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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Frenar el plástico

El anteproyecto de ley de Residuos y Suelos Contaminados da un vuelco a las políticas evasivas seguidas hasta ahora

El País
Cesta con productos para reciclaje.
Cesta con productos para reciclaje.Robert Alexander (EL PAÍS)

Con la aprobación del anteproyecto de ley de Residuos y Suelos Contaminados, España incorpora las directivas europeas sobre desechos plásticos que deben entrar en vigor antes de julio de 2021 y da un vuelco a las políticas evasivas seguidas hasta ahora. El incremento de este tipo de envases se ha convertido en uno de los principales problemas ambientales, pues gran parte de los 335 millones de toneladas anuales que se producen en el mundo no se reciclan. En el caso de España apenas se recicla el 37,8% de estos residuos. La previsión del anteproyecto de ley es que a partir del 3 de julio de 2021 queden prohibidos productos de un solo uso como bastoncillos de algodón, pajitas, cubiertos, platos y vasos de plástico. También prevé una drástica reducción de los recipientes para comida de consumo inmediato y de las botellas de plástico. Además, los restaurantes tendrán la obligación de ofrecer a sus clientes agua potable, lo que tendrá un notable impacto en el consumo de agua embotellada, ahora casi siempre obligada y no opcional.

Uno de los puntos más destacados del proyecto legislativo es la aplicación de un impuesto verde que gravará con 0,45 euros por kilo la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de envases de plástico no reutilizables, lo que aportará más de 700 millones de euros anuales a las arcas públicas. La UE ha señalado que España dispone de un amplio margen para desarrollar la fiscalidad verde. Los Gobiernos del PP no solo no recurrieron a este instrumento, sino que en algunos casos incentivaron lo contrario, con lo que España es el quinto país de la UE con menos ingresos por tributación ambiental en relación con el PIB. La fiscalidad verde apenas representó en 2017 el 1,83%, cuando la media europea fue del 2,4%.

Esta y otras medidas legislativas aún por desarrollar darán forma en España a la estrategia de economía circular, cuyo objetivo es reducir la producción de residuos y minimizar su impacto ambiental. No debe verse como una carga para el sistema productivo, sino como un incentivo. Fomentar un desarrollo sostenible pasa por internalizar los costes ambientales.

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