_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Viejas y nuevas razones para destruir libros

Como siempre ha ocurrido, desde la Inquisición al Código Hays, vetar la biografía de Philip Roth se justifica con las mejores intenciones

Daniel Gascón
Philip Roth
El autor Philip Roth en Nueva York el 15 de septiembre de 2010.ERIC THAYER (REUTERS)

La editorial W.W. Norton ha anunciado que suspenderá la promoción y distribución de la biografía de Philip Roth a causa de unas acusaciones de varias mujeres contra su autor, Blake Bailey.

Más información
La mancha en la biografía de Philip Roth

La biografía autorizada de Roth era uno de los libros más comentados de la temporada en Estados Unidos. Entre los motivos está su importancia como novelista. También el aspecto polémico de su obra. A veces una literatura riquísima se reducía a un par de escenas; otras, se atribuía al autor el comportamiento de sus personajes. La biografía ofrecía la posibilidad de vincular la obra con la vida, los narradores con el autor. Algunos, como Cynthia Ozick, han elogiado el libro. Otros han criticado la indulgencia de su autor con su biografiado.

Poco después de que aparecieran las acusaciones —que aluden a actos que van desde lo moralmente reprochable a lo criminal—, Bailey fue expulsado de su agencia literaria y la editorial se distanció. Las acusaciones pueden ser ciertas, pero ni la agencia ni la editorial afirman que así sea: su decisión es preventiva. Lo que opera, como ha escrito David Rieff, es una presunción de culpabilidad; han “puesto una cláusula de moralidad retroactiva en el contrato de Bailey”. No importa la culpa, sino la reputación. Se pueden criticar la hipocresía o el momento, que a menudo se conocieran conductas cuestionables y se tolerasen durante años, que algunos comportamientos o su sospecha sean castigados y otros no, en un esquema donde Woody Allen es peor que Rudolf Hess. Pero solo lleva a la melancolía. Estamos frente a una combinación de control de daños capitalista y concepción foucaultiana del poder.

Al final se produce una suerte de censura: puedes publicar pero eres excluido de las instancias de legitimación. Como siempre ha ocurrido, desde la Inquisición al Código Hays, el veto se justifica con las mejores intenciones.

Usamos muchas cosas sin preguntarnos por la calidad ética de quienes las fabrican. Es posible que la aspiración de desligar la obra del autor sea utópica: estudiamos y consumimos los productos culturales pensando en autores, admiramos a unos más que a otros por su posición moral. No parece que la nueva ortodoxia vaya a desaparecer pronto, pero en este caso, como en muchos otros, la medida no repara a las supuestas víctimas, no aclara lo que ocurrió y priva a personas interesadas de un trabajo valioso. @gascondaniel

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Gascón
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) estudió Filología Inglesa y Filología Hispánica. Es editor responsable de Letras Libres España. Ha publicado el ensayo 'El golpe posmoderno' (Debate) y las novelas 'Un hipster en la España vacía' y 'La muerte del hipster' (Literatura Random House).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_