Seis planes de Navidad molones para familias disfrutonas
Hacer un bingo casero, un terrario de plantas o cocinar estrellas de canela en casa son algunas de las opciones fáciles y divertidas para entretenerse todos juntos durante estos 15 días de asueto escolar
Mientras los niños y niñas esperan que cague el Tió de Nadal, a que el bonachón del Olentzero reparta lo merecido, y a la llegada de los camellos y a los señores del oro, incienso y mirra, aquí van unos planes molones para combatir los 15 días de asueto escolar. En la variedad está el gusto, y lo más sencillo, casi siempre, es lo que mejor funciona. ¡Allá vamos!
- El bingo de navidad: Para todas las edades y premio asegurado. Conviene acordar un regalo para el ganador: puede ser desde una cajita de los carísimos mantecados Felipe II, a la elección y entrada de una peli en el cine (con la imposición de la compra de palomitas para el entronado). Se preparan unas fichas (los cartones) con seis números del 1 al 100, además de unos papeles con los números sueltos hasta el 100. Se mete en una bolsa o caja y se busca una mano invisible que vaya sacando los números hasta que, algún presente cante bingo (hayan nombrado sus seis números). Es importante que la mano invisible cante bien y tenga los ojos en su sitio. Como es seguro que no tiene premio, es de justicia que a su labor se le acompañe con una buena copita de vino o un mosto fresquito si es menor de edad.
- El algodón no engaña. Las plantas siempre son buena compañía, no solo porque son escuchantes que nunca interrumpen, también porque miran atentas cómo somos y la luz que tienen nuestros días. Tener un pequeño espacio verde también sirve para que los niños vayan aprendiendo cómo cambian, se transforman y mutan. Plantar semillas es una buena opción: salen tallos, raíces y hojas. Se precisan botes de yogur (vacíos) o de plástico o cristal (para observar mejor), papel de cocina o algodón, un pulverizador de agua y semillas mágicas: alubias, frijoles, lentejas, garbanzos o habas. Es divertido hacer germinar distintos tipos y observar los ritmos. El algodón/papel de cocina se coloca al fondo del recipiente, se pone la legumbre, regamos un poco o pulverizamos y se coloca cerca de la luz y en un lugar en el que no haga mucho frío. El algodón tiene que estar siempre húmedo, pero sin que se acumule agua en el fondo. Las judías son las más agradecidas porque crecen muchísimo, casi al estilo planta enredadera. Y las alubias brotan al cabo de una o dos semanas y aparecen hojas y raíces.
- Terrarios de plantas, dinosaurios y seres varios. Hacer un jardín interior es un divertimento asegurado. Plantas metidas (no encerradas) en peceras o botes de cristal, que los niños y las niñas pueden incluso emplear como casitas y campamentos de juego de sus muñecos. Para preparar el terrario se precisa: un recipiente de cristal (altura mínima 20 centímetros), plantas que le gusten la humedad y la luz, gravilla, tierra, un pulverizador de agua, y (si se tiene) conchas, ramas o juguetes. El procedimiento sería: meter unos dos centímetros de gravilla —también queda bonito unas piedras al fondo—, dos o tres centímetros de tierra en el bote o pecera. Con una cuchara, hacer un agujero y meter la planta, apisonar la tierra. Repetir con distintas variedades para que quede bien colorido. Una vez la plantación esté en su sitio, regar, pero no mucho. El terrario debe colocarse en un lugar de luz indirecta. Las plantas más agradecidas y preciosas para este verdor son: la tradescantia, el trébol morado, los helechos, la hiedra, la planta de la amistad y la violeta africana. Además, todas ellas son seres muy sociables que se llevarán de cine con los dinosaurios o juguetes que adornen.
- Papel de regalo de luxury. En la calle Serrano de Madrid se encuentra Papelorio, una tienda en exclusiva de papeles coloridos para envolver los regalos. Unos tres euros cada trozo. En Barcelona, en el carrer de Còrsega se encuentra Para envolver: papel, bolsas preciosas, cintas y etiquetas. Esta actividad consiste en hacerles la sana competencia y adornar los papeles de regalo con creatividad y esmero. Se precisa un rollo de papel blanco o marrón, témpera y frutas. Un adulto tiene que cortar por la mitad las frutas: el perfil estampado de las peras (lo más verde posible) y las manzanas quedan chulísimos. Los champiñones también tienen mucha personalidad. Las patatas son fáciles de moldear y con un poco de destreza se pueden hacer vistosos sellos con forma de estrella, triángulo o de gusano. La técnica de impresión es la estampación: a remangarse y alternar colores y formas. Además de divertido, les ahorras a los Reyes Magos los tres euros de original papel para envolver.
- Estrellas de canela. Aquí una receta fácil de hacer y que sabe a gloria. Se necesitan: cuatro rebanadas de pan (ajustar por número de comensales), un huevo, 75 mililitros de leche, una cuchara de canela, una cuchara de extracto de vainilla, una pizca de sal y un molde de estrella (vale con la psicomotricidad fina de un adulto que cuchillo afilado mediante, atine a cortar los diez lados de la estrella). En un recipiente se echa el huevo, la vainilla, la canela, la sal y la leche. Se bate con energía y felicidad. Las rebanadas de pan (vale Bimbo o derivados) se cortan en forma de estrella o se moldea. Se mojan las estrellas en la leche y el huevo. Y con la pericia de un adulto se fríe (algo de aceite sin ser un pantano) hasta que queden doraditas y crujientes. Por encima se les puede echar un poquito de azúcar y canela, y los más golosos, incluso, chocolate. Salen deliciosas, y si tu familia es flamenca aún puede que estén más atentos a las palmas y al cante de villancicos por rumba, y tú, hartarte de estrellas. Por favor, mucho disimule en esta operación.
- Música y creación Estos días se prestan a emociones fuertes y caderazos multidireccionales. Unas ideas para crear instrumentos para seguir el ritmo a la tía bailonga o al abuelo sabrosón. Se puede construir una trompeta (o un derivado) con una manguera y un embudo. Al soplar por el lado contrario del embudo los labios tienen que vibrar. No es soplar al estilo cumple y velas, prueba a casi escupir y decir “tú tú”. La trompeta es uno de los instrumentos más complicados de manejar, son tres pistones y un sin fin de escalas y notas. He ahí por qué los adultos admiramos tantísimo al solo de trompeta en el pasodoble La campanera. Los sonidos de las botellas de cristal también son curiosos. Se sopla en la boca de la botella, y dependiendo de la cantidad de agua se consiguen notas más altas o bajas. Y si la percusión es mejor recibida: cacerolas, cajas o jarras de cristal pueden ser la base; y cucharas, palos y bolis como baquetas. Algunos objetos producen sonidos sordos y otros vibran más tiempo de forma sonora.
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