independentistas. Del “aquí no se espía y lo vamos a investigar” de los primeros días, al “solo se hace bajo autorización judicial” pasando por el “qué se hace frente al desafío independentista” hasta llegar al giro absoluto de guion del lunes con la confirmación de que el propio presidente y su ministra de Defensa fueron espiados hace un año. Que la existencia del ataque se haya confirmado ahora, según Bolaños, demuestra o bien la inoperancia de los sistemas de rastreo del CNI o la infalibilidad de Pegasus. En cualquiera de los dos casos, es preciso investigar a fondo y obrar a continuación hasta las últimas consecuencias porque el resultado es una vulneración de los derechos de las víctimas —sean quienes sean las víctimas—, y ahora ya también un peligro para la seguridad nacional.
Al margen de las intrusiones ilegales, la ocasión debería servir para determinar qué procedimientos son democráticamente aceptables para seguimientos o espionajes legales autorizados por un juez y qué procedimientos o instrumentos —tan invasivos como Pegasus— no son admisibles porque, en un Estado de derecho, el fin no justifica los medios. No permite albergar mucha esperanza sobre un debate serio la respuesta pública que el lunes dio el presidente del PP, Núñez Feijóo, en lo que ya es un patrón de comportamiento: primero, apoyo al Gobierno ante el espionaje, y después sembrar sospechas sobre la casualidad del momento en que se ha revelado el ataque. Tampoco la rivalidad independentista por quién es más exigente con La Moncloa ayuda a un debate profundo. En cualquier caso, es al Gobierno al que corresponde restablecer la confianza de los ciudadanos en la seguridad de las comunicaciones y despejar dudas sobre la idoneidad o no de los instrumentos que el Estado utiliza para protegerse.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Más información
Archivado En
Últimas noticias
Los partidos de Sumar escenifican su malestar con el PSOE: “El presidente ha perdido una oportunidad para rendir cuentas”
China golpea con aranceles de hasta el 19,8% al cerdo europeo en represalia por las tasas de la UE al coche eléctrico pero excluye al jamón ibérico
Retiran del mar y despiezan una ballena muerta de 21 metros en A Coruña
Un responsable de Buseo advirtió a las 20.41 horas del día de la dana a la Generalitat y a la CHJ de que la presa se iba a desbordar
Lo más visto
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán
- Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- La UE eleva la presión sobre Venezuela al prorrogar las sanciones al círculo de Maduro en plena escalada de Estados Unidos
- Sánchez se mueve para seguir: pacta una cita con Junqueras, anuncia un abono único y descarta tocar el Gobierno






























































