El riesgo ómicron

La evolución de la pandemia está confirmando los peores pronósticos y la rápida expansión de la variante ómicron amenaza con empeorar rápidamente la situación. El viernes se notificaron 33.359 nuevos contagios y 41 fallecidos. Con 511 casos por 100.000 habitantes en 14 días, en poco tiempo podemos superar los picos alcanzados en oleadas anteriores. La gran diferencia la marca esta vez la vacunación: gracias a que el 91,7% de la población tiene ya la pauta completa, la situación de los hospitales no es tan dramática.

La Conferencia de Presidentes autonómicos que ha convocado Pedro Sánchez debería blindarse contra cualquier espectáculo de polarización política a las puertas de las fiestas de Navidad y ante una época de gran movilidad interterritorial. Las autoridades sanitarias españolas han decidido no aplicar de momento restricciones más severas. Consideran que el balance entre beneficios y costes aconseja no seguir lo previsto en los semáforos de actuación acordados, lo que llevaría a aplicar restricciones en la restauración, el ocio o el comercio. Confían en que la rápida administración de la tercera dosis y la vacunación de los niños sean suficientes, algo que se aleja de la recomendación del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, que ha pedido medidas más drásticas para proteger a la población vulnerable.

Solo el tiempo dirá si la decisión tomada ha sido acertada. Pero sin duda es arriesgada, pues aunque la incidencia es muy desigual entre comunidades, la expansión del virus es uniforme y exponencial en todo el territorio. La exigencia del pasaporte covid ha aumentado la vacunación, pero no ha servido para frenar los contagios de la variante delta, y el cierre de fronteras con los países del sur de África tampoco ha impedido la penetración de la variante ómicron, que ya se ha extendido a 89 territorios. Hace una semana los casos detectados eran anecdóticos y ahora en Madrid ya es responsable del 60% de los casos que llegan a algunos hospitales, y en Cataluña provoca el 25% de las infecciones.

La ómicron sortea mucho más fácilmente las vacunas y el riesgo de reinfección es 5,4 veces más alto que el de la variante delta. La buena noticia es que la tercera dosis eleva la protección frente al contagio hasta el 80%, pero el porcentaje de población que la ha recibido es aún bajo. Todavía no se ha aclarado si la enfermedad que provoca es más grave, pero incluso si fuera más leve, al provocar más contagios y eludir mejor las vacunas, podría aumentar las hospitalizaciones. En poco tiempo, la ómicron podría saturar el sistema sanitario incluso teniendo la mayor parte de la población vacunada. Esta nueva oleada aumenta sin duda la fatiga pandémica, pero la situación exige estar alerta para activar una respuesta rápida que mitigue los riesgos tanto sanitarios como económicos.