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La crisis del coronavirus
Columna
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Iván Duque y la lucha contra la covid: la historia de un fracaso

Colombia registra el índice de muertes por millón de habitantes más alto del mundo

María Jimena Duzán
Una mujer y su hija visitan un memorial para las víctimas del coronavirus a las afueras de Bogotá, Colombia
Una mujer y su hija visitan un memorial para las víctimas del coronavirus a las afueras de Bogotá, este martes.Mauricio Dueñas Castañeda (EFE)

En Colombia se están muriendo más de 600 personas diarias a causa del covid-19 y es como si se estuvieran muriendo moscas.

Según las estadísticas obtenidas por la Universidad de Johns Hopkins, Colombia registra el índice de muertes por millón de habitantes más alto del mundo en el mes de junio, con 12,5 decesos. Le siguen Botswana con 9,42, Brasil con 8,83 e India, con 1,02.

Es decir, la tasa de muertos por millón de habitantes que registra Colombia es diez veces mayor que la de la India, un país que vive una tragedia inenarrable cuyos horrores tienen conmovido al mundo.

Estas cifras que ya son una tragedia tampoco alcanzan a reflejar la verdadera desgracia que vive Colombia, un país que se acostumbró a no inmutarse con la muerte –una herencia maldita que nos dejó la guerra– y que además está gobernado por un presidente aún más insensible que sus gobernados.

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TOPSHOT - Workers move the coffin of a COVID-19 victim to be cremated at Serafin cemetery in Bogota, on July 4, 2020. - Latin America has the second most COVID-19 cases in the world with 2.73 million, head of Europe on 2.71 million but behind North America. Colombia, the fourth largest economy in the region, passed 100,000 cases this week. (Photo by Raul ARBOLEDA / AFP)
Colombia supera las 100.000 muertes por covid-19 en su peor momento de la pandemia

Colombia está viviendo una crisis igual o peor a la que vivió Europa en el primer pico, pero el Gobierno de Duque sigue gobernando como si estas muertes fueran hojas que se caen del árbol por la fuerza del viento.

El presidente ha justificado esta normalidad feroz con un discurso muy bien adornado, diseñado para demostrar que su estrategia contra la covid es una de las más exitosas en América Latina en todos los órdenes, y en el que le echa la culpa del alto número de muertos a los jóvenes que salieron a protestar durante un mes. Un señalamiento impregnado de una carga ideológica que busca estigmatizar la protesta social, y que hace sin ninguna valoración científica.

Según el discurso oficial, Colombia es el cuarto país en vacunación y uno de los primeros en realización de pruebas de América Latina. Sobre esas premisas es que Duque decidió, hace dos semanas, declarar la apertura total del país.

Es cierto que hoy somos el cuarto país en número total de dosis aplicadas y que por fin se están aplicando cerca de 300.000 dosis diarias. Lo que no dice el Gobierno es que esta velocidad en la vacunación solo se alcanzó hace una o dos semanas, cuando se inició el pico más alto de contagio y que los tres meses anteriores —cuando el promedio de contagios era mucho menor— la cifra de vacunados no superó las 6.000 dosis diarias. Eso significa que al día de hoy, Colombia solo tiene un 10% de su población vacunada.

Los países que en el mundo han decidido abrir sus economías lo han hecho luego de tener grandes porcentajes de su población vacunada. Sin embargo, el Gobierno de Duque ha cometido la osadía de abrir la economía con solo el 10% de vacunados, sin ni siquiera sonrojarse. La estrategia contra la covid del presidente Duque siempre ha estado encaminada a privilegiar el gran capital sobre la preservación de la vida. Su Gobierno fue uno de los que menos recursos invirtió en el manejo de la pandemia de América Latina. Países como Brasil invirtieron el 10% del PIB, mientras que Colombia no pasó del 5% y las ayudas fueron principalmente para salvar a bancos y grandes empresas.

Duque nos llena de propaganda, pero en Colombia estamos viviendo un colapso hospitalario de las mismas dimensiones que vivió España en el primer pico. Y lo grave es que lo estamos enfrentando sin que el Gobierno tome ninguna medida de emergencia. En el primer pico del año pasado, en el que tuvimos muchos menos muertos, se tomaron medidas de urgencia, como el aumento de las UCI, que pasaron de 4.000 a 13.000, y se dispusieron recursos para la compra de ventiladores y otros insumos.

Para este pico no hay nada. Ni siquiera se ha recurrido a la expedición de decretos de emergencia que busquen ver de dónde se sacan dineros para evitar escasez en los insumos.

Si la tendencia sigue como va, según el Colegio Médico Nacional, es muy posible que en cuestión de días el país llegue a la cifra de 800 muertos diarios, lo que tendrá un impacto demoledor sobre un sistema de salud que ya está colapsado. “Es posible que no tengamos cómo aumentar más las UCI por falta de recursos”, me confiesa Claudia Vacca, una experta fármaco-epidemióloga, “por eso el Gobierno debería estar buscando alternativas para aumentar esa capacidad y traer brigadas de médicos e intensivistas con el propósito de suplir la falta de personal que ya se está evidenciando”.

La determinación de Duque de abrir la economía con solo el 10% de la población vacunada, más la decisión de no responder con medidas de emergencia a este pico, es un acto irreflexivo que parece estar sustentado en estrategias politiqueras y no en argumentos científicos.

Estos errores se suman a otra decisión igual de desacertada. El Gobierno de Duque ha decidido no apoyar la propuesta que India presentó ante la Organización Mundial del Comercio de liberar patentes para poder fabricar las vacunas en los países sin necesidad de estar bajo la tutela de las farmacéuticas. Duque decidió, por el contrario, apoyar tácitamente a los Estados Unidos y Alemania, dos países que defienden el monopolio de las patentes demostrando que nuestra política internacional está también amarrada a los intereses de las grandes farmacéuticas.

Según los expertos, se necesitan 12.000 millones de dosis a nivel mundial para salir de esta crisis, y solamente se han fabricado menos del 20%. La única manera de ampliar la producción de vacunas es liberando patentes.

Sin embargo, la “exitosa estrategia” contra el covid del presidente Duque tampoco incluye una política de liberación de las patentes.

El covid está matando a Colombia. Lástima que Duque esté más preocupado por maquillar su fracaso que por enmendar sus fatales desaciertos.

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