¿Enfrentados por una botella de leche?
Los lectores escriben sobre el alza de precios de la compra, el despido de sanitarios, la volatilidad de las noticias y la importancia de los lazos familiares y sociales
Se quejan, y con razón, camioneros, ganaderos, agricultores, taxistas y peluqueros. Pero ya es hora de que nos quejemos también los consumidores, que somos todos, porque cuando vamos al mercado nos encontramos con falta de artículos como la leche, y con una subida astronómica del precio de los que todavía quedan en las estanterías o lineales. El otro día solo quedaba una botella de leche de cabra en la estantería de la leche en el supermercado que frecuento y no sé si mi estómago la asimilará bien, pero a falta de pan buenas son tortas. El precio de una botella de aceite de girasol, que hasta hace poco era de 1,20 euros, está en 3,20 euros. Una vecina que me vio el carro lleno saliendo del supermercado, creyendo que me había cargado de botellas de leche, me increpó por egoísta, pero no me molesté en demostrarle que estaba equivocada. De buena gana le habría ofrecido una botella de haberme llevado una caja de leche de vaca, pero no había para nadie. ¿Llegaremos a enfrentarnos los ciudadanos por una botella de leche?
Martina Pellejero Cuéllar. Zaragoza
Sanitarios despedidos
Parece que los madrileños están felices con Díaz Ayuso, por lo que esta puede tomar las medidas que considere oportuno, pues tendrán su aplauso. Aunque yo no entiendo bien que se despida a 6.000 sanitarios que ejercieron su trabajo a satisfacción de todos, sobre todo durante la pandemia, y se oiga que podría contratarse por otro lado al extorero Ortega Cano para no sé qué asunto relacionado con el toreo. Pero ya sabemos que la derecha tiene sus prioridades y en Madrid un voto seguro. Quizá será porque en la capital no hay pobres, o no los ven, y la sanidad la pueden pagar a una empresa privada. Perdón por mi ignorancia.
César Moya Villasante. Madrid
Noticias volátiles
No soy periodista, y supongo que por eso siempre me sorprende lo efímero y volátil de las noticias. Empezó la guerra en Ucrania y se acabaron la pandemia y la última y escandalosa crisis del PP. Ahora, poco a poco, la guerra se va haciendo más pequeña en las portadas y otras noticias se van haciendo más grandes, hasta que Ucrania y lo que allí sucede vayan desapareciendo y se queden en una reseña pequeña en la esquina del periódico. O ni eso. Tristemente, a la vez que desaparecen las noticias de los diarios, también los hechos se borran de nuestra mente. Seguirán entonces refugiados ucranios llamando a las puertas de nuestras fronteras, pero ya no serán noticia, como el resto de los refugiados de todos los colores que siguen esperando que les abramos.
Noelia González Muñoz. Madrid
Triunfar
Ayer aprendí qué es el éxito. Otra lección de mis mayores que se van marchando. Mi tía María Teresa ha triunfado. Se quedó viuda hace 40 años, supo sacar su familia adelante con enorme sacrificio, reír mucho y a menudo, ganarse el afecto de los niños, apreciar la belleza, buscar lo mejor en los demás y para los demás, dejar el mundo un poco mejor, con hijos y nietos alegres. Con su vida consiguió hacer más fácil la vida de los que estaban a su lado, estar al lado del que sufre, defender y querer a los suyos pase lo que pase. Eso es triunfar. Y, al final, ¡menudo abrazo se habrá dado allí arriba con mi tío Alfonso!
Ernesto López-Barajas. Valladolid
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