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Anna Llenas, autora de ‘El monstruo de colores’: “Con un libro no tenemos suficiente para aprender a gestionar las emociones. ¡Ojalá fuera tan fácil!”

Con más de seis millones de ejemplares vendidos y su traducción a más de 40 idiomas, la ilustradora celebra los 11 años desde la publicación de su libro con una nueva entrega y un nuevo personaje: el Doctor de emociones

Anna Llenas El Mostruo de colores
Anna Llenas es la autora de 'El monstruo de colores', un libro que ha conseguido un gran éxito entre familias y docentes.

Aquel monstruo que se levantó hecho un lío con sus emociones ha aprendido tanto de la alegría, la tristeza, la rabia, el miedo y la calma que se ha convertido en doctor. El Doctor de emociones (Flamboyant) da título al nuevo libro protagonizado por El monstruo de colores, un álbum de Anna Llenas (45 años, Barcelona) que desde su publicación, en 2012, ha sido traducido a más de 40 idiomas y que acumula ya seis millones de ejemplares vendidos. Por el camino, distintos formatos del libro (Kamishibai y pop up), secuelas y un merchandising de lo más generoso (mochilas, peluches, tazas, figuras, estuches, cuadernos para colorear…).

Además, fue ganador del Premio Junceda 2015, otorgado por la Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña. De esta manera, este libro se ha convertido en un referente para familias y docentes en el aprendizaje de las emociones cotidianas. “Ahora el Doctor de Emociones no se conforma con que los niños identifiquen lo que sienten, sino que quiere ayudarles a curar las emociones que se les hacen bola”, explica la autora. “Es cierto que es una responsabilidad cuando un libro sirve para algo y esto es demasiado grande. Aunque al final es trabajo de las familias coger las riendas de sus propios caminos”, añade Llenas.

PREGUNTA. ¿Cómo nace la idea de El monstruo de colores?

RESPUESTA. Surge de las ganas de poner en imágenes y palabras un valor importante: el de darse a uno permiso para reconocer, sentir y poner nombre a lo que siente. A todas las emociones que experimenta, tanto las agradables como las que no lo son. Porque todas son humanas y querernos y aceptarnos pasa por permitirnos sentirlas y poder hablar de ellas, no reprimirlas.

P. Desde su publicación, más de seis millones de ejemplares vendidos, merchandising… ¿Cuál cree que ha sido el secreto de su éxito?

R. Supongo que ha sido la conjunción de varias cosas… Un tema poco tratado, el estilo personal y el momento en el que salió. Ah, y seguramente también que gustó a algunos.

P. ¿Qué es lo que más le han dicho de este libro?

R. Pues los adultos y las familias: “Gracias, nos ha ayudado mucho.” Y los niños: “Estoy rojo como el monstruo”.

P. Si en el siglo XX los valores impregnaban los libros para niños y niñas, en el XXI es la educación emocional la que invade sus páginas. ¿Son los libros encasillados en el “para gestionar las emociones” los nuevos relatos de autoayuda?

R. Podría ser. Un libro no sustituye a la terapia, pero la verdad es que es mucho más económico. Pienso que la invasión a la que se refiere se debe a que los libros de hoy en día responden a las necesidades y los valores actuales, donde como sociedad necesitamos y pedimos una mayor indagación y conciencia emocional. Y este proceso empieza por nosotros, los adultos; los niños vienen después. No creo que los valores disten mucho de los de antes, pero ahora necesitamos establecer una conexión o una coherencia entre esos valores o ideas que tenemos y lo que sentimos por dentro.

P. ¿Necesitan los padres y madres gestionar las emociones con libros?

R. Necesitamos gestionar las emociones como sea, y supongo que hacemos lo que podemos. Ahora en serio: con un libro no tendremos suficiente para aprender a gestionar las emociones. ¡Ojalá fuera tan fácil! Pero si un libro puede brindarnos algún apoyo o conciencia, puede ser un primer paso. Bienvenido sea.

P. ¿No es una gran responsabilidad para un libro servir como herramienta “para algo”?

R. La responsabilidad es siempre de los padres. Y estos deciden qué es lo que prefieren o necesitan tanto para ellos como para sus hijos. Y en esto no hay dos familias iguales. Un libro, inicialmente, no debe servir para nada, pero a veces puede servir para algo. Yo recuerdo varios libros en mi vida que me han servido y para mucho. Sobre todo, en aquellos en los que descubrí o vi reflejadas partes de mí misma que ni sabía que tenía.

P. ¿A los padres y madres les asusta tanto la crianza que necesitan instrucciones?

R. La crianza asusta, claro que sí, porque solo tenemos un modelo, y es el que recibimos nosotros en la infancia. Si hay algo que no nos gustó o que queremos cambiar, no tenemos referentes ni modelos para ello. Y eso asusta. Las instrucciones supongo que nos las vamos buscando, creando y readaptando cada uno con base a su vida, sus valores y circunstancias. Un libro puede ser un recurso más, por qué no. Pero está claro que no existe ningún manual, ni aún menos que sirva para todos.

P. Recientemente, la escritora Mariana Sández contaba en un reportaje de Mamas &Papas sobre el personaje de Matilda que Roald Dahl fue muy crítico con este tipo de literatura más utilitaria, políticamente correcta. ¿Qué cree que diría un autor como él de El Monstruo de colores?

R. Me encantan las obras de Roald Dahl, sus creaciones están llenas de originalidad, inteligencia y humor. La verdad es que no tengo idea de lo que diría sobre El Monstruo de colores. Seguramente diría cosas diferentes en 2012 o en 2023, pero intuyo que un autor como él sabría apreciar la honestidad y el valor de la obra.

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